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¿Cuál es el costo por usar carbón?

La caída de la producción de crudo ha provocado el regreso del carbón a pesar de ser un insumo tan contaminante

El gobierno federal decidió retomar el uso de carbón, considerado como uno de los combustibles más contaminantes a nivel mundial.

Sólo para generación de electricidad, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) tiene previsto incrementar la demanda de 10.8 millones de toneladas anuales de 2000 a 25.6 millones en 2024, lo que representa un aumento de 137%, con el consecuente efecto nocivo en el medio ambiente y en la salud de cientos de mexicanos.

De acuerdo con la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte, organismo en el que participan los gobierno de México, Estados Unidos y Canadá, las tres centrales carboeléctricas que operan en el país son responsables de la emisión de 20.8 millones de toneladas de dióxido de carbono (30% del total nacional) y de otros contaminantes, como el dióxido de azufre, óxido de nitrógeno y mercurio, que producen serios daños a la salud humana, así como al medio ambiente.

Carlos Muñoz, director general de Investigación en Política y Economía Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), aseguró que como “México no tiene ningún compromiso de reducciones de emisiones contaminantes, podemos llegar a emplear el carbón que necesitemos”.

El funcionario explicó que cada país puede buscar con toda libertad las fuentes de energía que más le convengan.

¿Usarlo a costa del daño al medio ambiente?, se interrogó al director de Semarnat.

La expansión de las carboeléctricas es parte de la cartera del gobierno federal y “no podemos negarnos a ninguna opción”, dijo el funcionario.

Nos autoimpusimos metas de reducción en el acuerdo de Copenhague, pero no límites, porque no los hay. “Los límites llegarán en cuanto se alcancen los acuerdos internacionales”, añadió.

Gustavo Ampugnani, director de campañas del grupo ambientalista Greenpeace México, advirtió en entrevista que la decisión de incrementar el uso del carbón para la generación de energía constituye “la ruta del suicidio ecológico de México”.

“Suicidio porque México sigue apostándole a la fuente más sucia para generar electricidad, más sucia en términos ambientales y en específico en términos de cambio climático; porque aumenta la dependencia del exterior, dado que la mayor parte del carbón que se utiliza es importado; y porque representa al pasado”, indicó el ambientalista.

Además, los criterios que utiliza la CFE para generar electricidad y proveerla para servicio público, se basa en “lo más barato”, pero hoy en día lo más barato no significa lo más limpio y tiene un alto costo para el medio ambiente y la salud de las personas involucradas en el proceso de búsqueda y extracción del mineral, combustión, y para quienes habitan en lugares cercanos a minas y plantas generadoras de electricidad.

Alfredo Elías Ayub, director de CFE, reconoce en el “Programa de Obras e Inversiones del Sector Eléctrico 2009-2018”, que “sobre la base de los escenarios de precios de los combustibles definidos por la Sener y los costos de inversión para las diversas tecnologías de generación, el desarrollo de centrales basadas en el uso de carbón resulta competitivo en el mediano y largo plazo. En este programa se confirma la participación de la tecnología de carbón en la expansión del sistema de generación… hasta 15% como máximo”. Actualmente la participación de las carboeléctricas es de 11%.

Por ello, se tiene programado el proyecto Carboeléctrica del Pacífico, con una capacidad de 678 megawatts (MW) y dos plantas más “supercríticas” de 700 MW cada una, a partir de 2017.

En el documento, el funcionario señala que el “uso de carbón resulta atractivo, tomando en cuenta que estas plantas constituyen una tecnología moderna; resulta el energético primario con más reservas a nivel mundial, y el precio ha sido menos volátil.

Sin embargo, plantea la necesidad de garantizar el suministro de las regiones de Sabinas y Río Escondido, en Coahuila; Cabullona y Barranca, en Sonora; Tlaxiaco y San Juan Diquiya, en Oaxaca o bien incrementar su importación.

En materia de precios y utilizando la unidad calorífica millón de BTU, CFE y Sener consideran que en el escenario hasta 2018, el carbón es el combustible más barato, pues se espera que se mantenga por debajo de 3 dólares, mientras que el gas podría oscilar entre 7.5 y 8 dólares y el combustóleo entre 8 y hasta 10 dólares por millón de BTU.

Actualmente, operan tres centrales carboeléctricas: Petacalco (presidente Plutarco Elías Calles), ubicada en el estado de Guerrero, con una capacidad de 2 mil 100 MW y tiene la posibilidad de quemar carbón o combustóleo. Hasta ahora emplea carbón importado casi en su totalidad; Carbón II que tiene una capacidad de mil 400 MW y utiliza carbón nacional e importado y Río Escondido (José López Portillo) con mil 200 MW y consume carbón nacional. Estas dos últimas localizadas en el estado de Coahuila.

De acuerdo con el estudio “Emisiones Atmosféricas de las Centrales Eléctricas en América del Norte”, la central de Petacalco genera anualmente 8.2 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2); Carbón II, 6.4 millones y Río Escondido, 6.2 millones de toneladas.

La contribución del sector de generación de electricidad al total de emisiones de CO2 en nuestro país es de 30%, mientras que en Estados Unidos es de 39% y en Canadá de 22%.

Estados Unidos genera la mitad de su electricidad con base en carbón, mientras que México sólo obtiene 8% de su energía eléctrica mediante el consumo de este combustible fósil.

Uno de los efectos a la salud por las emisiones de las centrales generadoras de electricidad, fue analizado por el Instituto Nacional de Ecología (INE), que encontró que tan sólo en la operación de la termoeléctrica Adolfo López Mateos (Tuxpan), una de las de mayor capacidad instalada en México, “podría estar relacionada con más de 30 muertes ocurridas al año, con un costo de 9 millones de dólares anuales”.

No obstante, el subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Fernando Tudela Abad, consideró oportuno el uso de carbón para la generación de electricidad, siempre que pensemos en la captura y almacenamiento del carbono.

No se puede quemar sin una mejora tecnológica, pero también es cierto que necesitamos diversificar las fuentes de suministro de combustibles, porque las tradicionales como el petróleo se están acabando. Yo creo —añadió el funcionario—, “que la energía más limpia es la que no se usa”

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El Universal; Cartera, p B4-B5.

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