El sábado 5 de abril de 2025, el Festival AXE Ceremonia —uno de los eventos musicales más relevantes de la región— se convirtió en escenario de una tragedia. Dos fotógrafos profesionales murieron y varias personas resultaron heridas tras el colapso de una estructura metálica dentro del Parque Bicentenario, durante la etapa de preparación del evento.
Más allá del doloroso hecho, este incidente debe ser leído como una alerta contundente sobre fallas estructurales en la gestión de eventos masivos y la debilidad de los mecanismos de responsabilidad social empresarial (RSE), tanto de la marca patrocinadora como del organizador.
Los hechos
Fuentes como El Financiero, Infobae, Proceso y Ámbito confirmaron que una estructura metálica colapsó a causa de fuertes ráfagas de viento, mientras personal técnico y medios trabajaban en el montaje del festival. Las víctimas, acreditadas como fotógrafos, fueron impactadas por la caída; uno falleció en el lugar y otro horas más tarde. La alcaldía Azcapotzalco suspendió todas las actividades en el parque e inició una investigación oficial.
Responsabilidad directa del organizador: ¿fallaron los protocolos de seguridad?
El operador y organizador del evento —Grupo Eco— es el primer responsable. Según la ISO 26000, las organizaciones tienen la obligación de:
- Identificar riesgos a personas trabajadoras y público asistente.
- Aplicar normas y procedimientos de seguridad en infraestructura temporal.
- Actuar con transparencia y rendición de cuentas ante incidentes críticos.
La construcción de estructuras efímeras, altamente expuestas a condiciones meteorológicas, exige rigurosos controles técnicos, supervisión continua y protocolos de contingencia. Si bien los fenómenos meteorológicos pueden ser impredecibles, su ocurrencia no exime la obligación de anticipar riesgos. El hecho de que las condiciones climáticas hayan contribuido al colapso no exime de responsabilidad al organizador; por el contrario, subraya la falta de preparación.
Es urgente que los organizadores informen públicamente qué protocolos de seguridad fueron implementados, si existían evaluaciones de riesgo estructural y qué medidas de protección estaban previstas para trabajadores y colaboradores.
La marca patrocinadora: corresponsabilidad desde el enfoque de debida diligencia
La marca AXE —perteneciente a Unilever— ha sido protagonista en la promoción del evento y asociada fuertemente a su identidad. Por ello, es justo y necesario cuestionar también su papel.
Aunque no se trata de la operadora del evento, sí debe rendir cuentas desde la perspectiva de RSE y debida diligencia, en especial por estar directamente involucrada en la co-construcción de la narrativa, audiencia y valores del festival.
Según la ISO/UNDP PAS 53002:2024, las empresas deben evaluar y mitigar los impactos que puedan generar directa o indirectamente a través de sus relaciones comerciales y alianzas. De igual forma, los principios ESG de la IWA 48:2024 indican que una empresa debe:
- Supervisar y exigir cumplimiento de estándares éticos y de seguridad en asociaciones estratégicas.
- Evaluar riesgos sociales y reputacionales en proyectos patrocinados.
- Aplicar principios de transparencia y reparación ante cualquier impacto negativo.
AXE, al vincular su identidad de marca a un evento cultural de gran magnitud, no puede limitar su papel a comunicados de condolencias. Su compromiso con la sostenibilidad, el bienestar y la equidad debe verse reflejado también en la exigencia activa de estándares éticos y de seguridad a sus aliados.
ODS y la tragedia desde una perspectiva de desarrollo sostenible
El hecho impacta de forma directa en al menos tres Objetivos de Desarrollo Sostenible:
- ODS 3 – Salud y bienestar: porque la tragedia pone en riesgo la integridad física y psicológica de personas trabajadoras.
- ODS 8 – Trabajo decente y crecimiento económico: porque evidencia condiciones precarias en la cadena de valor cultural.
- ODS 16 – Paz, justicia e instituciones sólidas: ya que expone debilidades en la regulación y supervisión de eventos públicos.
Recomendaciones para marcas y organizadores
Esta tragedia debe generar cambios concretos en la industria del entretenimiento y el patrocinio cultural. Algunas recomendaciones clave:
1. Evaluación de impacto y riesgos compartidos
Tanto organizadores como patrocinadores deben integrar herramientas de análisis de riesgos sociales y físicos desde la planeación del evento.
2. Contratos con cláusulas éticas y de seguridad
Los convenios de patrocinio deben incluir condiciones mínimas de seguridad, prácticas responsables con proveedores, y procedimientos de contingencia.
3. Participación de partes interesadas
Incluir colectivos de derechos humanos, organizaciones laborales y asociaciones gremiales en los procesos de planeación y evaluación de seguridad.
4. Comunicación responsable y rendición de cuentas
Las marcas y organizadores deben emitir informes de seguimiento, explicando cómo se responderá a los hechos, cómo se compensará a las víctimas y qué medidas se implementarán para evitar su repetición.
5. Reformulación del modelo de patrocinio
Pasar de un enfoque centrado en visibilidad de marca a un modelo basado en valores, en el que los principios de ética, inclusión y cuidado de la vida sean irrenunciables.
Conclusión: una tragedia que debe marcar un antes y un después
El caso del AXE Ceremonia 2025 nos recuerda, con crudeza, que la cultura y el entretenimiento no están exentas de las obligaciones éticas que rigen a cualquier otra industria. Organizar un festival implica más que logística y promoción: es también asumir responsabilidades humanas, sociales y ambientales.
Tanto el organizador como la marca patrocinadora tienen cuentas que rendir. Y la ciudadanía, los medios, los colectivos y las y los consumidores tenemos el derecho —y el deber— de exigir justicia, reparación y cambios estructurales.
Porque ningún concierto, ninguna marca, ninguna experiencia cultural vale más que la vida.







