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Entendiendo la Responsabilidad Social¿Por qué a pesar del contexto actual, DEI no desaparecerá?

¿Por qué a pesar del contexto actual, DEI no desaparecerá?

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A juzgar por ciertos titulares o discursos políticos recientes, podría parecer que las estrategias de diversidad, equidad e inclusión (DEI) están atravesando su declive definitivo en Estados Unidos. La narrativa dominante habla de retrocesos, de empresas acorraladas por la presión conservadora y de consumidores cada vez menos comprometidos con la equidad. Pero esta imagen, tal como lo muestra un artículo publicado en Sustainable Brands, es incompleta y muchas veces engañosa.

La última encuesta de GlobeScan ofrece una visión distinta, más matizada y reveladora. El 72 % de los consumidores estadounidenses considera que las empresas deben seguir comprometidas con la DEI a pesar del contexto político adverso. Lejos de desaparecer, la DEI sigue siendo una expectativa clave entre los grupos de interés. Por eso, aunque se adapte, reconfigure o renombre, la DEI no desaparecerá. Sigue siendo una parte central de las estrategias sostenibles y del posicionamiento reputacional a largo plazo.

DEI no desaparecerá: coherencia, no neutralidad

Muchas empresas se encuentran hoy en una encrucijada: mantenerse firmes en sus compromisos de DEI y enfrentar posibles críticas, o ceder ante presiones externas y traicionar principios fundamentales. Casos recientes como el de Target ilustran esta tensión. La marca, antes considerada referente en inclusión, redujo en 2023 su visibilidad en iniciativas LGBTQ+ tras boicots organizados. Pero su retroceso no fue aplaudido, sino duramente criticado por sectores progresistas y por consumidores que la consideraban aliada.

Mientras tanto, empresas como Costco han optado por otra estrategia: menos visible, pero más coherente. Sin pronunciamientos públicos ni campañas estridentes, ha mantenido sus políticas inclusivas sin modificar su narrativa ni su identidad. El resultado es una percepción de solidez y confianza. En un contexto de polarización, la DEI no desaparecerá para aquellas marcas que han logrado integrarla auténticamente a su ADN.

DEI no desaparecerá

Disney es otro caso ilustrativo. En marzo de 2024, enfrentó una propuesta de accionistas contraria a la DEI, pero esta fue rechazada por amplia mayoría. Fue un mensaje claro de los inversionistas: la inclusión no solo es aceptada, sino deseada como parte de una visión de negocio moderna y sostenible. La DEI ya no es solo una política social; es una estrategia de gestión de riesgos, reputación y fidelización.

Un lenguaje nuevo, pero el mismo fondo

Algunas empresas han optado por transformar la manera en que se comunican sobre DEI, sin abandonar sus objetivos fundamentales. PepsiCo anunció recientemente que dejará de usar el término “DEI” en sus comunicaciones externas, optando por la expresión “inclusión para el crecimiento”. Esta decisión busca esquivar el rechazo que ciertas etiquetas provocan, manteniendo intacta la intención estratégica y operativa.

La especialista en sostenibilidad Solitaire Townsend advirtió que esta táctica puede ser útil si el cambio es profundo. “Un cambio de lenguaje puede ser estratégico si fortalece el enfoque inclusivo, pero si es solo una fachada para recortes, los empleados y consumidores lo detectarán al instante”. En otras palabras, la DEI no desaparecerá, pero sí mutará hacia formas de expresión más tácticas, especialmente en entornos políticamente hostiles.

DEI no desaparecerá

Esta tendencia muestra que muchas compañías no están dispuestas a renunciar al fondo, aunque modifiquen la forma. Las nuevas narrativas se alejan de declaraciones públicas masivas para enfocarse en resultados concretos: diversidad en la alta dirección, brechas salariales corregidas, representatividad en la publicidad y equidad en la cadena de valor. Es un giro hacia la sustancia más que la simbología.

Valor de negocio, no solo imperativo moral

Más allá de los compromisos éticos, el enfoque DEI ha demostrado tener beneficios económicos medibles. Empresas con culturas diversas e inclusivas presentan mayor innovación, captan mejor talento, reflejan la diversidad de sus mercados y resisten mejor las crisis reputacionales. En términos simples: la DEI agrega valor.

REI, la cooperativa de actividades al aire libre, es un ejemplo contundente. Según Kristin Rodney, directora de REDI (Racial Equity, Diversity and Inclusion), “centrar la voz y experiencia de los empleados es clave”. Gracias a sus redes internas y consultas periódicas, han conseguido diseñar productos más inclusivos y aumentar la participación comunitaria, con efectos positivos en ventas y fidelidad de marca.

DEI no desaparecerá

Nicole Lacasse, gerenta sénior de REDI, refuerza la idea: “Reducir nuestros compromisos contradice nuestra identidad. Para nosotros, la inclusión no es una postura política; es un imperativo estratégico y moral”. Este tipo de declaraciones sintetizan por qué, en organizaciones con propósito claro, la DEI no desaparecerá: porque no se ve como una tendencia, sino como una inversión estructural.

Cuando los valores se convierten en activos reputacionales

Hoy, las marcas no compiten solo por cuota de mercado, sino por confianza. Y la confianza se gana con coherencia, transparencia y responsabilidad. Las audiencias actuales —especialmente las nuevas generaciones— esperan algo más que eslóganes: demandan datos verificables, avances medibles y consistencia a lo largo del tiempo.

Ya no basta con campañas publicitarias durante el Mes del Orgullo o el Día Internacional de la Mujer. Los consumidores preguntan por políticas salariales, por representatividad en los consejos de administración, por prácticas de compra con proveedores diversos. Y quieren saber si las promesas hechas en 2020, tras el asesinato de George Floyd, siguen vigentes.

En este contexto, la DEI se ha transformado en un activo reputacional. Las marcas que retroceden enfrentan consecuencias tangibles: desconfianza, abandono de talentos clave, boicots y pérdida de valor. Las que perseveran con integridad construyen capital simbólico, lealtad y resiliencia. Por eso, y pese al ruido, la DEI no desaparecerá.

DEI no desaparecerá

DEI, ¿crisis o transformación?

Aunque el clima político actual es hostil en ciertos sectores, la DEI está lejos de desaparecer. Está, más bien, en una fase de transformación. Las empresas que logren integrar estos principios de forma estratégica, transparente y creíble tendrán una ventaja competitiva en los próximos años. La inclusión no es una moda: es una exigencia estructural del mercado y de la sociedad.

Así como la sostenibilidad ambiental ha dejado de ser un “plus” para convertirse en un estándar, la diversidad, la equidad y la inclusión también lo serán. Las empresas ya no pueden permitirse tratar la DEI como un proyecto lateral. Hoy es, más que nunca, parte del corazón de su propósito, cultura y modelo de negocio.

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