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Jerry de Ben & Jerry’s rompe con la empresa: acusa a Unilever de silenciar su activismo

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La icónica marca de helados Ben & Jerry’s enfrenta un momento crítico. Jerry Greenfield, cofundador y rostro del activismo social de la empresa, anunció su salida tras 47 años de trayectoria. La razón: la pérdida de independencia frente a la empresa matriz Unilever y el silenciamiento de sus acciones comprometidas con la justicia social

De acuerdo con Forbes, Greenfield afirma que los valores que dieron origen a la marca ya no pueden expresarse dentro de la estructura corporativa actual. La decisión refleja un conflicto profundo entre los ideales fundacionales de la compañía y las exigencias de una multinacional que busca controlar el discurso empresarial.

La ruptura que sacude a la industria

Jerry Greenfield comunicó su salida con un mensaje directo y emocional. Señaló que Unilever, al comprar Ben & Jerry’s, había prometido mantener la independencia de la marca, pero que esta promesa se había incumplido. Según él, la empresa fue “silenciada” y marginada por temor a molestar a quienes ostentan el poder político.

Ben Cohen, cofundador, apoyó el anuncio en X, enfatizando que el legado de la empresa debe permanecer fiel a sus valores y no ser “silenciado” por intereses corporativos. Con el hashtag #FreeBenAndJerrys, se buscó visibilizar la lucha por mantener la identidad ética y social de la marca.

Esta ruptura ejemplifica cómo los valores fundacionales de una empresa pueden entrar en conflicto con la estrategia corporativa de un conglomerado, poniendo en riesgo la reputación y la credibilidad social de la marca.

Activismo social vs. control corporativo

El corazón del conflicto reside en el activismo social que siempre ha definido a Ben & Jerry’s. Greenfield criticó a la administración del presidente Donald Trump por su ataque a derechos civiles y sociales. Subrayó que la defensa de la justicia y la equidad nunca ha sido tan necesaria.

Sin embargo, los esfuerzos de la empresa para mantener una postura ética se vieron limitados por Unilever, que, según Greenfield, prioriza evitar conflictos políticos y comerciales. Este choque evidencia cómo las decisiones corporativas pueden afectar la capacidad de una empresa para actuar según sus principios.

Este caso es un ejemplo paradigmático: incluso marcas con fuerte compromiso social pueden ver sus valores fundacionales comprometidos cuando se integran a estructuras corporativas más grandes.

El peso de la independencia perdida

La independencia prometida por Unilever fue central en la decisión de los fundadores de unirse a la multinacional. Greenfield asegura que esa libertad ya no existe, y que la empresa ha sido silenciada al intentar expresar sus posiciones sobre justicia social.

La pérdida de autonomía también se refleja en la Junta Independiente de Ben & Jerry’s, que el año pasado demandó a Unilever por limitar sus iniciativas de apoyo a causas como los refugiados palestinos. La demanda incluyó acusaciones de amenazas directas a los miembros de la junta si promovían mensajes críticos sobre situaciones internacionales.

Este escenario plantea una reflexión sobre cómo las empresas pueden preservar su misión fundacional dentro de estructuras corporativas más amplias, sin comprometer sus valores ni su credibilidad ante los consumidores.

La postura de Unilever

Unilever, a través de Magnum Ice Cream Company, ha respondido defendiendo su visión corporativa. Aseguran que han buscado dialogar con los cofundadores para fortalecer la posición basada en valores de Ben & Jerry’s, pero que no comparten la perspectiva de Greenfield y Cohen sobre la independencia de la marca.

La multinacional también está en proceso de escindir su negocio de helados, lo que incluye a Ben & Jerry’s y otras marcas reconocidas. Para Unilever, esta reorganización forma parte de su estrategia de negocio, aunque los fundadores consideran que afecta directamente la esencia ética de la compañía.

Este enfrentamiento evidencia cómo los conflictos entre ética corporativa y estrategia financiera pueden generar tensiones críticas, sobre todo cuando una marca tiene un fuerte compromiso social reconocido públicamente.

Valores fundacionales frente a intereses corporativos

Greenfield ha insistido en que los valores de amor, equidad y justicia forman la base de la identidad de Ben & Jerry’s. Desde sus inicios, los fundadores priorizaron la misión social por encima de la mera rentabilidad.

El cofundador afirmó que si la empresa no podía transmitir esos valores internamente, él los defendería externamente, manteniendo su activismo con convicción y amor. Esta postura resalta la importancia de la coherencia ética como factor clave en la reputación corporativa y en la percepción de los consumidores.

Especialistas en responsabilidad social consideran este caso un recordatorio de que los valores fundacionales no deben ser sacrificados por conveniencias corporativas o presiones externas, ya que comprometen la credibilidad y la conexión emocional con los públicos.

El legado de Ben & Jerry’s en juego

La salida de Greenfield marca un antes y un después en la historia de la compañía. La coherencia ética, un pilar de su reputación, ahora enfrenta un desafío crucial: mantenerse o adaptarse a las decisiones de Unilever.

La presión sobre la marca muestra cómo la responsabilidad social puede convertirse en un terreno de confrontación dentro de corporativos globales, donde las decisiones financieras a veces entran en conflicto con los valores históricos.

Para los profesionales de RSE, este caso es un ejemplo de la necesidad de diseñar estructuras que protejan la independencia de la misión social de la empresa, incluso bajo propiedad corporativa, asegurando que la voz ética de la marca no se pierda.

La salida de Jerry Greenfield refleja un conflicto profundo entre la ética fundacional y la estrategia corporativa de Unilever. La historia de Ben & Jerry’s nos recuerda que la responsabilidad social no es solo un adorno corporativo, sino un compromiso que define la identidad y el legado de una marca.

Este caso plantea un debate clave: ¿cómo pueden las empresas mantener su integridad social cuando forman parte de conglomerados globales? La respuesta podría redefinir el futuro de marcas con activismo histórico y la manera en que se construye la confianza con sus consumidores.

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