En octubre, Patricia Moles —integrante del Consejo Emisor del Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera y de Sostenibilidad (CINIF)— confirmó en entrevista con Expok que la implementación de las Normas de Información en Sostenibilidad (NIS) avanza y que 2025 será el año en que México integre por primera vez indicadores ambientales, sociales y de gobernanza al lenguaje contable.
Aunque el tema ha despertado “mucha curiosidad y algo de incertidumbre”, la especialista aclara que no se trata de una carga adicional ni de una exigencia reservada para grandes corporativos. Las NIS aplican a todas las entidades que no son de interés público, es decir, empresas que no cotizan en bolsa ni están sujetas a reguladores financieros, y deberán incluir en sus estados financieros una nota con treinta métricas de sostenibilidad.
Tres familias, una visión común
Las treinta métricas se agrupan en tres dimensiones: ambiental, capital humano y gobernanza. Algunas son cuantitativas, como consumo de agua o generación de emisiones; otras son cualitativas y se responden con un simple sí o no.
“Estas métricas ofrecen una fotografía del desempeño sostenible de la empresa, útil no solo para el regulador, sino también para bancos, auditores y clientes”, explicó Moles.
Con ello, la sostenibilidad deja de ser un tema reputacional y se convierte en un factor de gestión y riesgo financiero. La conexión con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) es clara: las empresas listadas en bolsa deberán reportar conforme a las normas internacionales, y a su vez, necesitarán información de su cadena de valor. “Estamos todos amarrados”, resumió Moles.
Herramientas gratuitas para facilitar el cumplimiento
El CINIF ha desarrollado tres herramientas de apoyo disponibles en su página web:
- Una hoja Excel con factores de emisión precargados para calcular gases de efecto invernadero (alcances 1 y 2).
- Un archivo para estimar consumo de agua en zonas con estrés hídrico, con base en datos de la Comisión Nacional del Agua.
- Una herramienta para identificar si una empresa opera en zonas de alto valor ecológico o de riesgo para biodiversidad.
“Queríamos eliminar la percepción de que se necesita un ingeniero o un área nueva para cumplir. En realidad, la fuente de información son las notas de gasto”, señaló la experta.
El Excel, además, permite documentar el proceso de cálculo, lo que da transparencia y facilita auditorías o verificaciones futuras.
Prepararse desde ahora
Aunque no existen sanciones para quienes no cumplan, los estados financieros de 2025 deberán incluir la información a partir del primer trimestre de 2026. Por eso, el CINIF recomienda capacitarse antes de cerrar el año, especialmente en indicadores que requieren mediciones constantes como residuos o consumo energético.
“Muchas entidades no pesan sus residuos. Si hubieran leído la norma en enero, hoy ya tendrían sus registros. Lo ideal es capacitarse ahora y no correr en enero”, advirtió Moles.
De la buena práctica al valor estratégico
Más allá del cumplimiento, la especialista destaca que las NIS ofrecen información valiosa para la toma de decisiones del propio empresario.
“Saber de dónde viene el agua que usas, cuánto emites o si operas en una zona de riesgo te permite anticipar multas, costos o limitaciones. Es información que fortalece la resiliencia del negocio”, puntualizó.
Desde la óptica del CINIF, no se trata de ecología romántica sino de asegurar la continuidad operativa. Conocer los indicadores básicos de sostenibilidad es, en palabras de Moles, “lo mínimo en práctica contable”.
Próximos pasos
El CINIF publicará nuevos manuales y cursos de capacitación en noviembre, y continuará difundiendo guías para facilitar la implementación.
“El reto no es tratarlo como un proyecto temporal, sino como parte de la cotidianidad contable y empresarial. Ajustar procesos para que esta información sirva para tomar decisiones”, concluyó Moles.







