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A medio camino…

“La fidelidad es el esfuerzo de un alma noble

para igualarse a otra más grande que ella”

Goethe

Para Milo Guerra Peña

Por Emilio Guerra Díaz

Califiquemos como un ejercicio de auditoría social la videograbación que un joven hizo la semana pasada donde denunció en video subido a Youtube cómo una señora bajó de su carro al perro “Calletano” y lo dejó a medio camino en un puente en Xochimilco. El can persiguió por varios metros al vehículo donde claramente se aprecia que la conductora deseaba deshacerse del perro (pues difícilmente se puede creer que lo bajó para que se ejercitara). No fue hasta que el conductor videograbador se acercó a la señora y le hizo ver que había expuesto a su mascota al peligro en una vía rápida.

Sucede a menudo que el entusiasmo por tener una mascota inunda a varios miembros de la familia y los niños piden a sus padres les compren un perro ya sea en su cumpleaños o sea uno de los encargos más repetidos en Navidad y Día de Reyes. Es tal encanto que un cachorro despierta en las personas que los padres acceden y adquieren uno.

Parece ser que todo marcha bien para casi todos los miembros de la familia mientras el perro es cachorro a excepción claro está, de la madre, ya que so pretexto de adquirir el perro se había hablado y negociado sobre las responsabilidades familiares de tener una mascota. Pese a que a los infantes se les alecciona y se les señala que deberán dar alimento, colaborar en la limpieza de las heces y pasear al perro con correa, quien termina teniendo todos los cuidados a la mascota es la madre: debe estar pendiente de las vacunas y adiestrar al perro para que adquiera ciertos hábitos. Si la madre tiene relativo éxito el perro se queda; si se desespera, el futuro de can es incierto.

En esa etapa de adaptación con la mascota y el paso de cachorro a adulto, quien resulta con más compromisos y responsabilidades en el mayor número de casos como lo dijimos antes es la madre, quien además de sus tareas cotidianas se le han sumado los cuidados del perro. Sobreviene entonces una nueva fase de la convivencia familiar con el perro.

Cuando el can crece baja el entusiasmo, los miembros de la familia quisieran perpetuar la etapa de cachorro para convivir con él, pero como esto no es posible cambian las circunstancias. Con suerte el perro o logra ser retenido con todo y los problemas que genera, en algunos casos está integrado a la cotidianidad familiar, o en otros el perro permanece en la familia pero confinado a un patio, a una azotea o jaula para ahí pasar el resto de su vida; o también puede ser abandonado a medio camino: se le baja del carro (como en el video que vimos la semana pasada), se abre la puerta de la casa para salga y no regrese “!Hay seme extravió el perro!”, o se busca colocarlo en una nueva familia que lo acepte porque la madre ya no soporta los destrozos y el trabajo adicional que le generó la incorporación de un perro a la familia y donde nadie se comprometió a sus cuidados.

Viene un problema social de fuerza considerable: el abandono y extravío intencional de mascotas los arroja a la calle, a medio camino…, donde tienen origen nuevas vicisitudes: proliferación de canes con combinación de razas, manadas que se tornan agresivas, riesgo de rabia por falta de vacunación, heces al aire libre, etc.

Este fin de semana en el canal de televisión Nat Geo pudimos conocer la historia personal de César Millán (o Cesar Milan) “El encantador de perros”. De origen mexicano, oriundo de Culiacán, Sinaloa; comentó que desde muy chico a propósito de las series de televisión Rin Tin Tin y Lazzie, vislumbró su vida en Estados Unidos como entrenador de perros y trabajar para ser el mejor.

César ha tenido éxito en lo que descubrió era su misión personal de vida pero maneja su actividad con un enfoque peculiar: la relación del humano con el perro para que sea exitosa no es cuestión de suerte, ni depende del temperamento de la raza, el tamaño del can, ni cuestión de pagar caros entrenamientos sino del cambio de actitud que tiene el ser humano respecto a la mascota.

César Millán estima que parte de su labor de “psicología canina” tiene el gran objetivo de incidir en las personas para que adquieran destrezas sobre cómo guiar al perro y condicionar su conducta… César se convirtió en un activista por los derechos de los perros a la vida y se manifiesta en contra de la eutanasia dirigida a canes que son abandonados en la Unión Americana. En cambio, “El encantador de perros” busca rehabilitarlos para encontrarles un nuevo hogar. Sus programas de televisión muestran su trabajo y la gran capacidad que César ha desarrollado para interactuar con toda raza y el mote de “encantador” de perros le viene muy bien pues es sorprendente los cambios en el comportamiento canino que provoca con sencillos consejos. César no es entrenador de perros, es rehabilitador.

