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Fundaciones y OSC por una mayor participación ciudadana

La aceptación de la opresión por parte del oprimido

acaba por ser complicidad;

la cobardía es un consentimiento;

existe solidaridad y participación vergonzosa

entre el gobierno que hace el mal

y el pueblo que lo deja hacer.

 

Víctor Hugo

Por Emilio Guerra Díaz

El caso de Florance Cassez ha sido una gran lección para un buen número de mexicanos. Los sucesos de la semana pasada que concluyeron en su liberación a través de la concesión de un amparo liso y llano por faltas al debido proceso de encarcelación fue el tema de sobremesa quizá más comentado. Probablemente en ese intercambio de puntos de vista algunas opiniones cuestionaron el papel que jugaron las organizaciones civiles.

Todos los medios de comunicación recogieron diversas opiniones en torno al caso, desde expertos en técnica jurídica, políticos y periodistas hasta miembros de organizaciones de sociedad civil que trabajan en materia de seguridad, contra el secuestro y a favor de los derechos humanos.

En particular, me llamó la atención la visión del periodista Rafael Cardona que viene cuestionando desde hace tres semanas cuando menos, el papel que juegan las “ONG’s” porque identifica a muchos mexicanos con sus argumentos y nos hace cuestionar ¿Para qué están las famosas ONG’s?

Precisamente el papel que juegan en México y en todo el mundo las mal llamadas ONG’S, en este espacio preferimos referirnos mejor como organizaciones de la sociedad civil (OSC), consiste trabajar en diversas tareas de interés público como por ejemplo, monitoreo de políticas públicas, desempeño de legisladores y políticos, auditoria social a las acciones de responsabilidad empresarial, derechos humanos, derechos de los animales, trabajo por la inclusión y en contra de la discriminación. Vaya buscan que todos los mexicanos sin distinción de credo, raza, posición social, creencias políticas y cosmovisión, tengan patria.

En los diversos programas de opinión en los que Don Rafael Cardona participa como la mesa Debatitlán (El Mañanero, Televisa) y su Cristalazo (Radio Fórmula), le oímos decir: “…Viene otro asunto que también corrompe la paz, que es la colusión entre el poder político mayor del país, o sea el Presidente de la República (Felipe Calderón), con las asociaciones no gubernamentales, las ONG’s que siempre quieren ser ‘ges’ (gobierno) a final de cuentas, lo que yo llamo el Triángulo de las Bermudas de las buenas victimas que son: La Sra. Wallace, el Sr. Martí y la Sra. Morera.

“Esas tres personas empujaron a un gobierno que requería aliados al menos declarativos en su asunto de las víctimas y en su asunto de la guerra y todo lo demás, lo empujaron a incumplir un tratado internacional que habría resultó este problema y no habría logrado, paradójicamente, que los defensores bien peinados y bien portados de las víctimas que el Triángulo de las Bermudas, convirtiera la posibilidad de trasladar a una mujer sentenciada y con categoría de reclusa a otra cárcel y lo que iba a ser de prisión a prisión terminó siendo de prisión a libertad plena, ¿Por qué?, Porque no fuimos capaces de que el gobierno sostuviera dos documentos firmados. Uno sancionado por el Senado de la República que es la convención de Estrasburgo, y el otro, una carta personal de Felipe Calderón a Sarkozy en la cual le ofrecía revisar el asunto bajo los términos del tratado de Estrasburgo” (El Mañanero, 25 de enero de 2013).

La visión de Don Rafael respecto a las formas en las que han participado distintos líderes de organizaciones civiles es muy interesante y su visión sin duda es compartida por un gran número de mexicanos. Pero habría que cuestionar si realmente las ong quieren ser gobierno o no. Cualquiera que sea la respuesta será necesario precisar la utilidad pública de las organizaciones de ciudadanos.

Al depurar los calificativos que Cardona asestó a los líderes de OSC (Martí, Wallace y Morera) nos queda un atinado comentario del periodista que no hace ver la necesidad de que la sociedad civil por más contradicciones y énfasis distintos trabaje en forma más coordinada, sin perder el piso de la responsabilidad comunitaria que deben observar y escuchando a quien tiene argumentos opuestos. Las OSC tienen que colaborar para construir y enfrentan el reto de mejorar sustancialmente en su entendimiento de la administración pública.

