El proyecto de ley fiscal de Trump, recientemente aprobado por la Cámara de Representantes de EE. UU., podría convertirse en un revés crítico para los esfuerzos climáticos globales. De acuerdo con una investigación publicada por The Guardian, la iniciativa eliminaría incentivos clave para las energías limpias, aumentando las emisiones contaminantes y el desempleo en sectores estratégicos. La propuesta amenaza con desmantelar los avances logrados por la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), que impulsó la inversión en tecnologías sostenibles.
Los efectos proyectados son alarmantes: más de 830 mil empleos perdidos, alza en las facturas de energía y la liberación de 260 millones de toneladas adicionales de gases contaminantes para 2035. Esto ocurre en un contexto donde Estados Unidos debería acelerar su transición energética, no frenarla. Además, se estima que este cambio disminuiría el PIB del país en un billón de dólares. Especialistas y sindicatos ya han advertido que esta iniciativa no solo representa un retroceso ambiental, sino también social y económico.
El desmantelamiento de la Ley de Reducción de la Inflación
Una de las principales consecuencias del proyecto de ley fiscal de Trump es la derogación de los créditos fiscales de la IRA, diseñados para estimular la adopción de energías limpias. Esto incluye incentivos para la fabricación de paneles solares, vehículos eléctricos y electrodomésticos eficientes. Su eliminación afectará directamente a comunidades que apenas comenzaban a beneficiarse de estos apoyos.
Desde su implementación en 2022, la IRA ha movilizado más de 320 mil millones de dólares en proyectos de energía renovable. Paradójicamente, gran parte de esta inversión ha beneficiado a distritos republicanos. La nueva legislación no solo corta estos flujos, sino que pone en riesgo otros 522 mil millones proyectados para la próxima década.
El retroceso sería especialmente grave para zonas desindustrializadas, donde la IRA estaba creando empleos bien remunerados sin requerir formación universitaria. Estos empleos no solo representaban oportunidades, sino un camino hacia la reactivación económica de regiones históricamente marginadas.
Empleos perdidos y mayor desigualdad territorial
El impacto laboral del proyecto de ley fiscal de Trump será profundo y desproporcionado. El análisis de Energy Innovation estima una pérdida de 830 mil empleos al 2030, afectando tanto a fabricantes como a instaladores, transportistas y proveedores vinculados a la cadena de energía limpia.
La Asociación de Industrias de Energía Solar prevé que solo en los sectores solar y de almacenamiento de energía se perderán 300 mil empleos para 2028. El golpe no se limitará a las plantas de producción: los efectos indirectos, como la caída del consumo y la reducción de inversiones, agravarán la situación económica de miles de hogares.
Estos efectos serán particularmente notorios en los estados más vulnerables, muchos de ellos republicanos, donde la IRA había iniciado un proceso de revitalización industrial. Es irónico y alarmante que los distritos más beneficiados por los créditos ahora sufran las consecuencias más severas de su eliminación.
Aumento de emisiones y retroceso climático
El proyecto de ley fiscal de Trump no solo representa una amenaza para el empleo, sino también para el medio ambiente. Se calcula que generará 260 millones de toneladas adicionales de gases contaminantes para 2035, lo que equivale a las emisiones anuales de países como España.

Estos retrocesos comprometen los objetivos climáticos internacionales y reducen la credibilidad de EE. UU. en las negociaciones globales. Si bien las emisiones seguirán disminuyendo de manera general, lo harán a un ritmo insuficiente para evitar desastres como olas de calor, sequías o inundaciones.
Además, los cambios propuestos impedirán que los proyectos de energía limpia, más baratos que los combustibles fósiles, puedan expandirse. Esto provocará un aumento en las tarifas de electricidad: Energy Innovation proyecta que el hogar promedio pagará 230 dólares más al año para 2035.
Beneficios para unos pocos, costos para todos
Aunque se presenta como una medida para reducir impuestos, el proyecto de ley fiscal de Trump favorecerá principalmente a los sectores más ricos. En contraste, las familias trabajadoras verán cómo aumentan sus gastos energéticos y desaparecen oportunidades laborales.
Esta contradicción ha sido duramente criticada por sindicatos y organizaciones sociales. Líderes sindicales han advertido que “los recortes de empleos para los trabajadores no deben financiar recortes de impuestos para millonarios”. Para ellos, el proyecto representa un ataque directo a la clase media estadounidense.
El discurso populista que justifica la eliminación de subsidios verdes ignora los beneficios reales que estos han traído a miles de comunidades. Mientras se argumenta que se combate el despilfarro fiscal, en realidad se están sacrificando empleos, salud pública y competitividad global.
Una encrucijada climática, económica y social
El proyecto de ley fiscal de Trump amenaza con revertir años de avances en sostenibilidad, equidad y modernización energética. Al desmantelar los incentivos de la IRA, no solo se pone en riesgo la salud del planeta, sino también el bienestar económico de millones de estadounidenses.
En lugar de fomentar una economía limpia y resiliente, la propuesta favorece intereses a corto plazo que perpetúan la dependencia de combustibles fósiles. Para quienes trabajamos por la responsabilidad social empresarial, este momento exige alzar la voz y defender políticas públicas que construyan un futuro más justo y sostenible.