Bayer ha dado un paso estratégico para reforzar su liderazgo en sostenibilidad en la cuenta regresiva hacia 2030. Según información de Trellis, la compañía ha renovado su Consejo de Sostenibilidad, una instancia independiente que asesora en temas de clima, salud y agricultura, incorporando a cinco nuevos expertos y reorganizando su composición. El objetivo es generar un impacto más directo en la toma de decisiones, asegurando que cada recomendación de los especialistas se traduzca en acciones concretas.
La sostenibilidad de Bayer es el eje de su visión corporativa y está vinculada a compromisos tan ambiciosos como reducir emisiones de gases de efecto invernadero y mejorar el acceso a la salud y la alimentación en comunidades vulnerables. Con esta reestructuración, la empresa busca acelerar su transformación interna y responder a las expectativas de inversionistas, reguladores y sociedad civil en un entorno de creciente presión para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Un consejo con más músculo estratégico
La renovación de este órgano asesor busca profundizar la colaboración entre expertos externos y equipos internos en proyectos clave. Matthias Berninger, vicepresidente ejecutivo de Asuntos Públicos y Sostenibilidad, afirmó que esta integración es “única en la industria” y permite que Bayer se someta a una revisión crítica de sus planes. Este tipo de apertura fortalece la credibilidad de la compañía frente a inversionistas y grupos de interés.
Entre los nuevos integrantes destacan nombres como el de Facundo Etchebehere, cofundador de Ambition Loop y exestratega de Danone, y Philipp Roesler, ex vicecanciller alemán y exdirector del Foro Económico Mundial. Esta diversidad de perfiles permitirá a la compañía contar con perspectivas globales en agricultura regenerativa, economía circular, salud pública y gobernanza empresarial, así como incrementar la capacidad del consejo de anticipar desafíos globales y proponer soluciones concretas.
La sostenibilidad de Bayer está íntimamente ligada a su capacidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La empresa se ha comprometido a recortar 42 % sus emisiones de Alcance 1 y 2 para 2030 y un 25 % las de Alcance 3 para 2029. Para lograrlo, necesita la cooperación de miles de proveedores y la adopción de herramientas digitales y prácticas agrícolas regenerativas en todo el mundo.
El consejo servirá de plataforma para alinear los esfuerzos de innovación con la estrategia climática, asegurando que las inversiones —que superan los 628 millones de dólares en eficiencia energética— tengan impacto medible. Según Berninger, el objetivo es “desafiarnos continuamente a ver si podemos hacer aún más para abordar el cambio climático y sus implicaciones”.
Expertos con voz y voto moral
Aunque el consejo no tiene poder de decisión formal, su influencia es significativa. Los encuentros con el CEO y la alta dirección aseguran que las recomendaciones se integren en el núcleo de la estrategia empresarial. Roesler señaló que este órgano “no es un añadido filantrópico, sino parte de la estrategia comercial de Bayer”.
Cori Wittman Stitt, agricultora de quinta generación, destacó que la empresa promueve un “diálogo genuino” en lugar de limitarse a un ejercicio de cumplimiento. Esta interacción permite que las preocupaciones de los agricultores, que enfrentan el impacto del cambio climático de forma directa, se traduzcan en soluciones prácticas y escalables.
La participación de líderes en salud pública como Toyin Saraki permitirá que Bayer cumpla sus compromisos de brindar anticoncepción moderna a 100 millones de mujeres en países de bajos ingresos. Este enfoque integral responde a la visión de que la salud y la seguridad alimentaria están interconectadas.
Al contar con un consejo diverso, Bayer no solo valida su estrategia de sostenibilidad, sino que fortalece su reputación ante organismos de evaluación como el Carbon Disclosure Project, que le otorgó una calificación “A” por su gestión climática.

Retos para 2030: de la intención a la acción
Los objetivos de sostenibilidad de Bayer son ambiciosos y requieren acción acelerada, por ejemplo, la compañía ha identificado que más del 70 % de sus emisiones de Alcance 3 provienen de bienes y servicios adquiridos, un desafío complejo que implica cambiar prácticas en toda la cadena de suministro. Para abordarlo, Bayer lanzó su “Programa Acelerador de Alcance 3”, diseñado para ayudar a los proveedores a adoptar energía renovable y mejorar la eficiencia.
El sector agrícola representa un tercio de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, por lo que permitir que los agricultores reduzcan sus emisiones en un 30 % es crítico. Etchebehere considera que su rol es “contactar aliados, ver oportunidades y acelerar transiciones importantes”, lo que implica impulsar la adopción de cultivos resilientes y herramientas digitales.
Sin embargo, la empresa enfrenta críticas. En 2023, algunos agricultores españoles acusaron a Bayer de “greenwashing” por promocionar el glifosato bajo el discurso de la agricultura regenerativa. Este tipo de controversias obliga a la empresa a ser más transparente y coherente con su narrativa de sostenibilidad.
El consejo jugará un papel clave en mantener esta coherencia, asegurando que las estrategias respondan a la realidad de los mercados y de las comunidades agrícolas, y no solo a expectativas corporativas o regulatorias.

Gobernanza y credibilidad en juego
Integrar la sostenibilidad en el modelo de negocio es un reto de gobernanza. La negativa de Bayer en abril de 2024 a someter a votación su Plan de Transición Climática generó críticas de los inversionistas, especialmente en Norteamérica, donde se concentra el 32 % de sus acciones.
Para mantener la confianza del mercado, la compañía debe demostrar que las decisiones estratégicas tienen impacto real en la reducción de emisiones y el bienestar social. El Consejo de Sostenibilidad actúa como puente entre la visión corporativa y las expectativas de los grupos de interés.
El hecho de que Bayer haya recibido validación de Science Based Targets demuestra que su hoja de ruta climática está alineada con el objetivo de limitar el calentamiento global por debajo de 2 °C. Sin embargo, los resultados deben ser visibles y verificables para evitar cuestionamientos sobre la eficacia de las acciones emprendidas.
La sostenibilidad de Bayer será evaluada no solo por sus compromisos, sino por su capacidad de entregar resultados en un entorno de creciente escrutinio regulatorio y social.
El futuro de la sostenibilidad de Bayer
La renovación del Consejo de Sostenibilidad de Bayer es más que un ajuste de gobernanza: es una declaración de intenciones. Con cinco años por delante para cumplir metas críticas, la compañía necesita acelerar su transformación para que la sostenibilidad no solo sea un discurso, sino una práctica medible y coherente con su estrategia global.
Si Bayer logra integrar la retroalimentación de expertos y convertir sus planes en acciones de alto impacto, podría posicionarse como referente en sostenibilidad empresarial. Este modelo de gobernanza independiente pero integrado puede marcar el camino para otras compañías que buscan alinear sus objetivos de negocio con los ODS y responder a las demandas de inversionistas, reguladores y consumidores.







