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4 categorías del voluntariado universitario

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Universitarios vía Shutterstock

Por: Emilio Guerra Díaz

Universia de Colombia comparte una interesante nota que motiva la presente reflexión respecto al voluntariado universitario. Ahí señala que la Ing. Victoria Salazar Gil cubrió sus estudios de maestría en la Universidad Nacional de Colombia sede de Manizales y para obtener el grado elaboró la tesis titulada “El voluntariado universitario, propuesta para la gestión del entorno ético de las Universidades”.

Desde la Alianza Mexicana de Voluntariado nos hemos propuesto apoyar el desarrollo de voluntariados universitarios y para ello se ha analizado el impulso que pueden dar las universidades en general y existen al menos las siguientes variantes independientemente si son públicas, privadas o privadas no lucrativas.

Cuando la universidad es el espacio

Por la afluencia de jóvenes a los campus e influenciados por algunas de las cátedras que reciben de profesores, muchos alumnos con una fuerte actitud pro social, confabulan en las instalaciones iniciativas sociales que abrevarán en el voluntariado para canalizar sus inquietudes. Algunas de éstas competen a la fraternidad y otras a la filantropía.

Es decir, alumnos pueden crear colectivos, ligas, coaliciones, grupos promotores de estudiantes para su propio beneficio y su futuro desarrollo profesional. Su icónico símbolo son las fraternidades que nos son familiares en películas norteamericanas de temas juveniles universitarios y que por lo general bautizan a su grupo con letras del alfabeto griego. Sin embargo el beneficio del trabajo realizado por sus voluntarios se vierte sobre los mismos miembros de fraternidad.

En México muchos de estos esfuerzos voluntarios derivaron en colegios de profesionistas. Pero también hay que señalar que una variante relevante son los colectivos que resultan estar altamente politizados, donde predominan las tendencias de izquierda que abarcan todo el abanico ideológico de extremo a extremo: desde los grupos anarquistas y radicales, hasta los moderados de corte liberal. Muchos son captados por partidos políticos y terminan afiliando a estudiantes, lo cual no tiene desde luego, nada de malo, pero hay que resaltar sus esfuerzos voluntarios derivan por otros mares. Al respecto hay que señalar que, como lo reveló el artículo “Quien llegue, nada cambiará” (La Jornada, abril 4 de 2015) donde aborda algunas maneras en la que los jóvenes participan, revela que muchos de ellos son seducidos por grupos de esta naturaleza, canalizan sus impulsos sociales participando en manifestaciones y otros tantos desarrollan un intenso activismo en redes sociales.

Pero también las conspiraciones confluyen en acciones estudiantiles voluntarias a favor de otros que no pertenecen al grupo o a la comunidad universitaria sino que forman parte de la comunidad aledaña al centro de enseñanza, por ello son acciones voluntarias. Existen múltiples ejemplos pero se podrían citar: brigadas de salud, alfabetización o promoción de derechos humanos que son organizados por esos colectivos para hacer trabajo de base con mujeres del barrio, hombres de la colonia o jóvenes trabajadores que no pudieron concluir estudios de bachillerato o univestiarios. También pertenecen a esta vertiente las acciones de acopio y apoyo a comunidades en casos de desastres y la universidad solo funge como un espacio para recibir las donaciones.

Cuando la Universidad asume una actitud pro activa

En esta categoría destaca un papel importante donde las autoridades, profesores e investigadores promueven el asociacionismo y se ubican como facilitadores para que la acción voluntaria estudiantil ocurra.

En «Ciudadanía en Construcción» hemos compartido una recién experiencia que ejemplifica muy bien este tipo de voluntariado. Nos referimos a la que promueve la alianza entre el área de Voluntariado del Instituto Nacional de Desarrollo Social que encabeza Beatriz Bell y la Escuela Nacional de Trabajo Social, donde se está realizando una convocatoria para que alumnos del segundo semestre conozcan la labor de las organizaciones civiles y si deciden se incorporen como voluntarios en alguna de sus simpatías. Este proyecto ha presentado su nobleza y tendrá otros efectos multiplicadores.

En este tipo de voluntariado universitario la institución aún no ha creado sus propias iniciativas voluntarias pero facilita encuentros, reconoce actividades y alienta la participación cívica más allá del campus. Puede disponer de espacios para las sesiones de las iniciativas de los estudiantes pero hay marcada distancia entre la universidad y esos proyectos de servicio.

Cuando la universidad integra el voluntariado a sus planes de estudio

Un gran avance lo dieron universidades como la del Valle de México (en su momento con Elizabeth Manning Martínez y Yolanda Hernández Arciniega) cuando promovieron que se incluyera en el mapa curricular de todas las licenciaturas que ofrece esa casa de estudios la materia de Vinculación con la Comunidad. Hoy dentro de esa institución hay un robusto plan de asociar la vida profesional con la voluntad de servicio impregnado de conocimiento del quehacer del sector filantrópico y de una materia, se pasó a dos que tiene que cursar todos los alumnos.