Cardona señaló que las discrepancias, diferencias (y falta de coordinación de las organizaciones esto lo digo yo) provocó que Florance Cassez estuviese ya gozando de libertad, proclamando su supuesta inocencia y volviéndose una “socialité”, que amerita ser recibida por su gobierno con los más altos honores.

Don Rafael señaló que en lugar de que el gobierno mexicano permitiese que la francesa terminara su condena en Francia, pese al riesgo de ver disminuida su sentencia; las supuestas alianzas con el trabajo de las OSC abrieron la puerta para la maniobra jurídica de sus abogados y encontraran los recovecos para su liberación. Florance salió libre por la falta del debido proceso, pero no fue exonerada de su responsabilidad y participación en las acciones por las que fue detenida. El periodista justificadamente cuestionó entonces la participación de tan conocidas organizaciones ciudadanas.

¿Hay contradicciones en el trabajo de estas organizaciones? Claro, tantas como la realidad y el caso de la francesa lo demuestran. Todos tienen razón pero ninguno posee toda la verdad. Los distintos puntos de vista ponen énfasis en múltiples aspectos que les llaman la atención, así por ejemplo, Alberto Gallo señaló desde hace varios años que el proceso legal no estaba apegado a derecho y que por bien de la ciudadanía en general, la mujer franca debiese ser liberada pues su permanencia tras las rejas significaría que cualquier persona pudiera ser detenida arbitrariamente en México, claro, sin el debido proceso.

Por su parte, Isabel Miranda, Alejandro Martí y María Elena Morera ponían énfasis tanto en la incapacidad del estado por enfrentar los problemas de seguridad que nos apremian y en la necesidad de fortalecer el papel de las instituciones que imparten justicia y profesionalizar su desempeño amen de disminuir también la lacerante corrupción infiltrada en las instituciones que a todos daña.

Don Alejandro Martí y María Elena Morera coincidieron en afirmar que la resolución de la Suprema Corte de Justicia abriría el camino para que otros secuestradores que participaron en la banda de Cassez apelaran por su libertad.

Doña Isabel enfatizó en que la actual Ley de Víctimas lejos de apoyar a los familiares que perdieron trágicamente a un familiar, los re-victimiza y esto es cierto independientemente de la viabilidad jurídica de esa norma recién publicada (Milenio, 17 de enero de 2013).

Entonces, ¿El trabajo de estos líderes es vano, fútil, estéril?, ¿Para qué están sus OSC? Entonces las OSC para eso están, para contribuir a mejorar el desempeño de los políticos, de la administración pública y sus instituciones, para que los intereses individuales o privados, no socaven al beneficio público, para acotar poderes que velen sólo por unos cuantos, para que los impartidores de justicia sean profesionales.

Las OSC están para que la población tenga memoria viva de los asuntos más urgentes e importantes que le atañen y no permita que se borren de la perspectiva social y en cambio se resuelvan.

Para eso están, para desarrollar al sector ciudadano que en México es aún muy débil, para alentar la participación comunitaria, para provocar que se participe en forma voluntaria y se brinde servicio social, para incrementar la donación de recursos para que con un mandato complementen tareas de interés público.

Las OSC están para disminuir jugarretas y argucias políticas y el tránsito de autoridades por espacios que no están bien definidos; para perfeccionar las leyes y modificarlas cuando sean inoperantes.

Para eso están las OSC y las fundaciones, para desarrollar instancias fuera del poder político y del económico para que se desarrolle la participación ciudadana y complemente las acciones públicas.

