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6 tareas clave de la COP27

La cumbre climática COP27 de la ONU reunirá a los líderes mundiales para abordar la emergencia climática y se llevará a cabo en medio de un contexto de crisis global. El efecto dominó de la COVID-19 y la invasión rusa a Ucrania han hecho que los precios de los alimentos y la energía se disparen a niveles récord, mientras que los desastres climáticos sin precedentes están afectando a casi todas las regiones del mundo.

Esas crisis agravantes subrayan la necesidad urgente de que los países trabajen juntos en 6 tareas claves de la COP27, con el fin de acelerar la mitigación del cambio climático y reconstruir la confianza en que la acción colectiva global puede resolver los mayores desafíos de la humanidad.

COP27 y el futuro de la humanidad

Será del 6 al 18 de noviembre de 2022 cuando jefes de Estado, ministros y negociadores, junto con activistas climáticos, alcaldes, representantes de la sociedad civil y directores ejecutivos se reunirán en la ciudad costera egipcia de Sharm El-Sheikh para la mayor reunión anual sobre acción climática.

Y, si bien se abordarán medidas sobre cuestiones críticas sobre la emergencia climática, hay 6 tareas clave de la COP27 que ofrecen la posibilidad de que líderes, gobiernos y empresas fomenten una mayor cooperación en un momento en que el futuro de la humanidad está en peligro.

6 tareas clave de la COP27

1. Crear un mecanismo de financiamiento para hacer frente a las pérdidas y daños ambientales

En la clausura de la COP26 en Glasgow en 2021, una de las principales cuestiones se centró en cómo los países abordarían la necesidad de financiamiento para reparar las pérdidas y los daños, sobre todo en las comunidades que simplemente no pueden adaptarse a ello.

Fue así que los países en desarrollo abogaron por establecer un «mecanismo» de financiación de pérdidas y daños, lo que podría significar un acuerdo específico a través del cual se podría canalizar la financiación. Sin embargo, debido al rechazo de naciones desarrolladas como Estados Unidos y la Unión Europea, se acordó postergar la conversación hasta 2024.

En las negociaciones climáticas de la ONU en Bonn, Alemania, el diálogo sobre la necesidad de financiación se abrió nuevamente, varios países en desarrollo dejaron en claro que las negociaciones tenían que conducir a un mecanismo de financiamiento y que no era posible seguirlo retrasando.

Y, si bien existen algunos mecanismos de financiamiento como Fondo Verde para el Clima (GCF, por sus siglas en inglés, aunque no tiene pérdidas y daños en su mandato actual) países en desarrollo y los expertos de la sociedad civil indicaron que la financiación actual es sumamente inadecuada y que las necesidades de financiación de pérdidas y daños son distintas y adicionales a la financiación para la adaptación, la asistencia humanitaria o la asistencia para el desarrollo.

Entonces, se esperaría que, como mínimo, una de las 6 tareas claves de la COP27 fuera impulsar un proceso para formalizar arreglos de financiación para responder a pérdidas y daños bajo la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Al mismo tiempo, las iniciativas más allá de las negociaciones formales de la ONU también deben desempeñar un papel para cumplir con la escala de lo que se necesita.

2. Ampliar el apoyo para la adaptación climática

El informe reciente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) señaló que la intensificación de los impactos del cambio climático requiere que se aceleren y amplíen las medidas de adaptación para abordar adecuadamente las necesidades de los países y comunidades vulnerables.

Para lograrlo, otra de las 6 tareas clave de la COP27 es lograr que las finanzas escalen significativamente para apoyar las necesidades de adaptación a los cambios extremos de temperatura. En la COP26, los países desarrollados acordaron al menos duplicar la financiación para la adaptación desde 2019 hasta 2025, lo que equivale a aproximadamente 40 mil millones de dólares.

Muchas partes interesadas piden niveles mucho mayores de financiación para la adaptación, y que coincida con la financiación dedicada a reducir las emisiones. Puesto que las últimas cifras disponibles muestran que la financiación para la adaptación solo representa alrededor de un tercio de la financiación climática total.

Entonces, durante la COP27 los países desarrollados también deben especificar cómo garantizarán que esta financiación llegue a quienes más la necesitan. Ello significa comprometerse a más financiamiento para la adaptación liderada localmente, asegurando que las personas y organizaciones, que a menudo son desproporcionadamente vulnerables a los impactos climáticos, tengan voz en las decisiones de inversión y puedan acceder a los fondos y otros recursos que necesitan para desarrollar la resiliencia.

3. Fortalecer los objetivos nacionales de reducción de emisiones

Como parte del Pacto Climático de Glasgow en la COP26, se solicitó a los países que «revisen y fortalezcan» sus objetivos de reducción de emisiones para 2030, conocidos como «Contribuciones determinadas a nivel nacional» (NDC), para fines de 2022 para alinearse mejor con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 °C. Hasta ahora, solo 23 países han presentado NDC nuevos o actualizados desde la COP26. 

Si bien algunos principales contaminantes han presentado sus planes climáticos más ambiciosos —India, Australia, Indonesia y Egipto— aún se espera que otros, como México, Turquía, Vietnam y Chile, publiquen sus NDC actualizados o mejorados.

