En la conferencia mañanera del 7 de agosto, la presidenta Claudia Sheinbaum convirtió el Salón Tesorería en un escaparate de confianza e inversión. Cuatro empresas farmacéuticas —Boehringer Ingelheim, Carnot, Bayer y AstraZeneca— anunciaron un paquete de inversiones por más de 12 mil millones de pesos en México, consolidando la idea de que la iniciativa privada encuentra en el Plan México un marco para crecer con impacto social, ambiental y económico.
El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, lo resumió así: “Es una inversión relevante… por su impacto en la salud de las y los mexicanos y la previsión de estar siempre listos para cualquier circunstancia”.

Innovación con rostro social
Las inversiones anunciadas tienen un impacto que trasciende lo económico:
- Más de 3,000 empleos directos altamente especializados y 20,000 indirectos.
- Producción local de medicamentos esenciales y exportaciones a decenas de países.
- Expansión de capacidades de investigación clínica, manufactura y digitalización de procesos.
- Avances en biotecnología y terapias innovadoras, como las células CAR-T para el tratamiento de cáncer.
Juan Augusto Muench, de Boehringer Ingelheim, destacó que su planta en Xochimilco se convertirá en la más grande del mundo de la compañía:
“Desde aquí abasteceremos al mercado local… y exportaremos a 40 países en todos los continentes. Este logro es gracias al talento mexicano.”
Edmundo Jiménez Luna, de Carnot, subrayó que la expansión de la compañía es también una declaración de confianza:
“Carnot no es solo una empresa que labora en México; es una empresa que cree en México, en su talento y en su futuro.”
Julio Ordaz, de AstraZeneca, resaltó la relevancia de investigar en el país:
“Qué mejor que confirmar que las soluciones para México se investigan en México… y que estos empleos y tratamientos innovadores cierren brechas de acceso en salud.”
El momento Bayer y el glifosato
En la sesión de preguntas y respuestas, el glifosato salió a escena.
Manuel Bravo, director general de Bayer en México, lo defendió así:
“El glifosato es una de las principales herramientas que tienen los agricultores en México y en el mundo para controlar las malezas. Todas las autoridades regulatorias del mundo, incluida Cofepris, han confirmado su seguridad si se usa de acuerdo a la etiqueta. Bayer y otras empresas estamos buscando nuevos modos de acción herbicida que ayuden a los agricultores a moverse a moléculas aún más benéficas para el medio ambiente.”
La presidenta Sheinbaum respondió que Cofepris es la autoridad que determina el uso de plaguicidas y adelantó:
“Ya está por publicarse una serie de productos que se ha demostrado que son dañinos a la salud y que se van a prohibir en México… en otros casos hay investigación para no prohibirlos de inmediato, sino sustituirlos poco a poco.”
El episodio reflejó que el gobierno busca mantener el diálogo con la iniciativa privada, pero bajo criterios claros de salud pública y sostenibilidad.
Tres factores que atraen inversión
Los líderes de las farmacéuticas coincidieron en que México ofrece una combinación difícil de igualar:
- Talento altamente calificado.
- Mercado interno y acceso preferencial a Norteamérica vía T-MEC.
- Certeza jurídica para inversiones de largo plazo.
“Cuando decidimos invertir… lo primero es el talento; después, el mercado y la certeza jurídica”, apuntó Manuel Bravo, de Bayer.
Confianza que se traduce en bienestar
Sheinbaum subrayó que el objetivo es atraer capital que se traduzca en empleos bien remunerados, innovación y desarrollo regional ordenado.
Los Polos de Desarrollo para el Bienestar —en su vertiente nacional— buscan alinear la inversión con vivienda, servicios y sostenibilidad.
En un entorno global marcado por debates sobre agroquímicos, competitividad y cadenas de suministro, el mensaje fue claro: la confianza empresarial y la agenda de bienestar pueden coexistir, siempre que haya innovación, reglas claras y beneficios tangibles para la población.







