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Servicio social y voluntariado universitario

voluntariado en mexico

Por: Emilio Guerra Díaz

La Ciudad de México fue sede esta semana del 31° Congreso Nacional y 5° Internacional de Servicio Social y Voluntariado Universitario 2014, el cual tuvo como tema central “Formación y compromiso universitario ante la desigualdad social”, al cual asistieron coordinadores de servicio social de diversas instituciones educativas de todo el país, profesores e investigadores y estudiantes.

La Facultad de Arquitectura fue sede de este encuentro. El Dr. José Narro Robles, inauguró el congreso con una conferencia magistral donde remembró las acciones de servicio social que han estado vinculados profundamente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) desde hace ya más de 78 años.

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El servicio social ha sido inherente a la generosidad de los universitarios, dijo el rector: “una práctica que está incorporada a diversas profesiones”. En el caso de la máxima casa de estudios inició en lo que fuera la Escuela Nacional de Medicina en la década de los treinta.

La medicina, a través del servicio social, “fue el área de arranque prestación de servicios de salud en zonas rurales, a los pueblos indígenas, a comunidades suburbanas, en zonas populares en las grandes ciudades”. Sin embargo es necesario revisar la práctica del servicio social, “pues como dice un proverbio chino, y dice bien, lo que a lo largo de muchos años se hace igual, seguramente ya no está bien hecho. Y no está bien hecho porque las condiciones de una sociedad cambian”.

Nuestras comunidades, señaló el Rector Narro, hoy tienen la necesidad de contar con la certeza, la garantía, de que recibirán una atención médica, “una atención para la salud, sistemática y permanente sin la duda de si habrá alguien que seleccione la plaza de servicio social o esta vez no tendremos pasante y no tendremos servicio de atención médica”. El servicio social es una práctica hoy vigente pero requiere en su seno manifestaciones de innovación.

El servicio social y el voluntariado son excelentes mecanismos para conectar la formación universitaria con la sociedad. Para inculcar en los estudiantes valores como la solidaridad, la generosidad y la conciencia social y, no menos importante, para confirmar el compromiso de la universidad con los que más necesitados, por supuesto, es una herramienta para contribuir a disminuir la desigualdad al llevar a las comunidades más pobres y vulnerables acciones y servicios diversos para el desarrollo comunitario.

Las universidades son parte integral del sistema social. Deben reforzar permanentemente sus acciones de servicio y las tareas académicas orientadas a apoyar los programas que busquen beneficiar a la sociedad y disminuir la desigualdad prevaleciente.

Las universidades tienen pues un compromiso social irrenunciable. La desigualdad en lugar de aminorar parece aumentar. Es “más una pesadilla que perturba el sueño de los poderosos”, es una realidad que se expande y profundiza, es una situación que amenaza la estabilidad social, es una condición de injusticia que lastima la dignidad humana y afecta la ética fundamental. Es una condición de injusticia”.

El Dr. Narro Robles ofreció diversos datos sobre la desigualdad 20 países concentran el 80% de la producción mundial de bienes y servicios mientras que 175 general solo el 20 % restante, según el Banco Mundial. El índice de Desarrollo Humano, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo recuerda que las diferencias son de tal magnitud que el ingreso nacional bruto per cápita de los países desarrollados es en promedio superior a los 40 mil dólares y de los países pobres apenas rebasa los 2 mil dólares, 19 veces de diferencia.

El Congreso planteó entonces los siguientes ejes temáticos para vincular el servicio social y el voluntariado universitario: Desarrollo social, desigualdad social, políticas públicas y sociales, Espíritu de formación. Por otra parte se pudieron vislumbrar algunos retos, por ejemplo, cómo se podría mejorar el vínculo entre organizaciones de sociedad civil y el servicio social y el voluntariado universitario.

Debido al tema y esos ejes orientadores del Congreso, después de la participación del Dr. Narro Robles, la Alianza Mexicana de Voluntariado fue invitada a impartir la conferencia “El Voluntariado hoy en México”, donde su Director, Emilio Guerra Díaz expresó las características del estado del arte del servicio voluntariado y destacó algunos de las características de la acción voluntaria propias de México en el siglo XXI: Predominan las actividades Individuales y éstas son ocasionales, de poca dedicación, de corta duración, de baja intensidad y corta amplitud.

Estas acciones voluntarias, individuales, se llevan a cabo en función de: a) percepción de la necesidad coyuntural y b) por las posibilidades y disposición de la persona por ayudar.

Así, la posibilidad de vincular el servicio social a los programas de voluntariado de las organizaciones filantrópicas no aprovecha todo su potencial debido a que existen diversos retos que superar y que pueden agruparse en al menos tres factores interrelacionados:

a) Responsabilidad de quienes gerencian un programa de voluntariado desde el sector filantrópico.
b) La vinculación desde la Coordinaciones de Servicio Social de las universidades.
c) Los voluntariados universitarios allende los han conformado o los estudiantes o la casa educativa.