Para la COP27, todos los países, especialmente los principales emisores, deben fortalecer sus objetivos de emisiones para 2030. Los cuales deben estar respaldados por políticas y, lo que es más importante, por inversiones, para convertirlos en acción.

No obstante, estos esfuerzos en la descarbonización se han visto empañados en algunos de los principales países emisores. Frente a la crisis energética generada por la invasión de Rusia a Ucrania, varias naciones de la Unión Europea están reabriendo plantas de carbón y solicitando nuevos suministros de gas. Al mismo tiempo, el continente ha tomado medidas sin precedentes para ampliar las energías renovables, aumentar la eficiencia energética y reducir el consumo de energía.

En Egipto, por otro lado, las negociaciones sobre un plan urgente de mitigación del cambio climático buscará formalizar acciones decisivas con miras a resultados importantes.

4. Asegurar que se cumplirá la promesa de financiamiento climático

El financiamiento climático volverá a ser un tema clave en la COP27, con un número significativo de debates programados y vínculos con la mayoría de los temas de la agenda. Se presionará a los países desarrollados para que aseguren un apoyo financiero suficiente y adecuado a los países en desarrollo, en particular, a los más vulnerables a los cambios extremos en la temperatura del planeta.

Fue en 2019 cuando los países desarrollados se comprometieron a movilizar 100 mil millones de dólares por año a los países en vías de desarrollo para apoyar su acción climática. Sin embargo, este objetivo no se ha logrado. Por ejemplo, una evaluación reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) encontró que los países desarrollados solo movilizaron 83 mil 300 millones de dólares para el financiamiento climático en 2020.

La entrega de financiamiento es crucial porque es un símbolo de solidaridad global y un elemento importante para continuar generando confianza en el sistema multilateral y acelerar la acción climática en el mundo en desarrollo.

La COP27 también debe indicar que la financiación basada en subvenciones para la adaptación aumentará sustancialmente, ya que sigue estando muy por debajo en comparación con la financiación para la mitigación. 

Una mayor provisión de financiación pública, la movilización del sector privado, un mejor acceso a la financiación y la sostenibilidad de la deuda serán elementos clave de las discusiones de la COP27, con el objetivo de cambiar los miles de millones de dólares para cerrar las brechas de inversión necesarias para cumplir con los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París.

5. Avanzar en el Inventario mundial para marcar el ritmo de la acción climática

El Acuerdo de París estableció un Balance Global (GST, por sus siglas en inglés), un proceso realizado cada cinco años para evaluar el progreso colectivo hacia las metas a largo plazo del Acuerdo. El primer GST comenzó en 2021 en la COP26 y concluirá en 2023 en la COP28, que se realizará en los Emiratos Árabes Unidos. 

La COP26 abrió el primer Balance Global al pedir a los países y actores no estatales que envíen información que pueda alimentar el proceso colectivo en virtud del Acuerdo de París y abordar las oportunidades para mejorar la acción y el apoyo. Por lo que los diálogos técnicos continuarán en la COP27 para considerar la información recopilada.

Este año, los formatos nuevos e innovadores del GST permitieron conversaciones interesantes entre países, expertos y actores no estatales. Sin embargo, el Inventario Global necesita avanzar el siguiente año en la evaluación técnica del progreso colectivo hacia los objetivos del Acuerdo de París antes de concluir en la COP28, con un paquete político que impulsará la acción. 

En última instancia, es esencial que el resultado del Inventario mundial sea políticamente relevante y no solo un ejercicio de intercambio de información junto con recomendaciones vagas e inaplicables. La COP27, por lo tanto, puede ayudar a fijar la dirección del Balance al ofrecer el espacio para que países, expertos y actores no estatales desarrollen una visión común.

6. Cumplir los compromisos climáticos de Glasgow

Durante la COP26 en Glasgow, los gobiernos, las empresas y otras partes interesadas hicieron una serie de compromisos ambiciosos, como frenar las emisiones de metano; detener y revertir la pérdida de bosques; y alinear el sector financiero con cero neto para 2050.

Ahora es momento de traducir esos compromisos en acciones concretas, porque la evidencia del progreso hacia objetivos elevados debe hacerse visible. Además, las discusiones sobre la rendición de cuentas son cada vez más importantes a medida que se hacen compromisos adicionales.

Esta será la última de las 6 tareas clave de la COP27, es decir, abordar el progreso colectivo hasta la fecha y derribar cualquier barrera en el camino. Para contribuir a estos esfuerzos, a principios de 2022, el Secretario General de la ONU nombró a un Grupo de expertos de alto nivel sobre emisiones netas cero de actores no estatales para identificar estándares sólidos y claros para el creciente número de compromisos en pro de alcanzar las emisiones netas cero. 

Este grupo ha estado consultando con una amplia gama de partes interesadas, incluso sobre cómo definir net-zero, gobernanza de objetivos, alineación con objetivos a corto plazo y planes de transición justa. Asimismo, entregará recomendaciones al Secretario General de la ONU a finales de este año, pero también puede y debe elevar las conversaciones sobre responsabilidad en la COP27.

La COP27 puede tener lugar en el contexto de un mundo inestable, pero también ofrece la posibilidad de fomentar una mayor cooperación en el momento en que el mundo más lo necesita, a partir de estas 6 tareas claves de la COP27.

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