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Visiones de esperanza: Arun Gandhi

EL MAYOR RETO PARA PROMOVER LA NO-VIOLENCIA ES vencer las limitaciones del idioma inglés. El sihuiente reto es nuestra persepción, enraizada por siglos, de que la violencia es el único modo de resolver nuestros problemas.

Cuando mi abuelo, Mohandas Karamchand Gandhi, desarrolló en Sudáfrica su filosofia de la no-violencia y buscaba una palabra apropiada que pudiera describirla en inglés no la encontró. Recazó resistencia pasiva y desobediencia o pasividad en el movimiento. Incluso ofreció una recompensa a aquel que pudiera dar el equivalente apropiado en inglés para descubrir lo qe tenía en mente. ¡Qué lástima! Nadie pudo.

Gandhi decidió que una palabra del sáncristo era mas adecuada, pues tenía planeado regresar a la India y guiar la lucha por la independencia. Encontró satyagraba, una combinación de dos palaras sánscritas que describieron mejor su filosofía: satya, que significa «verdad», y agraha, que significa la «búsqueda de». Por lo tanto, satyagraha significa la búsqueda de la verdad, lo opuesto al concepto occidental de poseer la verdad.

Por ende, la no-violencia se puede describir como la búsqueda honesta y dirigente de la verdad. También puede significar la búsqueda del sentido de la vida o la búsqueda del sentido de la vida o la búsqueda de la vida, preguntas que han atormentado por siglos a la humanidad. El hecho de que no hayamos podido encontrar respuestas satisfactorias estas preguntas, no quiere decir que no lo haya. Sólo significa que no hemos buscado con un gadro suficiente de honestidad. La búsqueda debe ser tanto interna como extrena. Tratamos de ignorar esta búsqueda crucial debido a que los sacrificios que exige son revolucianarios. Lo que significa que hay que olvidarse de la codicia, del egoísmo, del carácter dominante y de la autoridad para armar, tener compasión, comprensión y respeto. Lo que significa tambie que, para ser honestos con la fe y la religión, no es suficiente rezar diez veces al día. sería mejor hacer que las escrituras fueran la base de nuestra existencia.

Debido a nuesto estilo de vida codicioso y materialista, nos hemos convertido en posesivos. Tratamos de poseer no sólo los bienes materiales, sino también las creencias espirituales, incluso en tiempos de paz, si la encontramos. ¿Cuántas veces hemos escuchado a la gente decir: «estoy en paz conmigo mismo»? ¿O los guús a sus devotos: «encuentren la paz y consérvenla»? ¿Puede alguien encontrar la paz o el despertar espiritual y conservarlo sólo para sí mismo?

A mi abuelo le gustaba contarnos historia de un antiguo rey de la India quien estaba obsesionado con la idea de encontrar la paz. ¿Qué es la paz? ¿Cómo la podemos alcanzar? ¿Y qué debemos hacer con ella cuando la encontraremos? Estas eran algunas de las preguntas que lo modificaban. Se ofreció una jugosa recompensa a los intelectuales del reino para que responsadieran las preguntas del rey. Muchos trataron, pero no tuvieron éxito. Por último. alguirn sugirió que el rey consultara a un sabio que vivía justo afuera de las fronteras del reino.

Le dijeron al rey: «Es un hombre anciano pero muy sabio. Si alguien puede resonder tus preguntas, es él.»

El rey fue a ver al sabio y le hizo sus eternas preguntas. Sin decir una palabra, el sabio fue a su cocina y trajo un grano de trigo para el rey.

Aquí encontrarás tu respuesta», le dijo, y puso grano de trigo en la palma extendida de la mano del rey.

Confuso, pero sin querer aceptar su ignorancia, el rey tomó el grano de trigo y regresó a su palacio. Puso el preciado grano de trigo en una pequeña caja de oro y la guardó bien. Cada mañana, al despertar, el rey abría la cajita y miraba el grano buscando una respuesta, pero no pudo encontrar ninguna.

