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Corporación Citi: liderazgo que crea conciencia sustentable

Para la Corporación Citi, las políticas de RSC apuntan a la generación de conciencia, a la promoción de buenas prácticas de negocios y al cuidado del medio ambiente.

El Citibank asegura que en Latinoamérica su visión de responsabilidad social empresarial (RSE) va más allá de la filantropía e incluye iniciativas orientadas hacia clientes, comunidades, empleados, reguladores y accionistas, proveedores y también el medio ambiente.

Liliana Mejía, directora de Relaciones Públicas de Citi Latinoamérica, destaca que, si bien la filantropía es quizá la actividad de mayor visibilidad, los esfuerzos de la institución no se limitan a colaborar con dinero.

También incluyen «la promoción del voluntariado entre los empleados, la implementación de practicas de diversidad en las políticas de recursos humanos, el desarrollo de productos sustentables y responsables, y el formar parte de los directorios de organizaciones sin fines de lucro».

Comités de RSC/Sustentabilidad se encargan de elegir en cuáles iniciativas de RSC debe participar Citi. Estos comités cuentan con «procesos de toma de decisiones responsables, alineados con las practicas de buen gobierno».

Desde sus comienzos, la corporación tiene como misión impulsar el crecimiento económico en las comunidades donde opera, enfocándose en diversos temas que incluyen desde la educación financiera hasta la sustentabilidad.

Mejía explicó que los programas e iniciativas de RSC varían en función de las necesidades de cada país, las prioridades comerciales, las alianzas estratégicas y las regulaciones.

Sin embargo, todas deben tener un hilo conductor claro para impulsar «el crecimiento económico y la sustentabilidad, y deben comprender actividades de voluntariado, desarrollo de capacidades y liderazgo intelectual».

Muchas de las franquicias en la región cuentan con consejos de voluntarios y consejos de mujeres para encauzar y motivar el compromiso y el desarrollo de los colaboradores.

Cuando los proyectos son innovadores y de alto impacto, con frecuencia son copiados en otros países.

Por ejemplo, el Premio Citi al Micro-emprendedor se entrega en 11 naciones, donde la entidad selecciona y galardona a micro-emprendedores exitosos, propuestos por las instituciones de micro-finanzas que les dieron el financiamiento y seleccionados por un riguroso jurado, que incluye a voluntarios del banco.

Otro caso es «Bancos en Acción», instrumentado por Citi en coordinación con Junior Achievement, operativo en siete países, mientras que «Mujeres Emprendedoras» funciona en cinco naciones.
En Argentina y El Salvador se lleva adelante “Poeta” una iniciativa que facilita la integración social y económica de personas con capacidades diferentes, a las cuales se les brindan herramientas que les permiten ser contratadas por empresas o comenzar su propio negocio.

Sustentabilidad financiada

A lo largo del 2010, Citi destinó, más de US$500.000 a impulsar programas estratégicos de responsabilidad social que promueven prácticas sustentables en las pequeñas empresas, a través de asociaciones con organizaciones como Rainforest Alliance, Conservation International, World Resource Institute y World Wildlife Fund.

A modo de ejemplo, el proyecto de la Palma Piasava Sustentable (SPP), de Brasil, demuestra que el Citi está «comprometido con las prácticas comerciales responsables, así como con la promoción del bienestar y la sustentabilidad», apunto Mejía.

Esta iniciativa comprende a cientos de familias en el pueblo de Ponto Central —ubicado en el municipio brasilero de Santa Cruz Cabrália—, que dependen de la palma piasava como fuente de ingresos.

Esta comunidad vive de producir y vender productos artesanales. El proyecto cuenta con el apoyo conjunto del Instituto Bio Atlántica (Ibio) y de Conservación International (CI Brasil).

