Una de las razones por las que surge la responsabilidad social es indudablemente la incapacidad de los gobiernos de hacer frente solo a la acrecentada complejidad de las demandas sociales y medioambientales provenientes de las diversas comunidades alrededor del mundo.
Bajo este paradigma, el que las empresas y los gobiernos trabajen juntos, incluso apoyados en las organizaciones de la sociedad civil, es un tema no de gustos sino de necesidades.
En la Cd. de México es bien sabido que las empresas anunciantes de publicidad exterior y el gobierno capitalino han tenido sus sinsabores desde que Andrés Manuel López Obrador trató de regular este fenómeno.
Lo que a simple vista parecería una buena legislación, con el paso de los años se ha transformado en una pugna de poderes y en una tonga de sospechas de corrupción. Es lógico entonces que este binomio no funcione muy bien en el aspecto publicitario específicamente. Hoy, parece ser que se abre una pequeña ventana que podría destrabar esa situación, sin embargo el caso se antoja delicado por su propia conmplejidad y por todas las aristas involucradas.
El hecho es que el GDF debe pagar 270 millones de pesos que costará convertir el camellón de Viaducto en una zona verde. Aprovechando la situación, el sector privado está ofreciendo el dinero a cambio de hacer uso de los espacios públicos publicitarios de la zona por un lapso de 10 años. El ofrecimiento fue hecho por Eduardo Molina, presidente de la Asociación Mexicana de Publicidad Exterior.
Molina agregó: «En meses pasados propusimos pagar 100 mil metros de azoteas verdes en edificios públicos de la Ciudad, pero no hubo respuesta; hoy estamos dispuestos nuevamente a colaborar pagando el Viaducto Verde.»
El problema no es el GDF ni la IP… el problema es el sistema en que se trabaja todo, ya que sobre lo que parece una buena oportunidad para ambos, se cierne como siempre, la sombra de la duda y la desconfianza… ¿Cumplirán las empresas respetando los reglamentos publicitarios? ¿Cumplirá el gobierno de forma absolutamente transparente?
Un caso interesante que habrá que seguir de cerca , un punto donde se cruzan la responsabilidad social empresarial y la responsabilidad social gubernamental… seguiremos muy de cerca el resultado de este ofrecimiento, sentados en el camellón verde del Viaducto.
Yo estaría de acuerdo en un viaducto verde, si hubiera manera de mantenerlo; el líquido vital se está agotando; de dónde saldría éste para mantener verde el Viaducto?