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Venus y Marte, Relaciones empresa – organizaciones de la sociedad civil

A Gustavo de la Vega Shiota,
con admiración, respeto y
reconocimiento a su labor sociológica.

Por Emilio Guerra Díaz

¿Recuerda ese popular libro de la pasada década que se hizo referencia en gran número de parejas que deseaban mejorar su relación y que llevaba por título “Los hombres son de marte, las son mujeres de Venus” de John Gray?

En esa obra se exponía la vitalidad femenina en comparación con la masculina y algunos de los códigos y significantes que cada uno de los sexos utiliza para crear y recrear su propia cosmovisión, algunos lejos de producir generación en el sentido de la fuerza de Heráclides (los contrarios se complementan, pueden ir en la misma dirección pero en sentido contrario, etc.) constituyen lenguajes diferentes o como dirían los profesionales de la comunicación “viciada o con ruido” por lo que habrá que obtener una traducción que permita el entendimiento.

Pues bien, este lunes estuvimos trabajando con la Fundación Comunitaria del Bajío, en Irapuato, Guanajuato, organización dirigida por Adriana Cortés Jiménez, para exponer en el taller “Entendiendo la Responsabilidad Social Empresarial para crear alianzas estratégicas entre empresas y organizaciones civiles”, a fin de facilitar el entendimiento echamos mano del Diccionario Empresa – Sociedad Civil que he venido preparando para los cursos y talleres como una herramienta para expresar que el mismo fenómeno Marte-Venus sucede entre la relación de estos dos sectores.

Es justo decir que los argumentos de mi Diccionario han sido resultado de la práctica de más de 12 años, la reflexión en reuniones con personal de organizaciones, intercambios de puntos de vista con especialistas, pero sobre todo del aporte de diversos directivos, procuradores de fondos, directores de desarrollo y voluntarios que participan en la difícil tarea de procurar recursos para su institución.

En Irapuato revisamos con miembros del Consejo Directivo y del equipo operativo de la Fundación Comunitaria del Bajío como con frecuencia las OSC (que podrían jugar el papel de Venus en nuestro Diccionario) desean que sus interlocutores en general les comprendan y valoren el aporte de su trabajo y les facilite la procuración de fondos, en particular, del Dios de la Guerra Marte, en este caso el sector empresarial.

Así uno de los argumentos más socorridos en los mensajes de comunicación que preparan las organizaciones civiles para cuando serán recibidos por un empresario, potencial donante, es señalar que para continuar con su labor “necesitan de todo”.

La organización quizá conscientemente no domine los aspectos básicos de la comunicación, pero hacen uso de este recurso comunicativo con supuesta “habilidad” porque “lograrán sensibilizar” al empresario para que done.

Así, los mensajes en general y en particular en la procuración de fondos tienen dos elementos fundamentales, primero El Objetivo, es decir, qué se quiere lograr. En segundo lugar, La Intencionalidad; que consiste en dar “color”, “textura” y “sabor” al mensaje para provocar o alcanzar cierto efecto o El Objetivo.

De tal suerte la frase de un procurador de fondos ante un empresario que le ha brindado tiempo para una entrevista al señalar “necesitamos de todo” tiene como objetivo lograr de ese empresario una ayuda, “lo que sea”, pues la organización esta requiriendo su apoyo. La intencionalidad que se refuerza en el énfasis que se pone a las palabras “de todo”, significa para la organización que cualquier ayuda, económica o material, será bien recibida.

Parece que todo marcha bien, pero como ese es un lenguaje que utiliza Venus, habrá que ver qué entiende Marte, es decir, el empresario.

El Diccionario Empresa-OSC que he referido (y que lo he preparado en power point) nos resuelve fácilmente la cuestión. El empresario se eriza cuando escucha “necesitamos de todo” y concluye: esta organización no tiene ni siquiera idea de que lo que necesita, la OSC es presentada como una instancia que improvisa, genera lástima hacia ella y deja el sabor de que lejos de un trabajo profesional, se está realizando un trabajo empírico.

Marte piensa que no hay planeación ni claridad en los objetivos de Venus, pues de lo contrario, si lo supiera, tendrían idea clara sobre lo que pudieran estar solicitando al empresario. Este es un típico problema, de comunicación, que no permite que las relaciones empresa-sociedad civil puedan avanzar, fructificar y crear alianzas estratégicas.

Lo anterior se agrava cuando en el escenario aparecen además organizaciones constestarias, agitadoras, violentas o que se oponen sistemáticamente a todo, o ciudadanos que se “suben a una causa” como ahora sucede con los diversos y muy plurales “#yosoy132”, pues ya hay versión “con machete”, “anti fulano”, “pro perengano”, “a favor de la legalidad”, o el “si hay imposición, habrá revolución”, o el grupo de adultos cercanos a pertenecer a la tercera edad pero que como son jóvenes de corazón también son 132…

Otro de los efectos perjudiciales para el entendimiento empresa sociedad civil, y por ende el desarrollo de un aparente lenguaje Venus-Marte opuesto, en nuestro escenario filantrópico consiste en que las organizaciones civiles desean que su punto de vista sea comprendido y no han invertido ni el tiempo ni los talentos suficientes para establecer una relación ganar-ganar cuidando la cosmovisión del otro.

A continuación anoto a manera de un ejemplo adicional otra frase del Diccionario:

La organización en entrevista con un empresario dice: “Es que nadie nos ayuda”
Porque su intencionalidad es “motivar que esa empresa sí ayude y haga la diferencia al sumarse a sus proyectos”, sin embargo el empresario entiende: “Si nadie te ayuda, ¿Tan devaluada está tu organización?”…

Si Venus, en este caso la OSC, está ensimismada, su tensión por la carencia económica, necesitando cuanto antes dinero, voluntarios, recursos, etc. le hace pensar sólo en ella. Justo es que Marte, la empresa no le entienda, porque no hablan el mismo lenguaje pero no ha sido en todo el discurso incluido en el bien superior: el bienestar de la comunidad.

Sí una OSC desea trabajar con la empresa se necesita conocer qué necesidades o deseos tiene en la comunidad, cómo con el quehacer de la institución, se puede ayudar a focalizar el trabajo de inversión social y cómo crear un retorno de inversión. Conjugar en “nosotros” es un buen paso para el entendimiento.

Desde el Consejo Directivo

En la reunión del Consejo Directivo de esta semana llamó la atención a uno de los miembros del directorio el dato que dio a conocer la Asociación Mexicana de Servicios Prendarios (Amespre), la cual calcula que en el país existen alrededor de 1 mil 500 casas de empeño que pueden calificarse “patito”. La falta de interés por cuidar este segmento de necesidades por parte del gobierno va en detrimento de las organizaciones que trabajan profesionalmente y que parte de su intervención el mercado contribuye a apoyar proyectos filantrópicos como lo hacen Nacional Monte de Piedad y la Fundación Rafael Dondé, por citar tan solo dos ejemplares organizaciones.


Emilio Guerra Díaz

Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.

1 COMENTARIO

  1. Buen punto para reflexionar en ello, y después tomar acción que nos lleve a un entendimiento… ¿será esto viable ante dos perspectivas diferentes? Yo creo que sí, y ahí es donde se encuentra el reto… En las diferencias es que se descubren los campos de oportunidad!
    Un abrazo Emilio!

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