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Bolsa de México medirá buenas prácticas

La medición de las prácticas para la conservación en diversas áreas del sector empresarial en diversas será posible gracias al Índice de Sustentabilidad, en el cual la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) ha venido trabajando desde el 2005 y que planea lanzar este año con 12 compañías listadas.

“La Bolsa cio que había una tendencia de otros proveedores de indicadores que son competencia en nuestro mercado y que estaban generando indicadores de este tipo, ya sea para países desarrollados o emergentes y nosotros no teníamos ninguna oferta”, relató Catalina Clavé, directora de Información y Productos de la BMV.

A partir del 2005, la empresa empezó a analizar los índices existentes y cómo podían aplicarse en México, donde opera un pujante mercado accionario de corporaciones aztecas y globales.

El modelo en marcha se basa en esquemas aplicados en otras plazas bursátiles. El pionero es el índice Dow Jones de la Sostenibilidad de 1999, que elabora el listado mundial, el europeo y el norteamericano.

Las revisiones de las compañías de la economía corporativa, la transformación ambiental y social, así como la gestión de riesgo, la marca, la mitigación del cambio climático y el cumplimiento de estándares y prácticas laborales.

En el 2000, arrancó en Canadá el índice Social Jantzi, con un perfil similar al de su predecesor. Y al año siguiente empezó a operar el FTSE4Good, el índice de sostenibilidad creado por la Bolsa de Londres, que incluye empresas cotizadas de todo el planeta que se adhieren a las prácticas de responsabilidad social corporativa en ambiente, relaciones con los accionistas y derechos humanos.

Al igual que su homólogo neoyorquino, el FTSE4Good, que se examina dos veces en el año para aceptar nuevos cotizantes y excluir a los que ya no cumplan con los requisitos, está compuesto por un listado para emporios de todo el mundo, otro para empresas estadounidenses, otro europeo, y el restante, para Japón.

Emulando a sus antecesores, la Bolsa de Johannesburgo ejecuta desde el 2004 su propio índice de sostenibilidad.

En la región latinoamericana el único mercado con ese perfil es el Índice de Sustentabilidad Empresarial de la Bolsa de Valores de Sao Paulo (Bovespa), fundado en el 2005 con el apoyo de la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas inglesas), el brazo privado del Banco Mundial.

El valor conjunto de esas plazas supera los US$3 trillones, mientras que el del mercado mexicano de valores se calcula en unos US$15.000 millones, de los cuales más de US$6.500 millones corresponden a inversión extranjera.

Adaptación a lo nuevo

Los beneficios consisten en que «los estamos preparando para el cambio que se va a dar en los próximos años de parte de los inversionistas, al exigir un cuarto reporte. Se dan cuenta de que es importante; a medida que los inversionistas solicitan información ya van a estar preparados para contestar, y cuando eres una empresa realmente sustentable, el beneficio se tiene que ver en el estado de resultados», refirió Clave.

Al inicio del proceso, las empresas no estaban demasiado convencidas de entrar en la iniciativa, pero conforme han entendido las ventajas de reunir los datos y presentarlos al público, esa resistencia ha desaparecido. Los casos referidos han demostrado una correlación positiva entre desenvolvimiento ambiental y resultados.

Un índice de este tipo permite reconocer empresas para la inversión responsable, convertirse en una herramienta para la investigación de corporaciones, ser un marco de referencia y comparación con otras compañías, identificar áreas de oportunidad en temas de sustentabilidad y motivar a las emisoras a comprometerse con ese esquema.
Para diseñar el instrumento, la BMV contrato a la consultora británica Servicio de Investigación de Inversión Ética (Eiris, por sus siglas en inglés), que ayudo a formar el FTSE4Good. Esta instancia figura entre las 13 agencias más exigentes en la evaluación de los criterios ambientales de las corporaciones.

En el caso mexicano, Eiris examine a 1.500 emisoras que cotizan en el país, de las cuales quedaron 12, que proceden de los sectores de la producción de materiales, como el extractivo; de bienes de consumo frecuentes (el comercio), industrial y servicios financieros.

Usualmente, la metodología otorga una ponderación del 50% al rubro ambiental, 30% al social y la tasa restante al gobierno corporativo. Para el índice mexicano, la BMV pidió que esas porciones fueran del 34% para el gobierno corporativo y 33% a partes iguales para las aristas ambientales y sociales, porque «es tan importante cuidar el ambiente como las buenas prácticas y la transparencia», al decir de Clave, una administradora de empresas egresada de la Universidad Iberoamericana.

La evaluación

El examen se extiende por detalles como modelo de producción, uso de recursos naturales y energéticos, impacto en la biodiversidad, emisiones y desecho de contaminantes, igualdad de oportunidades, capacitación y desarrollo de los integrantes de la organización, involucramiento con la comunidad, respeto a los derechos humanos, los derechos de los accionistas, las transacciones relacionadas, los conflictos de interés y la transparencia en la operación.

Muchas empresas mexicanas se han ad-herido a esquemas que abarcan esos aspectos, como la Iniciativa del Reporte Global (GRI, por sus siglas en inglés) de 1997, y el Pacto Mundial de la Organización de Naciones Unidas del 2000.

Si hasta ahora los reportes financieros han tenido un peso enorme en la prospectiva empresarial, la tendencia actual es equiparar el desempeño sustentable con esos números.

«El primer interés del inversionista es ganar dinero. Pero eso no está reñido con la sustentabilidad. Y en segundo Lugar va a desear que su inversión, en el largo plazo, siga siendo segura, viendo que esa empresa en la que invierte tiene mecanismos de prevención de externalidades, de que su fuerza laboral no tenga un conflicto y deje parada una planta, de un buen gobierno corporativo para que la transparencia sea equitativa, y este en control para que el inversionista no vea perjudicado», explico Clave, quien tiene nueve años en la BMV.

Además, el sistema incluye la reprobación para aquellos que no cuiden la sustentabilidad. Luego del derrame petrolero en el Golfo de México de abril del 2010, British Petroleum fue excluida del FTSE4Good. Por eso, la permanencia es una cuestión de persistencia.

La información de la creación del índice ocasiono que en meses recientes varios fondos de inversión extranjeros visitarán México para recabar información sobre las cotizantes.

En una segunda etapa, la BMV contempla que las calificadoras tomen información cada año, escojan a las mejores y se levante una encuesta entre los grupos de interés para conocer su percepción sobre la sustentabilidad de los emisores.

La ejecutiva considero posible la réplica de la iniciativa en zonas como América Central, pero con la salvedad de los costos. «Si tendríamos un interés regional, no sólo en Centroamérica sino en Latinoamérica. Sin embargo, es un tema que toma tiempo, hay que acompañar a los emisores, estar ahí, y eso implica, para recursos, la bolsa», añadió.

Fuente: Revista Estrategia & Negocios, p. 62-63.
Por: Emilio Godoy.
Publicada: julio de 2011.

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