Mejía sostiene que las iniciativas de sustentabilidad dentro de los programas de RSE son producto de la preocupación sobre «el impacto de nuestras operaciones, nuestra propia emisión de carbono, pero tambien del tipo de proyectos que financiamos y de los productos y servicios que brindamos a nuestros clientes». Es por ello que Citi forma parte del Pacto Mundial (Global Compact), de los Principios de Ecuador y del Protocolo del Medio Ambiente (Green Protocol) en Brasil, añadió.

La entidad, además de financiar los programas, monitorea en forma constante el desempeño de los nuevos productos sustentables, como por ejemplo, la aceptación que ha tenido el certificado de plazo fijo «ecoamigable», emitido en Brasil, o las estrategias para reducir las emisiones de carbono.

La ejecutiva detallo que el año pasado Citi logró, mejoras en su eficiencia energética, reduciendo en un 6.4% las emisiones de carbono con respecto a los niveles del 2009. «Damos seguimiento a negocios que se evalúan mediante nuestras prácticas de riesgo ambiental y social, a los financiamientos otorgados para promover el uso de energías renovables y al impacto de nuestras inversiones en el desarrollo institucional sustentable», agregó.

Entre las iniciativas de RSE de Citi que promueven la sustentabilidad hay muchas que se enfocan en la propia conducta de la entidad.

Los principales ejes, en estos casos, se enfocan en reducir las emisiones de carbono mediante iniciativas ecoeficientes, invirtiendo en la construcción de edificios amigables con el medio ambiente y optimizando la tecnología, con la colaboración del área de Inmuebles y de Operaciones y Tecnología.

También financiar oportunidades que promuevan la utilización de energías renovables y comprometer a los empleados en actividades que fomenten comportamientos sustentables en el trabajo y el hogar.

De hecho, nueve instalaciones del Citi en Latinoamérica obtuvieron el reconocimiento por su desempeño destacado en el programa Energy Star de la Agencia de Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos (EPA) —un programa que evalúa y califica la eficiencia energética de los edificios—.

El edificio mexicano de Citi —en la lujosa zona de Santa Fe, en el Distrito Federal— se ubicó entre el 2% superior del programa, por su desempeño energético, y es líder entre las 12.500 instalaciones con las que la entidad cuenta en todo el mundo.

Las apuestas

Entre los programas de RSE relacionados con la filantropía, hoy Citi está trabajando con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), apoyando esquemas para la promoción del ahorro entre los beneficiarios de transferencias condicionadas en toda la región.

También colabora con el Proyecto Capital, en Colombia y Perú, para impartir educación financiera.

Mejía afirmó que están reevaluando estos programas educativos «para hacerlos más eficaces y asegurarnos de que la capacitación se traduzca en mejores capacidades financieras».

Por ejemplo, al impartir un taller sobre administración de presupuestos y planeación, «ya no solo evaluamos los nuevos conocimientos adquiridos, sino, si el individuo realiza la apertura de una cuenta de ahorros», detalló.

En las prácticas de negocio de Citi hay un enfoque al desarrollo de productos sustentables y responsables.

El objetivo: continuar instrumentando una política de riesgos «que tome en cuenta la preservación de la sociedad y el medio ambiente», finalizó Mejía.

Educar para crear la diferencia

Para incentivar la conciencia sustentable en Latinoamérica, Citi realiza exposiciones que cuentan con ejemplos de materiales y productos sustentables; el objetivo as educar a los empleados acerca de cómo pueden contribuir para minimizar el impacto ambiental.

Los trabajadores han conformado equipos ambientales en muchos países para laborar en iniciativas sustentables. Por ejemplo, la campana «Reduzca su carga» apunta a educar sobre el costo en carbono del almacenamiento de datos, brindando pasos sencillos para reducir la necesidad de almacenamiento; la de «Desechar los inalámbricos» facilita a los empleados donar teléfonos y dispositivos móviles en desuso para que sean reciclados; y «La hora de la tierra» impulsa a apagar las luces durante una hora.

Fuente: Revista Estrategia y Negocios, p. 70-71.
Por: Gabriela Origlia.
Publicada: Julio de 2011.

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