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Participar, participar y participar

Por: Lic. Fabián Omar Muro Muro, Secretario Ejecutivo del Comité para el Fomento y Participación de las Organizaciones de la Sociedad Civil en el Estado de Jalisco Zona de los archivos adjuntos

“La participación ciudadana es el derecho a tener derechos”

Ernesto Isunza

El 24 de agosto del 2012 fue aprobado el decreto del Congreso del Estado donde se declara el día 30 de agosto de cada año como “Día de la Participación Ciudadana en el Estado de Jalisco”.

Vivimos en una era democrática; en sociedades no sólo modernas, sino diversas e incluyentes, donde el icono más significativo de este paradigma es la participación; participar es un valor esencial en la democracia y una forma clara de ciudadanía activa y responsable.

En el Estado de Jalisco por ejemplo, se elevó a rango de ley como un derecho, por lo que en el 2019 se publicó la Ley del Sistema de Participación Ciudadana y Gobernanza Popular y, en la administración pública estatal, se constituyó una Secretaría ex profeso. Es decir, es bueno que exista una política pública sobre el derecho a participar, pero participar –aquí y ahora- es algo concreto y tangible del ciudadano de a pie. Participar puede ser desde lo micro, en pequeños eventos sin trascendencia, hasta en grandes momentos de la vida pública como votar.

Definitivamente la participación es formal e informal; Es decir existen mecanismos institucionalizados y no institucionalizados. Los mecanismos se requieren para robustecer la democracia y para asegurar la participación en los asuntos públicos, en los asuntos de todos.

La participación ciudadana, por tanto, se ha identificado como un instrumento relevante para un propósito aún más ambicioso: el fortaleci­miento de la democracia; lo argumenta la investigación sobre Políticas de Participación Ciudadana: Reflexiones sobre el caso de México, del Instituto Belisario Domínguez, relativamente reciente en octubre del 2019.

Por el lado institucional existe legislación vigente, herramientas y mecanismos viables para garantizar el derecho a la participación. Pero también hay participación informal, fuera de los canales institucionales, promovidos por colectivos, agrupaciones, redes y ciudadanos para ejercer presión social y mediática, por ejemplo las marchas.

Participar inhibe el autoritarismo, el abuso de poder, la indiferencia, la impunidad; no participar es ser indiferente, es no interesarme en los asuntos públicos.

Existen diferentes mecanismos de participación ciudadana custodiados por leyes en la materia; una capacitación del IEPC en conjunto con el Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción en Jalisco instruía un mapa nacional, muy interesante sobre mecanismos de participación ciudadana en los Estados del país, a saber: Jalisco (16), Ciudad de México (15), Tamaulipas (9), Nuevo León (8); los estados de Aguascalientes, Baja California, Colima, Guerrero, Oaxaca y Quintana Roo, todas estas entidades cuenta con 7 mecanismos de Participación Ciudadana consagrados en sus legislaciones locales. La conclusión estriba en que Jalisco, es el Estado del país que cuenta con más mecanismos en su legislación. (Manual de Participación Ciudadana en Jalisco: un enfoque de prevención de la corrupción, IEPC-Comité de Participación Social, 2020)

Hay un gran panorama de mecanismos de participación ciudadana y popular, tales como: plebiscito, ratificación constitucional, ratificación de mandato, consulta popular, comparecencia pública, asamblea popular, colaboración popular, diálogo colaborativo, referéndum, iniciativa ciudadana, revocación de mandato, presupuesto participativo, proyecto social, ayuntamiento abierto, planeación participativa, contraloría social. Incluso hay otras vías de participación ciudadana, más técnicas, como el juicio de amparo y el litigio estratégico.

Ya hay “casos” interesantes de incidencia y de cabildeo desde la ciudadanía incluso para frenar decisiones de gobierno, como el plebiscito de “Iluminemos Chihuahua” o los recientes casos de litigios estratégicos contra el Gobierno Federal de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad.

Es decir, la sociedad no está dormida, quiere participar, las decisiones públicas le afecta; en ese tono, hay que leer el trasfondo y la legitimidad también de las marchas sociales. Vivimos en el gran despertar de la ciudadanía, y sólo con la ciudadanía es posible una verdadera gobernanza.

Por eso hoy la bandera, sin ideologías ni partidos políticos, es participar, participar y participar.

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