Estas historias, la del perro Calletano y la César Millán, tienen mucho que ver con la manera en que fundaciones, empresas y organizaciones filantrópicas proponen abordar ciertas problemáticas, cuando en realidad se quedan a medio camino…

A medio camino porque sólo presentan el problema en una proporción mayor a la propuesta de solución del problema. Es decir, para tratar de mover a sus audiencias a un cambio de actitud, se pone énfasis en el efecto y no se toca la causa, por ello se recurre con frecuencia a provocar lástima creyendo que así aumentará la participación social cuando sucede lo contrario.

Con afán demostrativo invitamos al lector que recuerde en una de las más recientes campañas de Pedigree que está al aire “Ayúdanos a ayudarles”. Uno de los anuncios comerciales preparados para televisión, presenta la vida de un perro abandonado. Se muestran imágenes donde el can está prácticamente en los huesos, su cola entre las patas, su cabeza agachada y su mirada provoca lástima. Luego de ser recuperado y atendido en un albergue canino el perro ha cobrado fuerza, está alegre, mueve la cola y tiene peso y talla adecuados. Pedigree ha hecho la diferencia y ahora invita a adoptarlo, pero en realidad nos hemos quedado a medio camino…

La idea de cómo, según un servidor, podría estar completo el llamado a la acción de Pedigree y no quedarnos a medio camino es que la empresa y su fundación invirtiesen más recursos en sus mensajes publicitarios para orientar a los hogares que deseen tener una mascota sobre las etapas y los condicionamientos que hay que enseñar al perro.

Los tips que se compartirían con ese enfoque presentarían soluciones y consejos prácticos a los problemas que son naturales y se van presentando en lo que se consolida la relación humano-canina, como por ejemplo: entrenamiento para que defeque en el lugar más apropiado, cómo pasear al perro con correa, cómo debe conducirse a la mascota cuando en un espacio público hay otros perros, que límites tiene en la casa, es decir, no subirse a los muebles, no morder objetos o destruirlos; qué hacer si se extravía la mascota, cómo incentivar la relación responsable de los niños con su perro, etc.

Recibir un perro en el hogar no necesariamente significa problemas, sino un mundo de posibilidades y gratas experiencias. De ahí que un valor agregado para los albergues caninos sería contar con escuelas inspiradas en el trabajo de rehabilitación de César Millán.

Por lo que hemos relatado aquí es conveniente que las fundaciones empresariales no se queden a medio camino del trabajo de inversión social que están realizando y consideren que los proyectos a los que dirijan su inversión cubran lo más posible un universo de soluciones y alternativas de participación. Pues estamos aquí no para poner más problemas a los problemas, sino encontrar las soluciones y saber involucrar a más personas.

Desde el Consejo Directivo

El Presidente del Directorio una vez más llamó la atención respecto al tema tratado en este espacio y señaló que afortunadamente cada vez es más frecuente el hecho de que mexicanos que se incorporan a la vida norteamericana aprenden del sector filantrópico generando o más actitudes solidarias, o bien creando su propia institución. Este es el caso de César Millán, cuyo nombre completo es César Felipe Millán Favela, quien luego de varios años de vivir entre la pobreza, ser indocumentado y vivir con un dólar al día, creó la Millan Foundation para continuar con su labor personal. César es un ejemplo de un mexicano que persiguió su sueño, trabajó por él y al lograr el éxito comparte con otros su experiencia y pasión.


Emilio Guerra Díaz

Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.

1 COMENTARIO

  1. Sí había escuchado hablar del Encantador de Perros, pero no sabía sus orígenes; sorprende, pero duele, que tengan que salir del país para destacar en cualquier rubro; no dudo que en México haya enamorados de los canes, y que en un momento dado pudieran aprender de César; el chiste es cómo echar a andar una fundación de esta naturaleza?? Desafortunadamente, nuestra legislación actual, inhibe la creación de organizaciones de la sociedad civil, en lugar de estimularlas… De dónde tiene que surgir el cambio?

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