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Retos especiales para niños y adultos con síndrome de Down

La piscina de la Alberca Olímpica “Francisco Márquez”, en la delegación Benito Juárez, sirve para el entrenamiento de 16 personas. La demarcación es la que tiene mayor cantidad de jóvenes con medallas en olimpiadas nacionales.

Para Sebastián el hecho de padecer Síndrome de Down no representó ningún impedimento para convertirse en campeón de natación. A sus 16 años de edad y luego de un año de entrenamiento en la Alberca Olímpica “Francisco Márquez”, en la delegación Benito Juárez, ya obtuvo medallas de oro, plata y bronce en competencias nacionales y una de carácter internacional.

El joven tiene grandes aspiraciones: sueña convertirse en medallista olímpico y dedica los triunfos a su novia Yuly, a quien conoció en terapias y con la que, dice, le gustaría vivir y formar una familia.

“Me gusta nadar, me relaja. Yuly es importante, la amo. Quiero ser medallista, más lugares, más premios y paseos”, explica Sebastián.

Como él, cerca de 40 adultos y jóvenes entrenan diariamente bajo el programa “Retos especiales”, que además de ofrecer atención médica gratuita, se encarga de detectar talentos con discapacidad para convertirlos en competidores profesionales.

“El programa atiende a personas con discapacidad intelectual o motriz. Tenemos diversas clasificaciones y equipos representativos. Nosotros nos encargamos de identificar las fortalezas de cada menor y los vamos guiando, al igual con las familias”, dijo Ernesto Solís, director de Metodología Deportiva en Benito Juárez.

En el Distrito Federal existen pocos programas benéficos para este sector de la población, que en México representa 5.1 por ciento del total de habitantes, es decir, más de 5 millones 700 mil personas.

De acuerdo con el INEGI, en total 10 por ciento de la población capitalina presenta alguna discapacidad, lo que se traduce en casi un millón de personas, de las cuales la mitad tienen una limitación física.

“Esto se convierte en una razón de existir para los jóvenes, debido a que en esta actividad que les exige disciplina, encuentran una ocupación que les beneficia en su calidad de vida y les proporciona el reconocimiento que tanto necesitan, el de la sociedad”, indicó Solís.

La aclimatación

El equipo representativo de la demarcación, “Tiburones blancos”, está compuesto por 16 infantes y adultos con Síndrome de Down o deficiencia intelectual.

El proceso de adaptación acuática de los integrantes fue de aproximadamente tres meses, tiempo en el que aprenden a nadar, se corrige el estilo y se les enseña a respetar indicaciones.

“El trabajo con ellos no es complicado. Es un proceso largo, pero realmente salen cambiados. Como en cualquier disciplina deportiva, a las personas con discapacidad se les trata igual: deben presentarse temprano, cumplir con su uniforme y llegar listos para comenzar la clase”, explicó Humberto Zavala, entrenador del equipo.

El entrenamiento consiste en una hora de ejercicios de calentamiento y de una a dos horas de práctica en la Alberca Olímpica. Además, se les hace un chequeo general antes de comenzar a nadar, para detectar posibles alteraciones en su ritmo cardiaco.

“Las personas convencionales aprenden por imitación. En el caso de la gente con discapacidad intelectual, visual o de cualquier tipo, debemos ser muy claros en la forma en cómo les explicamos y jugar con puras palabras. También debemos cuidar su estado de ánimo, no siempre los alumnos tuvieron un buen día y pueden responder de forma agresiva”, indicó Humberto Zavala.

El equipo ha representado a la Benito Juárez a escala nacional e internacional en países como Colombia y República Checa. “A la fecha es la demarcación con mayor cantidad de jóvenes con medallas en olimpiadas nacionales”, puntualizó el entrenador.

Para quienes trabajan en la Alberca Olímpica y están en contacto directo con los integrantes de “Retos especiales”, la remuneración de mayor valor es ver el avance que los alumnos muestran día con día.

“Es una enseñanza ver cómo poco a poco van fortaleciendo su sentido común. Tienen ganas de vivir y el empeño que le dan a la actividad deportiva son lecciones de esperanza. Lo más importante y enriquecedor es saber el valor humano de estas personas, diario hay sorpresas y avances. Ya son totalmente autosuficientes”, detalló Humberto Zavala.

Los “Tiburones Blancos” están conscientes de sus logros, portan sus medallas con orgullo y demuestran una disciplina inigualable.

Fuente: Milenio

1 COMENTARIO

  1. Tengo un niño de 13 a/4m que presenta retraso psicomotor y discapacidad intelectual, es paciente del DIF NACIONAL, escoliosis, lo refirieron que se inscriba en la alberca olimpica para que lo apoyen

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