El Parlamento sueco ha dado un paso decisivo en la regulación del trabajo sexual en línea al aprobar una ley que prohíbe la compra de contenido en OnlyFans y otras plataformas similares cuando este es personalizado y en directo. Esta nueva legislación extiende el marco legal existente contra la compra de servicios sexuales a los entornos digitales, donde la proliferación de plataformas ha desdibujado las fronteras entre pornografía, prostitución y trata.
Aunque ver y pagar por contenido pregrabado sigue siendo legal, la nueva norma penaliza los pagos por actos sexuales realizados en vivo, a petición del comprador, así como cualquier forma de lucro o promoción de estos servicios. Con esta medida, Suecia se posiciona como uno de los primeros países del mundo en aplicar su normativa contra la prostitución al ámbito digital, como parte de una estrategia más amplia de combate a la explotación sexual.
¿Qué establece la nueva ley sobre compra de contenido en OnlyFans?
La reforma aprobada por el Parlamento prohíbe expresamente pagar a alguien para que realice un acto sexual en vivo con el objetivo de ser observado a distancia. Esto incluye video en directo y otras formas de interacción personalizada que impliquen una transacción económica. También castiga a quienes obtienen beneficios o promueven a quienes ofrecen estos actos bajo encargo, incluso si se trata de plataformas digitales internacionales.
La ley fue promovida por el comité de justicia del Parlamento y recibió un respaldo multipartidista, lo que refleja un amplio consenso político. La diputada socialdemócrata Teresa Carvalho, una de las principales impulsoras de la reforma, afirmó que:
“Esta es una nueva forma de compra de sexo y ya es hora de que modernicemos la legislación para incluir las plataformas digitales”.

Por su parte, Sanna Backeskog, también diputada socialdemócrata, aseguró durante el debate que:
“Se trata de una prostitución digitalizada, en la que se han borrado las fronteras entre la pornografía y la trata de personas, pero se han instalado la explotación y el abuso”.
La medida entrará en vigor el 1 de julio, y prevé sanciones similares a las que ya existen para la compra de sexo físico. La legislación busca cerrar las brechas legales entre lo que ocurre en el mundo físico y lo que sucede en línea. Con esta actualización, los legisladores aseguran que el entorno digital dejará de ser una zona gris desde la cual se facilita la prostitución y se debilitan los esfuerzos contra la trata.
¿Qué problemáticas pretende resolver la ley?
Según sus promotores, esta ley pretende eliminar la puerta de entrada que representa el mundo digital hacia formas más graves de explotación sexual. Teresa Carvalho argumentó que la medida no tiene como fin atacar a los creadores de contenido, sino “proteger a los jóvenes y a las personas vulnerables”, quienes a menudo son blanco de redes de trata disfrazadas de oportunidades económicas.
Además, la norma responde a la preocupación creciente por los vínculos documentados entre la explotación digital, el consumo de drogas y la captación de menores. Al prohibir la compra de contenido en OnlyFans en su forma personalizada y en vivo, se espera frenar una cadena que puede derivar en prostitución forzada u otras formas de abuso.
Uno de los objetivos centrales es uniformar la ley: que lo ilegal en el mundo físico también lo sea en el digital. Esto responde a una lógica de equidad normativa y de protección integral frente a nuevas dinámicas de explotación. Con ello, se elimina la ambigüedad legal que hasta ahora facilitaba el comercio sexual digitalizado.
El Parlamento sueco también apunta a reducir la impunidad con la que operan muchas de estas plataformas, que no siempre se regulan desde los países donde sus usuarios residen. Esta ley, afirman, podría sentar un precedente para otras naciones que enfrentan los mismos desafíos.
Prostitución legal, compra ilegal: la contradicción sueca
Suecia ha sido históricamente un país pionero en el combate a la prostitución. Desde el año 1999, la ley prohíbe la compra de servicios sexuales, aunque permite su venta. Esta asimetría legal se basa en un enfoque de género: los compradores —mayoritariamente hombres— son quienes reciben sanciones, mientras que las vendedoras —generalmente mujeres en situación vulnerable— no son penalizadas.
Este modelo, sin embargo, ha generado debates sobre su eficacia y coherencia. En un contexto donde vender sexo es legal, prohibir la compra de contenido en OnlyFans parece, para algunos críticos, una extensión contradictoria. ¿Es lógico castigar al comprador digital mientras se permite la venta de contenido pregrabado o incluso físico bajo ciertas condiciones?
El gobierno sueco sostiene que esta medida es coherente con su enfoque de tolerancia cero hacia la explotación sexual. Argumentan que plataformas como OnlyFans pueden ser usadas como canales de captación para fines más graves, como la trata de personas. Por eso, buscan cerrar esa vía con una ley preventiva.
Aun así, el dilema ético persiste: ¿cómo proteger sin vulnerar la autonomía de quienes deciden ofrecer contenido sexual por voluntad propia? El desafío ahora será aplicar la norma sin criminalizar a quienes, fuera de redes de explotación, utilizan estos medios como fuente de ingresos legítima.

¿Funcionará esta medida? Críticas y vacíos legales
La aprobación de esta ley ha desatado una ola de críticas tanto de parte de creadores de contenido como de expertos en seguridad. Algunos artistas de OnlyFans han denunciado que la nueva norma pone en riesgo su estabilidad económica y que puede dar pie a interpretaciones ambiguas que afecten a personas no involucradas en trata ni prostitución forzada.
Otros señalan que la ley puede volverse ineficaz, ya que un creador podría simplemente preguntar a sus suscriptores qué desean ver y publicar contenido en esa línea, sin que sea técnicamente “personalizado”. De esta manera, se eludiría la penalización sin romper las reglas de la plataforma, dejando la ley sin efecto práctico.
Incluso dentro del Parlamento hubo voces que alertaron sobre las dificultades para hacer cumplir la medida. El diputado liberal y ex policía Martin Melin expresó: “Veo un desafío para la policía en cuanto a detectar y probar el delito. Me cuesta un poco ver cómo funcionará, pero eso lo tendrán que resolver la policía y la fiscalía en el futuro”.
Además, algunas preocupaciones giran en torno al delito de proxenetismo: un familiar o pareja que sepa que su conviviente genera contenido sexual en plataformas podría ser acusado por lucrar con esa actividad. Estos aspectos subrayan la complejidad de legislar sobre prácticas digitales sin caer en sobrecriminalización.

¿Un paso hacia adelante en la era digital?
Con esta nueva ley, Suecia se posiciona a la vanguardia en la regulación del trabajo sexual digital y en el control de la explotación a través de plataformas. La compra de contenido en OnlyFans se convierte, así, en una actividad sujeta a sanción, cerrando un vacío legal que hasta ahora permitía prácticas cuestionables bajo el disfraz de “contenido personalizado”.
Esta legislación responde a una realidad digital en evolución, donde los peligros de la trata, la explotación y la coerción pueden camuflarse detrás de interacciones consensuadas. En este contexto, la acción del Estado es fundamental para garantizar entornos digitales más seguros, sobre todo para personas vulnerables y menores de edad.
No obstante, el éxito de la medida dependerá en gran medida de su implementación efectiva, del respeto a los derechos de los creadores legítimos y de un debate público constante. Regular la compra de contenido en OnlyFans es solo el inicio: lo que sigue es construir marcos éticos y legales que equilibren libertad individual, protección social y justicia digital.