En un país como México, con profundas desigualdades sociales -caldo de cultivo para la violencia-, se requiere que una sociedad civil con esperanza y liderazgo encuentre los espacios para hablar en consenso sobre las vías que le harán llegar a la paz, indica Guy Djoken, director ejecutivo para el Centro de Paz de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por su sigla en inglés).
Entrevistado luego de visitar el país para hablar con estudiantes sobre el modelo de educación de paz que promueve este centro, Djoken enfatizó que el mundo necesita líderes que promuevan ideas para divulgar el concepto de paz en sus comunidades.
En naciones como la nuestra, es necesario crear entornos donde la gente pueda hablar sobre cómo llegar a consensos. Guy Djoken advierte que la sociedad civil debe asumir la responsabilidad de hablar y discutir sobre las vías para alcanzar un entorno pacífico, porque se suele dejar esa misión al gobierno y esta institución no podrá sola.
“De hecho tenemos más oportunidad de obtener resultados si la sociedad civil toma la iniciativa, pero para ello se requiere que las personas tengan esperanza”.
Guy Djoken habló sobre la necesidad de empoderar a los infantes, que —pese a vivir en una cultura de violencia acostumbrada— tenga esperanza en el futuro, pues con sendos elementos a una corta edad, es más fácil que crezcan pensando en colectividad y en consecuencia, que los menores trabajen por el interés de sus comunidades una vez adultos.
“Para que ello pase, el gobierno debe involucrarse, los políticos, pero es la gente la que debe tener esa aspiración, deben tener esperanza”.
Explicó que en México, el Centro de Paz trabaja con stakeholders, quienes toman el liderazgo para que esparzan lo que han aprendido.
UNESCO Centro para la Paz y Shorelight Education, en alianza, trabajan para “Educar el Mundo”. Su meta es llegar a estudiantes que aspiran de diversas comunidades y crear oportunidades, encauzándolos en una educación de nivel mundial, a través del intercambio, colaboración y asociación, con la meta de lograr comunidades mejores, más sanas, más pacíficas, respetuosas, compasivas y sostenibles.
Mediante esta asociación, alumnos mexicanos que se inscriben en el consorcio de universidades de Shorelight tienen la oportunidad de recibir un certificado de competencia global otorgado por el Centro para la Paz de la UNESCO.
Fuente: El Economista
