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ColumnasAlimentación saludable en la oficina: ¿Debe ser una política?

Alimentación saludable en la oficina: ¿Debe ser una política?

La columnista de Inc.com, Alison Green, responde a preguntas sobre el lugar de trabajo y cuestiones de gestión, desde cómo tratar con un jefe que microgestiona hasta cómo hablar de la alimentación saludable en la oficina. 

Uno de los lectores de dicho portal, tenía curiosidad por saber cómo instituir una política de alimentación saludable en el lugar de trabajo que sea respetuosa y sin prejuicios.  Él trabaja para una organización benéfica de salud que se centra en una única enfermedad crónica. La oficina regional, en particular, está en la Costa Oeste y es un poco hiperconsciente de ser líderes saludables.  

No tienen una política oficial sobre la comida en el lugar de trabajo, pero algunos en la oficina se encargan de ser conscientes de la salud en cuanto a las elecciones de alimentos que hacen personalmente y, especialmente, cuando gastan el presupuesto de la oficina en cualquier artículo de comida y en el catering.  

Alimentación saludable en la oficina: ¿Debe ser una política?

Ya ha habido quejas sobre la comida basura, los refrescos y la comida rápida que la gente trae a la oficina y la preocupación es por la óptica. Pero también existe la frustración de que algunos sientan que están traicionando la misión y no predican con el ejemplo. 

Alimentación saludable

Diversos empleados están convencidos de se necesita una política al respecto. Dirigen un programa que abarca la alimentación y la cocina saludables, por lo que son muy sensibles a la óptica de la oficina en lo que respecta a la comida, y se sienten resentidos por tener que vigilar a la gente en lo que respecta a la alimentación. 

Podemos pensar que la gente se sentiría resentida si sus elecciones alimentarias se midieran con algún código de conducta. También está la parte de cómo podríamos aplicarla y hacerla cumplir, si es que lo hacemos. Es importante tener una clara distinción entre «gastar el dinero de la organización en comida poco saludable y gastar mis propios ingresos en ella». 

Otro lector también preguntó a Alison Green:  

¿Tienes alguna sugerencia sobre cómo poner en marcha una política en el lugar de trabajo que no aleje a la gente ni la haga sentir condenada al ostracismo y que sea realmente eficaz? 

Green responde: 

La mayoría de las organizaciones no deberían vigilar las elecciones alimentarias personales de la gente, y punto. 

Pero no quiere decir que nunca sea razonable establecer algunos límites en función de la misión. Es razonable que PETA, por ejemplo, no permita productos de origen animal en sus oficinas porque toda su misión consiste en acabar con el uso de productos de origen animal. 

Por lo que sería razonable que su organización decidiera que sólo servirá alimentos saludables en los eventos patrocinados por la organización, e incluso que sólo ofrezca bocadillos saludables en las máquinas expendedoras de la oficina, o que no tenga máquinas de refrescos en el lugar.  

También sería lógico que una organización como la suya dijera que la gente no debe comer alimentos poco saludables mientras representa a la organización ante los voluntarios o el público. 

Alimentación saludable en la oficina: ¿Debe ser una política?

Pero decir a los empleados lo que pueden y no pueden llevar para comer es una extralimitación. Usted contrata a adultos, y se supone que los contrata por el trabajo que hacen, no por la comida que ingieren. Deberías confiar en esos adultos para que gestionen sus propias elecciones alimentarias. 

Sin embargo, hay un punto intermedio, y es poner a disposición alimentos saludables. Busca empresas de catering con opciones saludables para los eventos de trabajo. Poner fruta en la sala de descanso. Trae almuerzos saludables para todos los viernes. Y sí, habla de los alimentos en los que la organización gastará o no gastará dinero; ese es un lugar lógico para que las posturas de la organización se desarrollen. 

Pero deja que tus empleados decidan por sí mismos sobre la alimentación saludable en la oficina. 

1 COMENTARIO

  1. Me gustó muchísimo el artículo. Toda información encaminada a mejorar nuestra vida en general, nuestros hábitos y, más en específico nuestros hábitos de salud, siempre serán bienvenidos.
    Yo pienso que es complicado instaurar una política laboral de buena alimentación al interior de nuestros centros de trabajo. No digo que no sea una buena idea, qué digo buena, es excelente.
    Pero si hemos de ser realistas, al menos en la Ciudad de México que es donde resido, es una propuesta inviable, lo digo porque nos falta mucha cultura de educación, nos falta educación para identificar las cosas que nos convienen. Pienso que sería como querer educar a un conductor de microbús o taxi. Sin afán de ofender, pero en vez de observar reglas o reglamentos de tránsito por ejemplo, no sólo las ignoran sino que además suelen burlarse violando en todo momento las disposiciones oficiales.
    Justo en ese mismo sentido sería tratar de inculcar buenos hábitos de salud o alimenticios en las personas, ya sea en su casa o en el trabajo. Saludos.

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