¿Querrá la sociedad civil ser gobierno?, ¿Tendría la sociedad civil ser gobierno? No, no lo creo y la participación e inserción de líderes de organizaciones civiles en administración pública ha traído críticas como también sustanciales beneficios. Valga un ejemplo concreto. Cuando líderes de organizaciones civiles fueron invitados a participar por ejemplo en la Secretaría de Desarrollo Social y en el Instituto de Desarrollo Social (pienso en Cecilia Loría y Rogelio Gómez Hermosillo), se logró primero, que se abrieran partidas presupuestales para apoyar las actividades que realizan las organizaciones, y en segundo lugar, que esos fondos se asignaran mediante convocatorias públicas y reglas claras donde se reconocen proyectos y no a amigos.

Es cierto, los líderes de OSC pueden ser atraídos por la idea de que desde gobierno pudiesen aportar más para la transformación del país y esas son decisiones como su participación en cargos de elección popular o designaciones directas son respetables, cuando no atinadas. Viene el caso de la postulación de Isabel Miranda al Gobierno del Distrito Federal por parte del Partido Acción Nacional. Muchos en su momento opinamos que Doña Isabel sería más útil de este lado, el de las organizaciones civiles, pero ni hablar. No por este caso siempre las ong’s quieren ser gobierno.

La sociedad civil no puede ser gobierno, porque no es un corpus homogéneo. En realidad hablamos de las sociedades civiles ya que las asociaciones civiles aglutinan a quienes se identifican con causas, poblaciones, métodos de trabajo y propósitos.

Lo que es común a estas instancias asociativas es que recogen el despertar de los otrora llamados miembros del “pueblo” y los invita a ser pro activos ciudadanos. De ahí que la frase que un partido político ha venido promoviendo “Sólo el pueblo puede salvar al pueblo” resulta tan hueco como inverosímil.

Las OSC están para enseñar a negociar y hacer que esa actividad sea parte de la política. El hábil eterno candidato con frecuencia reprocha: “negociaron en lo oscurito” o “durante la negociación se vendieron”. Las OSC deben desarrollar esa habilidad en carne propia y ser capaces de entablar vínculos colaboracionistas con gobierno y empresarios.

¿Qué la sociedad civil hace trabajo político? Si, si lo creo y estimo que es una gran contribución despertar el las personas por la política, pero desde la variante de trabajar por el bien común fuera de las instancias de gobierno y partidistas.

El vergonzoso caso de Cassez debe desembocar ahora en sancionar a aquellas autoridades responsables de mal armar los expedientes y de haber llevado a cabo una serie de televisión para la detención de secuestradores con un día diferencia de cuando en verdad ocurrió. Los ciudadanos a través de las OSC tienen la tarea de exigir al estado ese castigo o sanción para los responsables, sino el nuestro seguirá siendo un país de impunidad.

Desde el Consejo Directivo

Como lo señaló uno de los consejeros, en el tema que se desarrolló en esta colaboración existe un buen número de fundaciones empresariales y corporaciones también están alentando la participación ciudadana en el país, no solo con el desarrollo directo de proyectos en comunidades, sino también fomentando el voluntariado, impulsando programas de interés cívico, ética en sus lugares de trabajo, como por ejemplo, educación vial, protección civil, respeto a la mujer, etc. Son novedosos programas que hacen ciudadanía.

Al respecto, la consejera responsable del comité de programas señaló que en esa tesitura resultó atractiva la convocatoria que hizo el presidente Enrique Peña Nieto para sumar el talento de las organizaciones civiles que trabajan a favor de la provisión de alimentos como Un Kilo de Ayuda y los Bancos de Alimentos que existen en el país para participar en la Cruzada Nacional contra el Hambre. Las primeras críticas ubican que se corre el riesgo de tener un programa asistencialista, independientemente de su posible razón, la verdad es que cada uno debiese vislumbrar cómo puede ayudar desde su realidad a que ningún mexicano se quede sin alimento. Una forma muy sencilla es adquirir las tarjetas de ayuda en las cajas de los supermercados.


Emilio Guerra Díaz

Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.

1 COMENTARIO

  1. Excelente artículo. Deja en claro la participación del tercer sector en los problemas del país y en consecuencia la labor de las OSC en virtud de las limitaciones de los otros 2 sectores para resolverlos.

    Por otro lado, deja en claro las voces o que por falta de información o por generar desinformación, intentan pervertir la realidad.

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