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Responsabilidad social, un reto

Por primera vez, accedí acompañar a unos amigos a las instalaciones de la Villa Recreativa del municipio Pachuca, la cual se encuentra a un costado del Boulevard Felipe Ángeles, justo a un costado del aeropuerto. Para un servidor fue muy grato constatar que un gran número de familias se reúnen en ese espacio, particularmente el domingo.

Resulta muy aleccionador que los padres de familia conviven con sus hijos y practican algún tipo de deporte que más les place.

Esta sana costumbre, además de coadyuvar al fortalecimiento físico, es una excelente ocasión para impulsar la unidad familiar mediante la sana convivencia.

Lo lamentable es el estado en que se encuentra este espacio. Un lugar que significa tanto para muchas familias pachuqueñas e hidalguenses, precisa de una atención inmediata para devolverle la imagen que otrora tuvo.

Contribuir todos para lograr que este lugar tenga las condiciones de funcionalidad, buen aspecto e imagen urbana que estos espacios necesitan, es cierto que es responsabilidad del municipio, pero indudablemente que también reclaman el cuidado de la ciudadanía.

Hay sitios de este lugar de convivencia que parecen zona de guerra. Recordemos que cuando uno recibe una obra que está destinada para el bien de toda la ciudadanía, es muy importante que todos colaboren para poder mantenerla en buenas condiciones. El uso de los espacios públicos debe ser respetuoso y adecuado.

La forma como todos los ciudadanos debemos ayudar a las autoridades es coadyuvando en el mantenimiento y cuidado de aquellas obras, espacios y lugares que están destinados para el entretenimiento, el descanso y la sana convivencia.

Cumpliendo con la intención de esta columna, generar una mayor conciencia social respecto a nuestra responsabilidad comunitaria, me parece oportuno recordarles a todas las amables lectoras, lectores de MILENIO Hidalgo y, en general, a toda la ciudadanía, que así nuestro hogar reclama mantenimiento, cuidados, mejora constante, aseo cotidiano, los espacios públicos que nos sirven a todos lo precisan también.

En la misma medida en que exigimos más y mejores instalaciones de uso comunitario, mejores espacios públicos para favorecer la vida en común, también debemos comprometernos en su adecuada conservación.

Procurar que esta tarea se cumpla adecuadamente no es responsabilidad exclusiva de las autoridades, es trabajo que todos debemos cumplir de manera responsable y adecuada.

Respecto al espacio en comento, es contrastante el estado en que se encuentra el Centro de Alto Rendimiento, el cual esta justamente enfrente. Se observa cuidado, instalaciones en condiciones de uso adecuado y limpias.

Si a nuestra niñez la vamos conduciendo, acompañando y educando correctamente, estaremos sentando las bases conductuales que favorecerán conductas comunitarias adecuadas y constructivas.

Sitios de constante visita, como es el caso de Mineral del Monte, poco a poco, paso a paso, ya están logrando generar una inercia social responsable de cuidado y conservación de los lugares que son de todos.

Una excelente respuesta sería conformar brigadas dominicales de limpieza y conservación de nuestros parques y villas recreativas.

En esta importante tarea, la ayuda de las grandes cadenas comerciales que venden sus productos en estos lugares, sería también bienvenida.

Si queremos un estado fuerte, ciudades limpias y dignas, espacios para impulsar la convivencia, la distracción y la salud física, debemos unirnos para compartir responsabilidades.

Los tiempos en los que se acostumbraba cargar toda la responsabilidad a las autoridades han quedado atrás. Ha llegado el momento de asumir una nueva responsabilidad, si es que en realidad queremos vivir mejor.

A pesar de que a mucha gente no le gustan las comparaciones con países del viejo mundo, creo que en este caso es oportuno poner un ejemplo. En Alemania, especialmente, se sanciona severamente a quien dañe el mobiliario urbano, haga un mal uso de los parques y espacios recreativos, incluso obligando al infractor a su reparación. Por ejemplo, hay pequeños pueblos en los que se obliga a barrer las calles durante una semana a quien es sorprendido tirando la basura en donde no se debe.

Tenemos lugares increíbles para nuestro digno esparcimiento, respetuosamente los convoco a generar una conciencia social adecuada, en aras de su conservación y uso adecuado.

Nuestro estado y nuestra ciudad merecen toda nuestra atención.
Fuente: Milenio

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