Otro caso similar es el del ITESM donde incluyó con Prepa Net el tema del voluntariado en el bachillerato. También destacan sus servicios educativos en materia de posgrados y diplomados, la alianza con Más Sociedad para fortalecer a organizaciones civiles ha probado ser muy efectiva. En Chihuahua el sistema ITESM dio un gran acierto al establecer una alianza con la Fundación del Empresariado Chihuahuense para albergar en sus instalaciones tanto al Centro de Fortalecimiento de la Sociedad Civil en Chihuahua (que dirige hoy Martha Baca) y Fortalessa (que lidera Julio Domínguez Padilla). Más recientemente también abrió sus puertas para recibir al Centro de Investigación y Estudios de Sociedad Civil (CIESC, que encabeza Jacqueline Butcher).

Luego sobrevinieron los esfuerzos de la Universidad Anáhuac que ha ido mucho más allá al fundar la Facultad de RSE y el Centro Latinoamericano de Responsabilidad Social (CLARES) con el liderazgo de Roberto Delgado y su equipo. Incluyeron y desarrollaron la maestría en Responsabilidad Social donde se considera el voluntariado como un factor transversal y de gran importancia.

La Universidad Iberoamericana no se queda atrás. En la década de los ochenta empezó a ofertar diplomados que fortaleció la vinculación universitaria con la sociedad civil. De hecho tres diplomados impartidos en Ciudad de México destacaron esos esfuerzos. El Diplomado sobre Voluntariado Social, el de Derechos Humanos y lustros después el que encabezó María Eugenia Antúnez (qepd) “Filantropía: Una propuesta para el Desarrollo Social”. Los otros campus fuera del Distrito Federal también han realizado acciones ejemplares. La UIA Laguna dio un fuerte impulso a la Red de RSE local que continúa con gran fulgor (gracias en parte a Saúl Ramos Aranda) y el tema de sociedad civil, filantropía, voluntariado y responsabilidad social ya están presentes en la vida cotidiana de la universidad.

La Universidad Autónoma de Baja California es otro caso ejemplar. Desde hace décadas y gracias a profesionales adscritos a la Association for Fundraising Profesionales como Pedro Hernández Flores, Carla Rubio y Carlos N. fraguaron en casa de estudios estrategias de procuración de fondos para la construcción de edificios y provocaron la inclusión del tema de la filantropía y el voluntariado en diversas cátedras. Estos tres ejemplares profesionales de la filantropía han dejado su huella no solo en la universidad sino también en Tijuana, Ensenada, Tecate y Mexicali.

Cuando la Universidad estructura sus propios programas de voluntariado o filantropía

Diversas han sido las motivaciones para impulsar el voluntariado, a veces de manera directa, otras indirectas desde la universidad con recursos institucionales. Un caso es cuando la universidad crea una fundación para apoyar sus programas de becas. También la fundación funge como un puente de enlace con las sociedades de egresados y a su vez arraigan sus vínculos con colegios de profesionistas. Ahí destaca la Fundación UNAM.

Otra variante de la categoría se conforma cuando la universidad organiza, administra y desarrolla un programa de voluntariado propio y se nutre de la participación de la comunidad estudiantil. La universidad alinea diversas actividades que van desde la cátedra, pasando por seminarios, encuentros, investigaciones, etc. hasta llegar a contar con programas de voluntariado social donde involucran el desarrollo del quehacer de futuros profesionales. Desde hace varias décadas la Facultad de Odontología de la UNAM realiza jornadas para llevar servicios a comunidades marginadas. Con ello acrecientan el espíritu solidario y altruista de sus estudiantes. Otros destacados casos son los grupos voluntarios “Hormigas” del ITESM, “Alas” de la Universidad Anáhuac, etc.

El trinomio Universidad – fundación universitaria – voluntariado está siendo muy productivo en todas sus aristas: alienta la accesibilidad a la educación, incluye temas de sociedad civil, promueve el voluntariado y la responsabilidad social, fortalece a OSC, impulsa la investigación del sector social, etc.

Finalmente no se puede dejar de mencionar los efectos positivos que la Red Universitaria de Prevención y Atención de Desastres (UNIRED) ha provocado para que en las universidades pertenecientes a esta alianza den mayor relevancia al voluntariado universitario organizado y gestionado profesionalmente.

