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Donde el brillo no llega

Los townships: La otra cara del Mundial. Entre la pobreza y el hacinamiento, habitantes de Langa viven el futbol

Sentado en una de las tres camas en la habitación de un hostal, está Alfred observando un resumen de algún partido del Mundial de Sudáfrica 2010.

Es mitad de la tarde, todavía puede estar cómodamente acostado mientras espera que las otras 15 personas que habitan ese cuarto de 12 metros cuadrados regresen de donde sea que hayan estado.

Es en estas condiciones de hacinamiento como más de la mitad de los sudafricanos viven en los llamados «townships», un mundo de austeridad comparado con lo ostentoso de los estadios de la Copa del Mundo.

Se trata de establecimientos regulares o irregulares que surgieron en la época más álgida del apartheid.

En el caso de los más cercanos a Ciudad del Cabo, los habitantes son aquellos que fueron removidos del famoso Distrito Seis, cuando se establecieron las áreas exclusivas para blancos.

El de Langa es uno de los pequeños, éste ubicado a sólo 30 minutos del Estadio Green Point, cuyo costo alcanzó los 600 millones de dólares, y es habitado por unas 150 mil personas.

El más grande de la provincia de Western Cape es Khayelitsha, con una población superior al millón de habitantes y donde se ubica el Football For Hope, con el que buscan que los jóvenes hagan deporte y eviten el alcohol, drogas y otros vicios.

Alfred y los otros 5 miembros de su familia pagan 20 rands (35 pesos) por la cama de un hostal y cooperan entre las familias para completar la cuota de luz de 220 rands (380 pesos).

Hay otros sitios más cómodos como una casa de concreto con una recámara, cocina y baño, donde otra familia de 8 personas pagan una renta de 350 rands (600 pesos) al mes, sin incluir los servicios.

Lo único que le da color al panorama son las risas de los niños que juegan al futbol.

Pam, una joven que no pasa de los 20 años de edad, se dedica a dar el «tour» por el lugar y sueña con algún día tener su propia compañía de turismo.

«A nosotros no nos dan nada. Los ricos se hacen más ricos y los pobres seguimos pobres. A mí en lo único que me ha ayudado el Mundial es que vienen más turistas», dice en voz baja.

EN VOZ DE…

«A nosotros no nos dan nada. Los ricos se hacen más ricos y los pobres seguimos pobres. A mí en lo único que me ha ayudado el Mundial es que vienen más turistas».

Pam Habitante de Langa

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Reforma – cancha, p.29

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