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¿Cuánto contamina el transporte en México?

Traffic queue¿Cómo contamina el transporte? Este sector es la principal fuente de Gases de Efecto Invernadero (GEl), y representa 22.2% de las emisiones a nivel nacional (2010); de ese porcentaje, el autotransporte terrestre (automóviles) constituye 90% del consumo total de energía. Es importante mencionar que es también la primera fuente de contaminantes que dañan la salud y la calidad de vida de las personas en el país.

Por si fuera poco, el uso de energía dentro del sector transporte se cuadriplicó entre 1973 y 2006, y en sólo una década (1996 a 2006) triplicó el número de unidades circulantes, de 8.3 millones a 21.5 millones. Para 2012, México contaba ya con una flota de 26 millones de vehículos privados y, según las estimaciones actuales, dicha cifra continuará incrementándose en 6.4% al año; esto quiere decir que para 2030 habrá alrededor de 70 millones de coches privados.

Parte considerable de los vehículos (alrededor de 46%) tiene una antigüedad mayor a los 10 años; éstos representan cerca de 70% de los GEI locales que son perjudiciales para la salud. Mientras, los automotores de entre uno y 10 años significan 15% de los contaminantes.

¿Por qué hay tantos vehiculos en las calles? Diversos son los factores que propician su uso:

– Aumento del ingreso per capita.
– Bajos precios de la gasolina, debido al subsidio perverso de los combustibles.
– Entrada de autos usados importados de Norteamérica. Este fenómeno ha convertido a México en el primer comprador de autos usados a nivel mundial, absorbiendo 32% de las compras.
– Esquemas financieros accesibles para la adquisición de vehículos.
– Falta de opciones de movilidad (transporte público o no motorizado y poca infraestructura peatonal).
– Mal servicio e inseguridad del transporte público.
– Falta de accesibilidad.

El paradigma de movilidad que existe actualmente tiene impactos directos en problemas de salud, calidad del aire y cambio climático. Por lo tanto, es necesario replantear la forma en la que disponemos y utilizamos los modos de transporte, principalmente en las grandes y medianas urbes del país.

¿Cómo pensar la ciudad bajo un esquema que promueva la movilidad segura, sana e incluyente? La idea tradicional de construir infraestructura y desarrollar espacios públicos para el uso del automóvil, tendencia que predominó en el siglo xx como un concepto de modernidad, no necesariamente refleja estos términos el día de hoy. La percepción del transporte debe enfocarse en el desarrollo de una movilidad sustentable, que incluya transporte de calidad, seguro y eficiente¡ cultura y educación para los ciudadanos, así como una gestión adecuada de su uso.

Dado el alto nivel de emisiones provenientes de este sector y el alto costo social de utilizarlo, es necesario, ante los retos que representa combatir el cambio climático, reducir las externalidades sociales y económicas de esta forma de transporte, desarrollando alternativas bajo la perspectiva de la sustentabilidad, con el objetivo de mejorar nuestra calidad de vida.

De acuerdo con la Agencia de Cooperación Técnica Alemana (G1z),una alternativa de transporte integral debe consistir en tres puntos: Evitar, Modificar y Mejorar (EMM).

a) Evitar la necesidad de viajar de un lugar a otro y, de hacerlo, utilizar sistemas eficientes de transporte. Esto se refiere a que debemos construir ciudades densas, compactas, con acceso a todos los servicios públicos y con alternativas de movilidad. Asimismo, en los asentamientos urbanos ya existentes hay que reactivar y reorganizar el espacio, con el objetivo de hacerlos mixtos y densos.

b) Modificar se refiere a cambiar el tipo de transporte que utilizamos. Por ejemplo, el uso de formas más seguras, accesibles e interconectadas: metrobús, metro, trolebús, tren ligero y suburbano, así como el empleo de bicicletas e infraestructura para caminar: cicloestaciones, Ecobici, préstamo de bicicletas, y el fomento al mantenimiento y construcción de espacio público.

e) Mejorar la calidad de los combustibles para incentivar la eficiencia energética a través del uso y promoción de nuevas tecnologías que se reflejen en vehículos híbridos y eléctricos. Asimismo, habrá que diseñar instrumentos jurídicos que faciliten el uso de autos compactos.

Entre los beneficios de aplicar este enfoque identificamos:

– Menor impacto económico al dejar de importar combustibies y hacerlos más eficientes.
– Reducción de las congestiones vehicu1ares.
– Disminución del ruido y la pérdida de tiempo.
– Reducir los costos sociales y ambientales que estas emisiones tienen sobre la población, la calidad del aire y el gasto en salud pública.
– Evitar que mueran al año 14 700 personas por la mala calidad del aire.

Tan sólo en 2009, de acuerdo con el INEGI, la contaminación atmosférica representó los mayores costos ambientales, al ubicarse en 520 300 millones de pesos, lo que equivale a 4.4% del PlB.

Fuente: Revista Equilibrio No. 56
Publicada: Abril de 2013

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