En este medio escribimos constantemente sobre la importancia de encontrar formas creativas de comunicar RSE a públicos tanto internos como externos. Esto puede hacerse a través de informes de RSE poco comunes, campañas llamativas o un sinfín de opciones. Sin embargo, apostar por lo diferente no siempre tiene los resultados esperados. Esto lo demuestra el penoso intento de Samsung, que decidió impulsar su nuevo reporte de sustentabilidad con un rap.
Sí, no es un error de redacción. La empresa contrató a un famoso rapero coreano llamado Mad Clown para crear un rap que acompañara un video corporativo. Es una acción poco común, sí, pero que acaba siendo penosa en lugar de innovadora y efectiva. En primer lugar, porque las imágenes, a pesar de ser animaciones, tienen un estilo corporativo, lo mismo que la letra de la canción. Lo único que cambia es el género. El rap tiene muchas virtudes, pero esto confirma que comunicar acciones empresariales no es una de ellas.
Las cosas se ponen peor cuando conocemos la letra, que dice cosas como: «Aquí vamos una vez más, Samsung al rescate, poniendo alas a tus sueños…Samsung somos 285, 284 humanos. Cuarenta por ciento de cien ciento veinte mil mujeres que no tienen que preocuparse después de dar a luz. Siéntate, relájate, no necesitas trabajar.» Estos últimos versos resultan confusos, porque la canción quiere demostrar que las políticas de maternidad de Samsung son ejemplares, pero no ofrece verdadera información clave sobre éstas. Además, claro, asume que las más de 120 mil mujeres de la empresa quieren ser madres.
Más adelante, la canción hace más referencia a la diversidad, que es el tema del reporte de este año, pero de nuevo el formato de rap no permite obtener datos duros. También se hace referencia a ser una empresa con valores familiares y «aprobada por jardines de niños», lo que sea que eso signifique. En resumen, el intento por demostrar que Samsung es un buen lugar para trabajar acaba pareciendo una broma.
Se trata de una acción tan extraña que fueron varios los medios de comunicación que tomaron la noticia el 12 de noviembre, y para probar que no toda la publicidad es buena, Samsung hizo privado el video desde su página de YouTube. Ojalá este caso sea una lección para todas las marcas que quieren probar con contenidos más juveniles e innovadores: el rap no es la respuesta.
