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NoticiasRSEUna empresa cambia plástico por tiempo aire o ayuda funeraria

Una empresa cambia plástico por tiempo aire o ayuda funeraria

La empresa Hengsheng Plastic instalará 350 máquinas en centros comerciales y estaciones del Metro para intercambiar material reciclable por dinero, entradas al cine o descuentos en gimnasios y…

Biorecicladora

La familia López estaciona su auto en el centro comercial Perisur. De la cajuela extrae tres grandes bolsas con botellas de plástico y envases de aluminio, que deposita en una máquina similar a una expendedora de refrescos. Por esta operación sencilla la empresa Hengsheng Plastic le depositará dinero en efectivo en un monedero electrónico, que luego podrá cambiar por artículos de primera necesidad.

Sin embargo, este fin de semana la familia López tiene otros planes. Decide que el material que acaba de depositar en las máquinas biorrecicladoras sea abonado en Puntos Recicla, con lo cual padre, madre e hijos podrán entrar al cine del mismo centro comercial, aunque también puede cambiarlos por tiempo aire para teléfonos celulares o asistencia funeraria.

El propietario de la empresa, Adrián Sánchez, confía en que esta escena se repita en las próximas semanas, pues en junio y julio se colocarán al menos 350 máquinas recicladoras en centros comerciales del Distrito Federal, además de algunas estaciones del Metro.

“El monedero electrónico es dinero que podrá cambiarse en tiendas de autoservicio. Los Puntos Recicla servirán para diferentes descuentos y promociones con nuestros patrocinadores”, señala el empresario.

“Las latas o botellas que deposite una persona en las máquinas podrán intercambiarse por premios: entradas al cine, dos por uno en helados, descuentos en restaurantes, internet gratuito, tiempo aire en celular o promociones en actividades extremas, como paracaídas, buceo, go karts y otros”.

Sánchez señala que los capitalinos también podrán intercambiar sus Puntos Recicla por bienes de la canasta básica, artículos electrónicos, crédito para el transporte público, donación a organizaciones civiles, seguros de vida o descuentos en gimnasios y escuelas.

El negocio del plástico

Según Hengsheng Plastic, cada mexicano desecha todos los días 3.3 envases en promedio (233 al año), aunque en el norte del país la cifra puede incrementarse a seis.

También revela que México envía anualmente 200 mil toneladas de plástico a Honk Kong, que regresarán convertidas en otros productos sin ningún beneficio para el país.

La empresa mexicana fue constituida en 2013 con el objetivo de recolectar cada año hasta mil 500 toneladas de material reciclable en la Ciudad de México.

Su antecedente inmediato data de 2008, en China, donde puso en marcha un proyecto en el transporte público de Pekín y de Hong Kong para captar material reciclable. En los dos años siguientes recolectó cerca de 50 millones de toneladas de plástico con la participación de 12 millones de usuarios.

El siguiente paso, señala Adrián Sánchez, es aplicar en 2016 este mismo sistema, pero ahora para basura orgánica —incluidas heces fecales— para producir biogás.

Las máquinas

Las máquinas biorrecicladoras tienen un costo promedio de 11 mil 500 dólares y sus objetivos son dos. El primero es recolectar basura y para ello cuentan con un compactador interno que permite almacenar hasta 2 mil 400 empaques, PET o envases de plástico, es decir, el aproximado a dos metros cúbicos.

El segundo objetivo es ser un medio de comunicación y publicidad. Estos aparatos cuentan con pantallas de 17 o 42 pulgadas en las que se transmiten mensajes de las empresas que financian el proyecto o cápsulas sobre el manejo sustentable de materiales.

“Nuestras máquinas reciben latas de aluminio y envases de plástico, pero se pueden adaptar para tetrapack”, señala el propietario de Hengsheng Plastic.

Por el momento serán colocadas en grandes centros comerciales del país, pero en la Ciudad de México estarán en Perisur, Santa Fe, Pabellón Cuauhtémoc y otros.

La empresa negocia también con autoridades del Sistema de Transporte Colectivo Metro para colocarlas en 10 estaciones. Por ahora está confirmado que habrá en Indios Verdes, Cuatro Caminos, El Rosario e Insurgentes. El siguiente paso es colocarlas en estaciones del Metrobús y del Tren Ligero.

En tanto, a escala nacional hay convenios para instalar máquinas biorrecicladoras en los sistemas de transporte articulado de Guanajuato, León, Monterrey, Pachuca, Querétaro, Puebla y Chihuahua, además de Ecatepec y Nezahualcóyotl, Estado de México.

Pepenadores

El objetivo de Hengsheng Plastic es generar con el material reciclable “productos plásticos naturales y vírgenes 100 por ciento”, es decir, polímeros “sustentables”.

Adrián Sánchez precisa que los empaques, botellas, latas y PET son procesados con un aditivo biorgánico de fécula de maíz hasta obtener un producto biodegradable.

Este proceso de transformación, añade, se realiza en una planta que la empresa tiene en Puebla y “al final se venderá como materia prima o producto terminado en forma de envases o empaques”.

¿Qué pasará con los pepenadores?

El proyecto intenta incorporarlos. Su trabajo consistiría en recolectar el material depositado en las máquinas y transportarlo a la planta de Puebla. A diferencia del trabajo que realizan ahora en tiraderos, Hengsheng Plastic les ofrecerá un “empleo formal, con Seguro Social y un salario justo”.

¿Este proyecto no generará una disputa con los grandes grupos de pepenadores?

No vamos a meternos con la basura que ya ha sido dada a esos grupos. Estamos conscientes de que les pertenece desde que llega, literalmente, al bote de la basura. Nuestro objetivo es distinto. Se trata de recolectar la basura reciclable antes de que llegue al bote. Estamos hablando de la basura posconsumo, la que tira una persona que sale de la oficina, de sus casas o que viaje en Metro.

Sin embargo, no se descarta algún choque entre Hengsheng Plastic y las tres agrupaciones de pepenadores de la ciudad.

El proyecto no solo representa una pelea directa por el material reciclable, sino una tentación para el ejército de pepenadores que día a día mete las manos a la basura: sueldo seguro y seguridad social. No suena mal.

Fuente: Milenio

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