Por Fernanda Aguilar, Gerente de Sostenibilidad en Genomma Lab
El verdadero progreso se refleja en la capacidad para proteger y preservar el mundo que nos rodea. Con acciones concretas y una visión a largo plazo, es posible construir un futuro donde desarrollo y sostenibilidad avancen de manera paralela, asegurando que las próximas generaciones disfruten de un planeta saludable y equilibrado.
El Día Mundial del Medio Ambiente es una fecha propicia para tener en cuenta que las empresas tienen en sus manos la capacidad de contribuir a cambiar el rumbo, de convertir desafíos en oportunidades y de dejar una huella positiva en la historia.
En ese contexto, desde nuestra experiencia en Genomma Lab, entendemos que la sostenibilidad no es una meta aislada, sino parte esencial de una manera distinta de hacer negocios. Hemos adoptado prácticas que reflejan este compromiso: desde la protección de millones de abejas, hasta el impulso de la economía circular y el diseño de instalaciones industriales con estándares internacionales en eficiencia y sustentabilidad. Cada acción representa una convicción: es posible crecer cuidando lo que nos rodea.

Hemos dado pasos firmes hacia un modelo de negocio más sostenible y responsable con el medio ambiente.
En los últimos dos años, uno de los avances más significativos ha sido la apertura de laboratorios apícolas asociados a la marca Tío Nacho®, en Colombia, Florida y Costa Rica. Estas instalaciones no sólo resguardan a más de cuatro millones de abejas, sino que también impulsan la polinización en alrededor de 900 hectáreas, contribuyendo a la preservación de la biodiversidad en los países donde tenemos operaciones. A la par, se han desarrollado programas para incentivar el reciclaje de los envases de fórmulas lácteas como Novamil®, integrando campañas educativas para fomentar hábitos de consumo más conscientes.
El Complejo Industrial de San Cayetano, en el Estado de México, representa otro paso en la dirección correcta. Diseñado bajo criterios de eficiencia ambiental, cuenta con la certificación EDGE (Excellence in Design for Greater Efficiencies), que avala reducciones sustanciales en el uso de energía, agua y materiales en su proceso de diseño y construcción. Estos esfuerzos han sido reconocidos por organismos internacionales, como lo reflejan las calificaciones obtenidas en MSCI ESG Ratings y la presencia en índices como el Dow Jones Sustainability Index MILA.
La sostenibilidad también implica mirar hacia adentro. Por ello, se han fortalecido los vínculos con proveedores a través de programas orientados a mejorar prácticas ambientales y sociales a lo largo de la cadena de suministro. Internamente, se opera bajo un Sistema de Gestión Ambiental y Social (SGAS), que articula más de 50 procedimientos evaluados anualmente por entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Financiera Internacional (IFC), lo que permite asegurar una administración de recursos alineada con estándares internacionales.

El uso responsable del agua es uno de los pilares de nuestra estrategia ambiental. Contamos con una política enfocada en el uso eficiente del recurso y operamos una planta de tratamiento que garantiza la calidad del agua en nuestros procesos. Para 2025, se prevé una optimización aún mayor en este rubro. En paralelo, hemos logrado que 100% de los residuos peligrosos sean tratados adecuadamente y que más del 40% de los no peligrosos se reciclen o reutilicen. A través de alianzas como la que mantenemos con CHEP®, hemos evitado la tala de más de 5,600 árboles y la emisión de 1.2 millones de kilogramos de CO₂.
Estas acciones están alineadas con marcos internacionales como The Taskforce on Nature-related Financial Disclosures (TNFD), lo que permite integrar la gestión de riesgos ambientales en nuestro modelo de negocio. También impulsamos la innovación sostenible en nuestros productos: una parte importante de nuestros empaques ya es reciclable o contiene materiales reciclados. En México, algunos envases incluyen hasta 30% de material post consumo, y en Colombia, 100% de nuestras cajas de cartón provienen de residuos agroindustriales como el bagazo de caña de azúcar y tamo de arroz. La sostenibilidad, más que una meta, se ha convertido en una manera de operar.
Nuestro compromiso es seguir avanzando con coherencia y convicción, integrando la sostenibilidad como parte de nuestro modelo de negocio, no como un añadido. Cuidar el medio ambiente, innovar con propósito y generar valor compartido no son esfuerzos aislados, sino parte de una visión más amplia sobre el rol que las empresas debemos asumir. Porque cuando la acción se alinea con la responsabilidad, podemos ser más que testigos del cambio: podemos ser parte activa de una transformación que realmente trascienda generaciones.