La industria de la moda, valuada en alrededor de 1.7 billones de dólares a nivel global, enfrenta una presión creciente para demostrar que sus compromisos ambientales son reales y medibles. En un contexto donde consumidores, inversionistas y reguladores exigen mayor transparencia, las promesas de sostenibilidad ya no son suficientes si no están respaldadas por datos verificables a lo largo de toda la cadena de suministro.
Ante este escenario, la Unión Europea impulsa una herramienta que podría transformar profundamente al sector: el pasaporte digital de producto para la moda. Esta iniciativa busca combatir prácticas engañosas y avanzar hacia una trazabilidad total, convirtiéndose en un posible punto de inflexión para frenar el greenwashing textil que durante años ha caracterizado a parte de la industria.
¿Qué es el pasaporte para la moda y cómo funcionaría?
El pasaporte digital de producto (DPP, por sus siglas en inglés) es un sistema que permitirá a cada prenda contar con un registro digital accesible mediante códigos QR o etiquetas electrónicas. Al escanearlos, los consumidores podrán conocer de forma detallada los materiales utilizados, el consumo de agua y energía, los químicos empleados y los actores involucrados en su producción.
Este pasaporte acompañaría a la prenda desde el origen de la fibra —como el algodón o el poliéster— hasta el producto final. De esta manera, se documenta cada etapa del proceso productivo, creando un historial único que conecta a desmotadoras, fábricas textiles, tintorerías y ensambladoras de prendas.
La propuesta de la Unión Europea apunta a que esta información sea estandarizada y verificable, evitando declaraciones vagas o no comprobables. En mercados como el europeo, este requisito podría comenzar a aplicarse a proveedores de países exportadores clave, como Bangladesh, a partir de 2027.
Desde la perspectiva empresarial, el pasaporte representa una evolución del cumplimiento normativo: no solo se trata de reportar, sino de integrar datos ambientales y sociales en tiempo real, accesibles tanto para marcas como para consumidores finales.

Retos de implementación del pasaporte digital en la industria textil
La implementación del pasaporte digital plantea grandes retos para la industria, entre ellos, la brecha de capacidades entre grandes y pequeños fabricantes. En países como Bangladesh, miles de fábricas orientadas a la exportación carecen aún de la infraestructura tecnológica necesaria para gestionar grandes volúmenes de datos de manera sistemática.
La digitalización de procesos, la adopción de software especializado y la capacitación del personal representan inversiones significativas. Para muchos proveedores pequeños, estos cambios pueden parecer inalcanzables sin el apoyo directo de marcas globales, organismos de desarrollo y políticas públicas que incentiven la adopción temprana.
Otro reto clave es la gestión y propiedad de los datos. Las empresas proveedoras deben equilibrar la transparencia exigida por el pasaporte con la protección de información sensible. Soluciones basadas en blockchain, como las que ya se están probando, buscan responder a este dilema otorgando control de los datos a los fabricantes.
Finalmente, la verificación independiente de la información es crucial. Sin auditorías de terceros que validen los datos sobre consumo de agua, energía o materiales, el pasaporte corre el riesgo de convertirse en una nueva capa burocrática sin impacto real sobre el greenwashing textil.

¿Qué ventajas traería la implementación de este pasaporte?
La implementación del pasaporte digital de producto representa un avance estructural hacia una industria de la moda más transparente, trazable y alineada con los principios de sostenibilidad. Al centralizar información ambiental, social y productiva de cada prenda, el pasaporte permite tomar decisiones basadas en datos verificables, tanto a nivel empresarial como regulatorio.
Una de sus ventajas clave es el fortalecimiento de la rendición de cuentas a lo largo de la cadena de suministro. Al documentar cada etapa del proceso —desde la materia prima hasta la prenda final—, se incentiva a proveedores y marcas a mejorar sus prácticas, reducir impactos ambientales y cumplir con estándares laborales más exigentes.
En este contexto, el pasaporte también se convierte en una herramienta efectiva para combatir el greenwashing textil. Al exigir evidencia rastreable y auditada, limita el uso de mensajes ambiguos o afirmaciones exageradas sobre reciclaje, materiales sostenibles o huella ambiental, elevando el estándar de credibilidad en la comunicación corporativa.
Además, el pasaporte para la moda puede impulsar la innovación, la eficiencia operativa y la colaboración sectorial. Al mejorar la calidad de los datos, las empresas pueden identificar puntos críticos de impacto, optimizar recursos y responder mejor a las expectativas de consumidores, inversionistas y reguladores, avanzando hacia un modelo de negocio más responsable y resiliente.

Una herramienta clave para transformar la moda
El pasaporte digital para la moda no es una solución mágica, pero sí representa un cambio estructural en la forma en que la industria gestiona y comunica su sostenibilidad. Al poner la información en manos de los consumidores y exigir verificabilidad, se establecen nuevas reglas del juego que dificultan la perpetuación del greenwashing textil.
Para que esta iniciativa tenga éxito, será indispensable una implementación inclusiva, con apoyo a proveedores pequeños y mecanismos claros de verificación. Si se ejecuta correctamente, el pasaporte puede convertirse en un catalizador de transformación, alineando a la industria de la moda con los principios de transparencia, responsabilidad y sostenibilidad que hoy demanda la sociedad.







