Dos empresarios revisan los desafíos que enfrentarán las firmas mexicanas de cara a un futuro global.
Uno es de Monterrey, el otro, de la Ciudad de México. Uno es tajante, el otro, más reflexivo. Ambos manejan empresas mexicanas que llevaron marcas más allá de nuestras fronteras: Hellboy toma Tecate en las pantallas de todo el mundo, y el osito Bimbo duerme en millones de despensas.
Daniel Servitje, director general de la panificadora Bimbo, por teléfono desde Santiago de Chile, y José Antonio Fernández, presidente ejecutivo de la embotelladora y cervecera FEMSA, en Monterrey, dieron una lección magistral a dos voces para los lectores de Expansión.
Los dos tienen mucho de innovadores. En 2002, cuando recién había recibido la batuta de don Lorenzo, Daniel Servitje se lanzó a comprar plantas en Estados Unidos. Hoy la empresa vale 8,000 millones de dólares y aspira a convertirse en la mayor panificadora del mundo.
Bajo la visión de José Antonio Fernández, FEMSA se convirtió en la segunda embotelladora de Coca-Cola, tras comprar Panamco, en 2003, mientras arrasaba en México con las tiendas de conveniencia Oxxo. Recientemente desembarcó en Brasil con la compra de Kaiser. Hoy, los mercados la valoran en 17,000 millones de dólares.
Uno se sienta en el consejo de administración del otro. Comparten visión: la necesidad de profesionalización, la diversificación geográfica, el desafío de desarrollar un management flexible y la importancia de la sustentabilidad del negocio.
Fuente: CNN Expansión