Responsabilidades desde las organizaciones filantrópicas

Se enfrenta la problemática de que se considera importante pero no urgente la incorporación de voluntarios a la organización, razón por la que se posterga la fundación de un programa administrado en forma eficaz y destinarle un presupuesto. Esto resulta paradójico pues un gran número de organizaciones filantrópicas nacieron del impulso voluntario, se mantienen de su contribución y miles de servicios son proporcionados por los voluntarios que llegaron en la primera generación pero ya no tienen “refuerzos”.

Con frecuencia se pierden voluntarios que pudieran participar de manera permanente o sostenida porque escasamente se pone atención a las habilidades que se requieren para agradecer su contribución y como no reciben retroalimentación, se van.

En aquellas organizaciones que cuentan con programas de voluntariado donde se incorpora servicio social persiste la visión de que la asociación gana pero el pasante pierde al igual que el voluntario.

Las Coordinaciones de servicio social universitario

Gran parte de las Coordinadoras de Servicio Social están haciendo un trabajo extraordinario como lo prueba la afluencia de congresistas a este encuentro. Sin embargo, cuando se vinculan con organizaciones de sociedad civil, o ellas las buscan; la vinculación tiene que cumplir varios aspectos: las expectativas de la universidad, las de la OSC y las del prestador de servicio social.

Quizá se hace más complejo el gerenciamiento de voluntarios y de prestadores de servicio social. A menudo desde la universidad andan persiguiendo a los coordinadores de voluntariado para recibir los reportes, los informes y testimonios previamente acordados.

La OSC cuando desean recibir prestadores de servicio social están pensando en satisfacer necesidades de personal para realizar actividades poco agradables o de carácter administrativo principalmente. De tal manera los perfiles no son atractivos ni para los voluntarios, ni para los pasantes y desde luego tampoco para aquellos coordinadores.

Voluntariados Universitarios

Existen en México varias universidades públicas y privadas que abrigan programas de voluntariado creado por los propios universitarios, los más; y aquellos grupos que se impulsan desde la institución, los menos. Pero no es una práctica generalizada que abunden los voluntariados en las universidades y que reciban recursos para su gestión y plan de actividades. Más bien hoy tienen mayor presencia colectivos estudiantiles de autobeneficio, de carácter gremial, que son antesala de la participación de los estudiantes y pasantes en sus respectivos colegios de profesionistas.

En Amevol distinguimos tres tipos de niveles respecto a cómo se da el voluntariado:

1) de manera no formal (que refuerza la participación cara a cara), 2) de manera informal (afiliado a un grupo como la iglesia, la escuela, el barrio para ayudar eventualmente) y 3) de manera institucionalizada. En este último los grupos voluntarios pueden adscribirse a una organización institucionalizada, o adquirir su personalidad jurídica propia. En el caso de los voluntariados universitarios el nivel que predomina es la convocatoria y trabajo informal.

Uno podría pensar que el escenario es devastador, demoledor y desesperanzador.

No, todo lo contrario, es un horizonte de oportunidad. El voluntariado es un recurso para generar mayor participación ciudadana que empieza con un mismo (pero también los beneficios serán personales), pero para potenciar toda esa fuerza es recomendable hacerlo en voluntariados institucionalizados porque además de los beneficios prácticos que pueden advertirse también se está generando cultura de participación ciudadana.

Ahora bien, si como lo señaló el Dr. Narro Robles, el servicio social es una herramienta de vinculación de la universidad con la comunidad, cuando se funden voluntariado y servicio social en una administración eficaz todos ganan. Los jóvenes ven una alternativa en el voluntariado para su desarrollo profesional.

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emilio guerraEmilio Guerra Díaz

Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.

1 COMENTARIO

  1. Muchas gracias por este reporte!
    Me parece importantísimo que la UNAM le dé el peso que se merece el Servicio Social y que lo asocie al voluntariado!
    Es imperativo que las Universidades y las Organizaciones de la Sociedad Civil realicen convenios de colaboración que vinculen a los estudiantes, con un verdadero espíritu de compromiso social; es responsabilidad de la OSC ofrecer un trato digno, acorde a las habilidades y conocimientos del prestador de servicio social, pues de otra manera, éste se convertirá en un «obligariado» y estará muy lejos de cumplir con las expectativas de los jóvenes estudiantes.
    En el servicio social, las OSC deben servir para ser «caldo de cultivo» de voluntarios, a partir de los prestadores de servicio social; si no es así, no lo disfrutarán y por ende, no quedará en ellos huella de su paso por la organización, ni mucho menos, se generará conciencia de participación ciudadana.

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