El interés por las inversiones con impacto social y ambiental positivo sigue ganando terreno en el mundo financiero. Así lo demuestra el más reciente informe Sustainable Signals del Morgan Stanley Institute for Sustainable Investing, que analiza las actitudes y expectativas de los inversores individuales respecto a la sostenibilidad.
Desde su primera edición en 2015, esta serie ha permitido identificar tendencias y prioridades emergentes entre quienes buscan alinear sus decisiones financieras con sus valores. En esta última edición, el estudio encuestó a más de 1,700 personas con activos superiores a los 100,000 dólares en Norteamérica, Europa y Asia-Pacífico.
Inversores sostenibles: una tendencia cada vez más sólida
Según el informe, el 88 % de los encuestados afirma estar interesado en la inversión sostenible. Este interés es aún más alto entre las generaciones jóvenes: el 99 % de la generación Z y el 97 % de los millennials buscan generar impacto con sus decisiones financieras. Además, el 64 % ha aumentado su interés en el último año.
Los resultados muestran cómo los inversores sostenibles no solo están creciendo en número, sino también en convicción. La mayoría cree que es posible obtener rendimientos financieros sin dejar de lado el impacto positivo. Esta tendencia se fortalece a medida que los más jóvenes se posicionan como actores clave en los mercados globales.
Jessica Alsford, directora de Sostenibilidad de Morgan Stanley, lo resume así: “Las inversiones sostenibles están ganando relevancia a medida que las generaciones más jóvenes priorizan cuestiones sociales y ambientales con más fuerza que nunca”.

Asignación de cartera y confianza en el rendimiento
El 59 % de los encuestados planea incrementar su asignación a inversiones sostenibles en el próximo año, impulsados principalmente por la confianza en que estas opciones ofrecen rendimientos similares o superiores a las inversiones tradicionales. Esta percepción representa un cambio importante respecto a años anteriores.
Alrededor del 31 % de los inversores prefiere mantener su asignación actual. En muchos casos, la razón está relacionada con preocupaciones sobre el greenwashing o lavado de imagen verde, una de las barreras más persistentes que enfrentan los inversores sostenibles.
A pesar de estas dudas, más del 80 % de los encuestados considera que las empresas pueden obtener ganancias sin comprometer sus compromisos ambientales o sociales, lo que reafirma el atractivo de esta estrategia de inversión a largo plazo.
El papel clave del desempeño corporativo
Los inversores están evaluando cada vez más las prácticas ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) de las empresas antes de decidir dónde colocar su dinero. Más del 80 % cree que las compañías deben atender los retos ambientales, y cerca del 70 % valora también el abordaje de temas sociales.
En este sentido, los inversores sostenibles están priorizando aspectos como la transparencia corporativa, la gestión ambiental y la gobernanza efectiva. La inclusión y la diversidad en los consejos de administración también son relevantes, sobre todo para los más jóvenes.

Estas preferencias muestran una evolución en los criterios de evaluación financiera: ya no basta con que una empresa sea rentable, ahora también se espera que sea responsable y consciente de su impacto en el mundo.
Áreas prioritarias de inversión
La encuesta revela que las energías renovables y la eficiencia energética se consolidan como los sectores más atractivos para los inversores sostenibles en todas las regiones. Más del 80 % ve en la transición energética una gran oportunidad para generar beneficios económicos y ambientales.
Sin embargo, hay diferencias regionales en otras áreas de interés. En Norteamérica destaca la innovación en salud y la accesibilidad médica, mientras que en Europa y Asia-Pacífico cobran importancia temas como la agricultura regenerativa, el almacenamiento de energía y la tecnología de baterías.
También emergen áreas menos convencionales, como la energía nuclear, que gana aceptación en Europa y Norteamérica, y la adaptación climática, especialmente prioritaria en Asia-Pacífico debido a su alta exposición a fenómenos meteorológicos extremos.

Desafíos persistentes para los inversores sostenibles
A pesar del entusiasmo, los inversores sostenibles enfrentan retos importantes. El 70 % identifica el lavado de imagen verde como una de las principales barreras, junto con la desconfianza en los datos reportados por las empresas.
Aunque el rendimiento financiero sigue siendo una prioridad para el 64 % de los encuestados, la mayoría rechaza que este sea incompatible con la sostenibilidad. No obstante, el mercado aún requiere más transparencia, claridad y asesoramiento para consolidar la confianza.
Generaciones como la Z y los millennials destacan la falta de conocimiento y la oferta limitada de productos como obstáculos adicionales. Esta situación abre una gran oportunidad para que los asesores financieros evolucionen sus propuestas y acompañen a los nuevos inversores en su transición sostenible.
El panorama es claro: los inversores sostenibles están aquí para quedarse. Su influencia se extiende más allá del rendimiento económico y apunta a transformar la manera en que se mide el éxito financiero.
Las nuevas generaciones están liderando este cambio con una visión integral que prioriza el impacto ambiental y social. Para responder a esta tendencia, los actores del sistema financiero deben ofrecer productos más transparentes, asesoría especializada y estrategias que fortalezcan la confianza.
En un entorno marcado por desafíos globales, los inversores sostenibles se posicionan como agentes clave para acelerar la transición hacia una economía más equitativa, resiliente y respetuosa con el planeta.