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Zara da marcha atrás: elimina fotos tras quejas por promover delgadez extrema

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Zara, una de las marcas más influyentes del fast fashion global, ha vuelto al centro de la polémica. Esta vez, no por su cadena de producción, sino por las imágenes publicitarias que mostraban a modelos con una apariencia extremadamente delgada. Las críticas no tardaron en llegar, y con ellas, la intervención de la Autoridad de Normas Publicitarias del Reino Unido (ASA).

De acuerdo con El País, las imágenes, consideradas “irresponsables” por promover un ideal corporal poco saludable, obligaron a la marca a retirar las fotografías y revisar sus criterios de publicación. Aunque Zara aseguró haber cumplido con los estándares médicos establecidos por organismos especializados, la controversia reabre un debate necesario sobre el rol ético de las marcas en la representación del cuerpo humano.

La polémica: ¿imágenes o ideales peligrosos?

Las imágenes que encendieron las alarmas mostraban a las modelos de Zara con clavículas prominentes y rostros que algunos calificaron como “demacrados”. No se trató de un error aislado: eran parte de una campaña rotativa en la web oficial.

Aunque la empresa aclaró que ambas modelos contaban con certificados médicos de buena salud, la queja de una ciudadana ante la ASA llevó al organismo a prohibir dos de los anuncios y exigir medidas correctivas. El argumento fue claro: los anuncios eran irresponsables y no debían volver a difundirse.

Zara reaccionó retirando las imágenes, pero la conversación pública ya estaba en marcha. La pregunta que quedó en el aire fue: ¿hasta qué punto una marca es responsable de los cuerpos que decide visibilizar?

Imagen obtenida de El País

¿Buena salud o buena imagen?

Inditex, matriz de Zara, aseguró haber actuado conforme a las recomendaciones del informe Fashioning a Healthy Future, en particular, la que solicita certificados médicos para confirmar la salud de las modelos.

Sin embargo, el dilema no radica solo en un diagnóstico médico, sino en cómo esos cuerpos son percibidos socialmente y qué mensaje envían. Un cuerpo saludable no necesariamente comunica una imagen saludable en ciertos contextos visuales.

Aquí entra el componente de la responsabilidad social empresarial: incluso cumpliendo con requisitos técnicos, ¿es suficiente cuando se trata de influir en millones de consumidores, muchos de ellos jóvenes?

Modelos de Zara y la representación del cuerpo en la moda

Este no es un caso aislado. Las modelos de Zara —y de muchas otras marcas— se han convertido en reflejo de los estándares estéticos que el sector impone y reproduce. La elección de un cuerpo delgado, posado en ángulos que resaltan huesos y ausencia de curvas, perpetúa un ideal excluyente.

https://twitter.com/euronewses/status/1953071128315896106

La industria ha comenzado a cambiar, lentamente, hacia una representación más diversa, pero episodios como este demuestran que aún hay mucho por avanzar. La responsabilidad de las marcas no termina en la pasarela ni en un certificado médico.

Hoy, las marcas enfrentan consumidores más informados y críticos, que demandan coherencia entre lo que se vende y lo que se representa.

El papel de los organismos reguladores

La intervención de la ASA fue decisiva. La autoridad determinó que las imágenes resultaban inapropiadas por insinuar que una apariencia extremadamente delgada es deseable. Esto marca un precedente importante para la regulación publicitaria en moda.

Zara no recibió quejas directas de sus clientes, lo que refuerza la relevancia de contar con organismos independientes que actúen de oficio cuando se vulneran estándares éticos.

Este tipo de controles no solo regulan contenidos, también impulsan un cambio en las políticas internas de las marcas. La industria necesita más vigilancia activa y menos autocomplacencia.

modelos de Zara

Transparencia y reputación: ¿hasta dónde llegan las disculpas?

Zara explicó que las imágenes no habían sido retocadas, salvo pequeños ajustes de iluminación. También aseguró que se trataba de una misma modelo que ha trabajado con otras marcas reconocidas.

Sin embargo, lo que está en juego no es solo la edición de una fotografía, sino la coherencia entre el discurso de la marca y su impacto social. La transparencia en la explicación fue oportuna, pero no necesariamente suficiente.

En términos de reputación, actuar después del señalamiento ya no es una estrategia eficaz. Las marcas deben anticiparse y revisar sus procesos con una mirada ética desde el principio.

Una oportunidad para liderar con el ejemplo

Zara tiene los recursos, la influencia y la visibilidad global para convertirse en una referente de responsabilidad social en la moda. Este incidente puede convertirse en una oportunidad si la marca decide dar un paso adelante.

El primer paso está dado: retirar las imágenes. Pero el verdadero reto es preguntarse por qué se aprobaron en primer lugar. ¿Qué filtros internos fallaron? ¿Qué criterios se priorizaron al elegir las imágenes?

modelos de Zara

Revisar las decisiones estéticas desde una perspectiva ética no debería ser un acto reactivo, sino parte integral de la gestión de la marca.

El caso de las modelos de Zara vuelve a poner sobre la mesa un tema central para quienes trabajamos en responsabilidad social: la representación importa. No basta con cumplir normativas médicas si el mensaje visual promueve ideales de belleza dañinos.

Las marcas tienen el poder —y por tanto la responsabilidad— de construir nuevos referentes. En tiempos donde los valores pesan tanto como los productos, actuar con ética y sensibilidad ya no es opcional: es parte del negocio.

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