Para reflexionar

Como lo señala la nota de Victoria Salazar Gil, “en el ámbito universitario, esta práctica (la del voluntariado) contribuye al fortalecimiento del entorno ético, ya que el estudiante perfecciona sus principios y valores éticos, y como sujeto social genera un aprendizaje basado en la realidad”.

Pero no hay que confundirse, dentro del voluntariado universitario el servicio social, practica que se lleva en México, no pueden considerarse como igual. El servicio voluntario es libre, el servicio social es obligatorio. No obstante a ello en la Alianza Mexicana de Voluntariado hemos impulsado programas de voluntariado institucional donde se incluye la gestión profesional también del servicio social universitario.

El voluntariado universitario allende donde se ha desarrollado más, ha mostrado ser un puente que une con mayor profundidad a la universidad con su comunidad devolviendo a la casa de estudios una apreciación mayor porque es útil a problemas sociales del barrio o la colonia.

Hay que señalarlo claramente, los esfuerzos de incluir los temas de voluntariado, la filantropía y la responsabilidad social han nacido con mayor primacía, profundidad y alcance en universidades privadas, pero afortunadamente la universidad pública en muchos estados del país, han provocado también que los alumnos cambien su paradigma y vean un campo más de desarrollo profesional.

Sea como fuere, universidades públicas y privadas han contribuido a que ya no sólo se considere a la administración pública o a la empleabilidad en la iniciativa privada y el micro emprendimiento como las únicas opciones laborales y de desarrollo profesional, sino que viene a emerger el tercer sector como un fértil terreno para el emprendimiento social, desarrollo profesional y personal de miles de universitarios en el país a quienes tocará desarrollar la economía no lucrativa tan ajena todavía a nuestra comunidad.

Ciudadanos trabajando

Lorena Guillé, emprendedora del año

Siempre que se reconoce el trabajo de una colega que colabora en filantropía es gratificante por sus propios méritos y porque también esa distinción “le pega” favorablemente al sector pues le llena de contenido social a esta actividad y logra inspirar a otros. Por ello toma relevancia que Lorena Guillé de Fundación Cinépolis haya recibido el reconocimiento Premio Impulsa al Emprendedor Social del Año por parte de su alma mater la Universidad Anáhuac e IMPULSA que encabez Jaime Santibáñez. ¡Felicidades!

Reunión con Indesol para comentar la ruta de la conferencia de IAVE en México

De gran interés resultó la reunión que el Comité Organizador conformado por el Centro Mexicano para la Filantropía, la Alianza Mexicana de Voluntariado y la Fundación Nosotros los Jóvenes sostuvieron el miércoles pasado con la Titular del Instituto Nacional de Desarrollo Social, María Angélica Luna Parra, donde además estuvieron presentes Sandra Ortiz Ávila, Jefa del Departamento de Movilización Comunitaria de los Centros de Integración Juvenil y el Lic. Jorge Galindo, Director General Adjunto de Relación con Organizaciones Sociales de la Secretaría de Gobernación. Tuvieron la oportunidad de conocer la ruta que se seguirá en este año para organizar y promover la conferencia de 2016 y enriquecer con ideas las posibles áreas de colaboración del gobierno federal.

Próximos eventos

Día de la Tecnología para OSC

Fundemex y sus aliados invitan a participar en el Día de la Tecnología para OSC que se llevará a cabo el 21 de abril en las instalaciones del Instituto Mexicano de la Juventud, sito Serapio Rendón 76, Col. San Rafael. el evento empieza a las 8:30 horas.

Encuentro de OSC en el Senado de la República

La Red Nacional de Organizaciones de la Sociedad Civil invita a participar en el 20º Seminario de Profesionalización de las OSC que se llevará a cabo en la Cámara de Senadores los días 17 y 18 de abril.

AMANC capacitó a voluntarios

El 24 de marzo pasado se llevó a cabo la primera capacitación del Voluntariado 2015, de la Asociación Mexicana de Atención a Niños con Cáncer (AMANC), en la que se presentaron oficialmente a las personas que recientemente se adhirieron al Voluntariado de dicha organización. AMANC ha venido realizando destacados esfuerzos para conducir profesionalmente a sus grupos voluntarios en los que se ha apoyado tanto para el cumplimiento de la misión institucional como para brindar servicios.

Abierta la Convocatoria Luis Elizondo

Los Premios Luis Elizondo que promueve el ITESM constituyen una excelente oportunidad para postular a voluntarios que destacan por su labor en la categoría Humanitario que tiene como objetivo recompensar y honrar a personas físicas o morales mexicanas que hayan realizado una extraordinaria labor humanitaria en beneficio de una persona o grupo de personas en nuestro país”. La convocatoria cierra el 30 de abril y puede conocerse en www.premioluiselizondo.com.mx


emilio guerraEmilio Guerra Díaz Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.

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