lejandro Sanz usó ayer un helicóptero para trasladarse desde el Aeropuerto Internacional de Monterrey hasta San Bernabé, pero no por la inseguridad, sino para llegar a tiempo y apadrinar el Centro de Atención Integral (CAI).
En su visita, la más corta que ha hecho a Monterrey, según escribió Sanz en su Twitter, inspeccionó el recinto que construye la Fundación En Nuestras Manos en un terreno de esa colonia citadina que antes constituía un enorme basurero.
«De verdad que para mí es un honor y es siempre un placer volver a Monterrey… a ‘Regiolandia’, como le llaman. Además, es un placer venir en estas condiciones», dijo el cantante y coach de La Voz… México.
Acompañado de Marco Ferrara, presidente de la fundación, el intérprete de «Corazón Partío» llegó al CAI a las 13:40 horas de ayer; ya lo esperaban más de 50 medios y decenas de fans en una de las naves de este centro, que llevará su nombre.
Justo en el día del cumpleaños de su hijo Alexander, a quien festejaría más tarde, dijo, y del de su padre, Jesús Sánchez Madero, quien falleció hace seis años, Sanz, de 42 años, expresó que apoyar el proyecto de En Nuestras Manos fue la mejor manera de celebrarlos a ambos.
De su participación en La Voz…, además de convivir con sus amigos y compañeros, le ha permitido también disfrutar las costumbres del País, que admira y que le siguen gustando.
«Tengo más de 20 años viniendo a México, tengo muy buen concepto (del País y su gente), es muy difícil cambiar eso.
«(Con el programa) También me pueden conocer un poco más, a veces los artistas venimos, aparecemos y desaparecemos como holograma; no vengo aquí a salir corriendo enseguida, está siendo una etapa muy bonita de mi vida», afirmó Sanz, quien plasmó sus huellas en una base de cemento, que luego se colocará en el lugar.
Admitió que a donde quiera que va lo acompaña un cuerpo de seguridad, pero por cuestiones de logística y comodidad.
«Definitivamente, se pueden crear algunas situaciones complicadas, más que nada por organización. Lo del helicóptero era para verlos desde arriba… ¡están muy guapos!», expresó el español, quien, según Ferrara, se sorprendió al ver la pobreza de San Bernabé y sus alrededores desde el cielo.
Fuente: Reforma, Gente, p. 4.
Por: Paula Ruiz
Publicada: 18 de noviembre de 2011.