Semanas después, un sabio que pasaba por ahí decidió detenerse para conocer al rey, quien lo invitó a resolver su dilema. El rey le explicó cómo había hecho su pregunta eterna y cómo habñia recibido el grano de trigo. «Cada mañana he buscado una respuesta, pero no encontro ninguna.»

El sabio dijo: «Es muy simple, su majestad. Del mismo modo en el grano representa alimento para el cuerpo, la paz representa el alimento para el alma. Ahora, si usted conserva el grano en la caja de oro,se pudrirá sin ser capaz de alimentar o multiplicarse. Sin embargo, si se le permite interactuar con los elementos -lus, agua, aire, tierra- florecerá, se multiplicará y pronto tendrá todo un campo de trigo no sólo alimentarse, sino para alimentarse, sino para alimentar a otos. Este es el significado de la paz.

Debe alimentar su alma y las almas de los demás y debe multiplicarse gracias a la interacción con los elemntos.»

Esta es la esencia de la filosofía de no-violencia o de la búsqueda de la verdad de Gandhi. A lo largo de la vida, durante la búsqueda de la verdad, debemos guiarnos siempre por el amor, la compasión, la comprensión y el respeto. Debemos permitir que todo lo que tengamos interactúe positivamente con los elementos y debemos ayudar a crear una sociedad de paz y armonía. Entre más posesiones tengamos, más no tendermos que cuidar de aquellos que las codician. ESto genera sentimientos de celos y conlleva la necesidad de valerse de la fuerza para tomar lo que no se puede obtener mediante el amor y la compasión del rico.

La mejor manera de entender la filosofía de no-violencia de Gandhi es, primero, conociendo el grado de violencia que pacticamos, consciente o inconscientemente, cada día de nuestras vidas. Mi abuelo que me diera cunta de la violencia en la sociedad, incluyendo la violencia conmigo mismo, al pedirme qe trabajarara en un árbol familiar de violencia, utilizando los mismos principios de un árbol genealógico.

Decia: «La violencia tiene dos hijos: la forma física y la pasiva. Todos los días antes de que te vayas a dormir, quisiera que escribieras bajo cada encabezado todo lo que hayas experimentado durante el día y su relación con la violencia.»

Tenía que escribir honestamente mis propios actos de violencia del dia. Esto significaba que cada noche tenía que analizar mis acciones. Si encontraba que eran violentas, tenía que identificarlas como tales. Era un magnifico modo de introspección y reconocimiento de la violencia de uno mismo.

Generalmente negamos nuestra propia violencia poque la ignoramos o porque estamos condicionados a verla como una manifetación -guerras, luchas, matanzas, golpizas, violaciones- donde se utilizaba la fuerza fisica.

Sin embargo, no consideramos como violencia la opresión en todas sus formas: apodos, bromas, insultos, cinductas irrespetuosas, las cuales son formas pasivas de violencia.

La relación entre la violencia pasiva y la física es la misma que existe entre la gasolina y el fuego. Los actos de violencia pasiva generan ira en la víctima y, dado que ésta no ha aprendido a utilizar positivamente su ira, abusa de ella y genera violencia física. Por lo tanto, la violencia pasiva alimenta el fuego de la violencia física, lo que significa que si queremos apagar el fuego de la iolencia sísica, debemos parar el abastecimiento del combustible.

La elección está ante la humanidad y cito las palaras de Gandhi: «Tenemos que ser el cambio que queramos ver. A menos que cambiemos individualmente, nadie va a cambiar de manera colectiva. Por generaciones hemos esperado que la otra persona cambie primero. No se puede legislar un cambio de corazón; debe darse por convicción.

Obtenido del Libro: Arquitectos de la Paz
Publicado por: Michael Collopy, durante este año

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1 COMENTARIO

  1. Muy buen artículo, lástima que no hayan cuidado la ortografía, aunado a que hay varios errores «de dedo».

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