El impacto ambiental y social de los modelos actuales de producción y consumo es un tema que genera cada vez más preocupación a nivel global. Gobiernos, empresas y organizaciones de todos los rincones del mundo se han reunido en diversas ocasiones para tratar de encontrar soluciones a problemas como el cambio climático y la cada vez más alarmante escasez de agua en diferentes regiones. Celebridades y líderes mundiales han hecho importantes llamados a favor de nuestro planeta, pero el cambio parece no ir a la velocidad que deseamos, por lo que transformar este discurso en acciones se vuelve una necesidad cada vez más urgente.
Líderes mundiales, enfrentan esta difícil pero posible tarea. Pueden hacer historia o pueden ser destruidos por ella. – Leonardo DiCaprio.
Aunque podría parecer que se trata de un tema que ocupa principalmente a líderes mundiales y personas con el poder de generar políticas públicas o grandes iniciativas que contribuyan a combatir la crisis ambiental por la que atraviesa nuestro planeta, las nuevas generaciones parecen menos ajenas que nunca a los problemas que amenazan su entorno. Una muestra de ello es la demanda interpuesta hace unos meses por un grupo de niños en contra nada menos que de el gobierno estadounidense debido a lo que bien podría denominarse negligencia ambiental.
Un juez federal en Oregon determinó hace unos días que la demanda presentada en noviembre pasado por 21 niños y adolescentes de entre 8 y 19 años de edad podría continuar su proceso luego de que el gobierno y la industria de combustibles fósiles argumentara que debía ser desestimada.
Los demandantes, entre los que destaca la nieta del renombrado científico del clima James Hansen, argumentan que el gobierno federal conocía los peligros de las emisiones de carbón desde 1965 y no hizo nada para detenerlas, una omisión que amenaza sus derechos constitucionales privándolos del mismo nivel de protección del que gozaron generaciones anteriores, ya que el gobierno ha favorecido los intereses a corto plazo de un grupo de ciudadanos.
Ya que los chicos no tienen edad suficiente para votar, han visto los tribunales como una alternativa útil para hacer escuchar su voz y mostrar a otros niños que es posible hacer una diferencia.
El propósito de esta demanda es que la corte federal ordene al gobierno estado donde vive la mayoría de los demandantes- ordene al gobierno “reducir rápidamente las emisiones de dióxido de carbono” para que las concentraciones de CO2 en la atmósfera “no sean más que 350 partes por millón hacia 2100″.
«Este congreso y esta administración no están preparados para tomar medidas difíciles para alcanzar los objetivos climáticos que la ciencia requiere», señaló Philip Gregory, uno de los abogados de los pequeños a Fast Company y agregó que los niños han acudido a los tribunales porque realmente no tienen ningún otro espacio al cual acudir.
Detrás de este interesante esfuerzo, se encuentra la organización Our Children’s Trust (La confianza de nuestros niños), misma que ha presentado denuncias en otros estados, aunque Oregon ha sido el primero en avanzar en el caso gracias al juez que aceptó que los niños enfrentan un mayor riesgo de daño que generaciones anteriores.
El juez estuvo de acuerdo en que los niños están legitimados para demandar aún cuando no hayan sido perjudicados aún por el cambio climático porque existe evidencia científica para respaldar que el daño es inminente. Ahora, un juez de distrito evaluará el primer dictamen que de ser aprobado daría inicio al proceso de descubrimiento que determinará cuánto sabía el gobierno sobre los riesgos del cambio climático y desde cuando.
