La violencia de género adopta formas que van más allá del contacto físico, revelando tácticas que buscan destruir emocionalmente a la mujer a través de lo que más ama. Este es el rostro de la violencia vicaria, una expresión de maltrato que utiliza a las hijas e hijos como instrumentos para infligir daño a la madre.
No es un conflicto de pareja, sino “una estrategia de agresión deliberada por parte del perpetrador, comúnmente el padre, para mantener el control y el sufrimiento de la expareja”, explican Dolores Blancas y Samantha Baéz, especialistas en temas de género y Co Fundadoras de Casa Gaviota.
Manifestación de Violencia Vicaria en el proceso de divorcio y separación
Es precisamente en los procesos de divorcio, separación o ruptura sentimental donde la violencia vicaria se intensifica. Al perder el agresor el control directo sobre su expareja, utiliza los mecanismos mentales, físicos y legales para hacer el mayor daño posible a la mujer.
De acuerdo a una encuesta Nacional realizada por el INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) sobre la dinámica de las relaciones en los hogares (ENDIREH 2021), 42.8% de las mujeres de 15 años y más experimentaron, al menos, una situación de violencia (psicológica, física, sexual, económica o patrimonial) en los últimos 12 meses (octubre de 2020 a octubre de 2021).
Mientras que El Frente Nacional contra la Violencia Vicaria ha señalado que, en sus encuestas, al menos el 86% de los casos registrados involucran una amenaza del agresor de hacer daño a la mujer a través de sus hijas e hijos.

Este tipo de violencia tiene diversas y crueles manifestaciones, Dolores Blancas y Samantha Baéz, especialistas en temas de género y Co Fundadoras de Casa Gaviota, nos comparten las más predominantes en México:
- Amenazas y chantaje emocional: Utiliza a las hijas e hijos como herramienta de control y amenaza con esconderlos, retenerlos o “quedarse” con la custodia. No busca protegerles, sino intimidar y someter a la madre, dañando el vínculo familiar y la relación de la madre con las y los hijos.
- Manipulación y descalificación: Aprovechar la presencia de los menores para insultar, humillar, hablar mal de la madre o de su familia, promoviendo o incitando actos de violencia psicológica que buscan dañar y descalificar la figura materna, afectando gravemente el vínculo materno.
- Interposición de acciones legales falsas: Interpone demandas o denuncias legales con hechos falsos o inexistentes contra las mujeres, buscando obtener la guarda y custodia de los hijos como un arma de agresión y no por un interés genuino en el bienestar de los menores. El aparato judicial se convierte en un instrumento más de agresión, prolongando el daño y la revictimización.
- Obstaculización de cuidados y deberes: Condicionar el cumplimiento de las obligaciones alimentarias (la pensión) o interrumpir tratamientos médicos o farmacológicos de las niñas y niños, usándolos para generar angustia y presión en la madre.
El punto más devastador de la violencia vicaria
La violencia vicaria alcanza su forma más cruel cuando el agresor utiliza a las hijas e hijos no solo como herramientas de control, sino como armas directas de castigo, sabiendo que cada daño que les cause es un golpe dirigido a la madre.
Este tipo de violencia que busca romper el vínculo, borrar la presencia de la madre en la vida de sus hijas e hijos.
La violencia vicaria es, sin duda, una de las expresiones más crueles y devastadoras de la violencia de género, al convertir a la descendencia en un campo de batalla emocional para destrozar a la madre.

Puede llegar a ser tan grave, que se han documentado casos donde los padres, secuestran a los hijos en común e incluso los llevan a la muerte.
Su reciente reconocimiento y tipificación en diversas leyes mexicanas es un paso crucial, pero, la tarea urgente reside en la correcta aplicación de la ley y en la sensibilización de las instituciones de justicia para que dejen de ver estos casos como simples “conflictos familiares” y los traten como lo que son: “una forma de maltrato sistemático que vulnera los derechos humanos tanto de las mujeres como de la niñez y adolescencia”, puntualizan Blancas y Báez.
Casa Gaviota, un vuelo sin violencia A.C. es una organización comprometida con acompañar a mujeres que atraviesan esta dura realidad, ofreciendo apoyo legal y psicológico con perspectiva de género.
Si alguien sufre violencia vicaria, puede comunicarse gratuitamente a Casa Gaviota. Es fundamental que se sepa que existe apoyo especializado y que se tiene el derecho a vivir una vida libre de violencia, al igual que los hijos.
Recuerda ¡No estás sola! Y esto NO es tu culpa.







