En un contexto donde muchas mujeres aún temen pedir ayuda o no saben a quién acudir, la tecnología puede marcar la diferencia entre el silencio y la acción. En Jalisco, el gobierno estatal ha lanzado una herramienta que representa un paso firme hacia el acceso inmediato a la información y al acompañamiento en casos de violencia de género: ‘Violeta’, un chatbot que ayuda a mujeres víctimas de violencia, disponible en WhatsApp.
Con tan solo guardar el número 33 14 15 10 02 en el celular, las usuarias pueden entablar una conversación directa con ‘Violeta’. No se trata de una simple respuesta automática, sino de una guía empática que ofrece orientación, referencias confiables y un canal seguro para comenzar a salir del círculo de la violencia. Disponible las 24 horas, los 7 días de la semana, este chatbot se convierte en un nuevo aliado para miles de mujeres.
Un menú que abre puertas
Desde el primer mensaje, ‘Violeta’ despliega un menú claro y directo, permitiendo a las usuarias elegir el tipo de apoyo que necesitan. Puede ser orientación para denunciar, conocer instituciones de apoyo cercanas o activar directamente el Código Violeta, una medida de atención inmediata en situaciones de riesgo.
Este chatbot que ayuda a mujeres víctimas de violencia ofrece, además, un sistema de geolocalización para ubicar las sedes de atención más cercanas. Las usuarias pueden recibir direcciones e incluso ver la ubicación en un mapa. Esta característica resulta esencial para quienes no saben a dónde acudir o se encuentran lejos de su red de apoyo.
En todo momento, el sistema recuerda que en caso de emergencia, el primer paso debe ser llamar al 911. El objetivo es complementar, no sustituir, los protocolos de atención de emergencia, ampliando las opciones de contacto inicial.
Más allá de la denuncia: servicios integrales
‘Violeta’ no solo sirve como guía para denunciar; también da acceso a información sobre servicios de empoderamiento, prevención y acceso a la justicia. Así lo señala Sofía García Mosqueda, representante de la Red de Centros de Justicia para las Mujeres, quien subraya que este canal digital ayuda a visibilizar todo lo que ya se ofrece en términos de atención integral.
A través de este chatbot que ayuda a mujeres víctimas de violencia, es posible entender el abanico de recursos disponibles: apoyo psicológico, acompañamiento legal, talleres de empoderamiento y servicios para hijas e hijos. Esta visión integral reconoce que salir de una situación de violencia implica mucho más que presentar una denuncia.
Además, el chatbot puede ser un primer paso para acceder a estos servicios sin el temor de ser juzgada o rechazada. La privacidad y el lenguaje accesible son parte de su diseño, lo cual lo hace especialmente útil para quienes buscan ayuda sin exponerse de inmediato.
El violentómetro: una herramienta que orienta
Uno de los elementos más valiosos dentro del chatbot es el violentómetro, una herramienta desarrollada para identificar los diferentes niveles y tipos de violencia. Desde frases hirientes hasta agresiones físicas, este medidor permite a las mujeres reconocer si están viviendo situaciones que afectan su bienestar.
El violentómetro es particularmente importante porque muchas veces la violencia psicológica, económica o simbólica pasa desapercibida. En este sentido, el chatbot no solo ayuda a actuar, sino también a comprender qué es lo que se está viviendo.

Esta función educativa dentro del chatbot que ayuda a mujeres víctimas de violencia promueve la prevención y fortalece la autonomía de las usuarias. Entender que ciertas actitudes o patrones son violentos es el primer paso para romper con ellos.
Atención disponible las 24 horas
La disponibilidad constante es uno de los grandes aciertos de ‘Violeta’. Cualquier día, a cualquier hora, una mujer puede acceder al servicio sin necesidad de trasladarse o esperar una respuesta oficial. Este enfoque de atención continua es clave en un entorno donde la violencia puede surgir en cualquier momento.
El hecho de que funcione a través de WhatsApp —una aplicación ampliamente usada en México— facilita el acceso incluso para mujeres en comunidades alejadas o con recursos limitados. No se necesita una red compleja ni conocimientos técnicos, solo un celular y conexión.
Además, en situaciones de emergencia o inseguridad, poder escribir en lugar de hablar puede ser más seguro y discreto. Este detalle no es menor: muchas mujeres viven bajo vigilancia constante por parte de su agresor.
Tecnología al servicio del acompañamiento
El desarrollo de ‘Violeta’ es un claro ejemplo de cómo la tecnología puede ponerse al servicio de los derechos humanos. En lugar de crear herramientas genéricas, se diseñó un recurso centrado en las necesidades reales de las mujeres en contextos de violencia.
Este chatbot que ayuda a mujeres víctimas de violencia no sustituye la labor de instituciones ni organizaciones de la sociedad civil, sino que se suma como una pieza más en un ecosistema que busca prevenir, atender y erradicar la violencia de género.

También puede representar una oportunidad de colaboración entre gobierno, sociedad civil y sector privado. Imaginar una versión más robusta, con interoperabilidad entre sistemas o con inteligencia emocional avanzada, es un paso natural hacia adelante.
Lo que sigue: promover su uso y generar confianza
La implementación del chatbot es solo el inicio. Para que ‘Violeta’ realmente impacte, es necesario que las mujeres lo conozcan, lo usen y confíen en él. Eso implica campañas de difusión, talleres comunitarios, capacitación a promotores sociales y una revisión constante de su funcionamiento.
También se requiere fortalecer la respuesta de las instituciones que reciben los casos derivados por el chatbot. No basta con canalizar: se necesita asegurar que el servicio sea ágil, seguro y empático en cada punto del proceso.
Por último, incluir retroalimentación de las usuarias será clave para mejorar. La tecnología puede cambiar vidas, pero solo si se adapta a quienes más la necesitan.
Una aliada digital para tiempos urgentes
‘Violeta’ llega en un momento donde las mujeres necesitan más canales de apoyo, no menos. Este chatbot que ayuda a mujeres víctimas de violencia es una herramienta poderosa por su sencillez, disponibilidad y enfoque en el cuidado. No sustituye la atención humana, pero sí abre la puerta a ella.
En el campo de la responsabilidad social, iniciativas como esta demuestran que la innovación puede ser profundamente ética y efectiva. Hoy más que nunca, escuchar y acompañar puede comenzar con un mensaje de WhatsApp.
Porque a veces, lo más valiente que una mujer puede hacer… es empezar una conversación.







