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Lo que pasa cuando una mujer firma como hombre

El sexismo es una enfermedad social.

El sexismo ocupacional (también llamado sexismo en el lugar de trabajo y sexismo de empleo) se refiere a cualquier práctica discriminatoria, declaraciones, acciones, etcétera basadas en el sexo de una persona y que están presentes u ocurren en el espacio laboral.

Las mujeres están lejos de ser tratadas equitativamente en el trabajo.

Mira estas estadísticas:

  • Es más probable que las ignoren en las reuniones, ya que se considera que el 74% de los hombres «pueden participar de manera significativa», mientras que solo el 67% de las mujeres, dicen, puede hacerlo.
  • Son menos propensas a obtener tareas desafiantes. Un 68% de los hombres han asumido las tareas más difíciles, en comparación con el 62% de las mujeres.
  • Es menos probable que se les consulte para participar en decisiones importantes. Al 63% de los hombres les piden que compartan sus opiniones y solo piden lo mismo al 56% de las mujeres.

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Trabajar siendo mujer apesta

Existen muchas historias impactantes sobre el sexismo en el lugar de trabajo. El ejemplo siguiente es una historia publicada en Twitter que ha recibido bastante atención del público: dos compañeros de trabajo intercambiaron nombres en las firmas del correo electrónico al darse cuenta de lo malo e insidioso que el sexismo en la oficina podía ser.

Martin R. Schneider, un escritor y editor, escribió que un cliente estaba siendo «grosero» con él por correo electrónico; días más tarde se dio cuenta de que su firma de correo electrónico tenía accidentalmente el nombre de su compañera, Nicole Hallberg. Después de notar esto, él se presentó con el cliente como Martin y escribió que iba tomar el trabajo de Nicole. ¿La respuesta? Un cambio instantáneo. De repente, el cliente se mostraba agradecido. Martin le preguntó a Nicole si la desconfianza de los clientes era una situación que le ocurriera muy seguido, su respuesta fue «Un poco, sí».

Entonces los dos decidieron hacer un experimento. Cambiaron las firmas por dos semanas para que Nicole se comunicara con los clientes como «Martin», y él como «Nicole». Llegaron a una revelación chocante para él, pero no tan impactante para ella.

Los clientes empezaron a responder las preguntas que Nicole, firmando como Martin, tenía y ya no debía aguantar que algunos la llamaran «amorcito»: ya no era ignorada. Por el contrario, a Martin empezaron a llamarle «cariño», «amorcito» y uno de los clientes incluso le preguntó si era soltera.

El trabajo de Nicole se volvió más fácil de lo normal, mientras que el de Martin era exactamente lo opuesto. Él tuvo que aguantar que los clientes ignoraran sus correos y no contestaran sus preguntas.

Estos son algunos tuits de Martin hablando sobre la historia y compartiéndola con todo el mundo.

Nicole explica que el sexismo que enfrentaba en la oficina era peor que lo que experimentó con los correos electrónicos de clientes. Habla de una vez que «sobrevivió al proceso de entrenamiento».

«Mi jefe me felicitó, diciendo que no consideraba contratar a ninguna mujer, pero que le alegró el haberlo hecho. Dijo que debía estar orgullosa, que llegaron miles de aplicaciones, pero la mía atrapó su atención y lo hizo decidir que sí quería contratar a una chica». Cuando ella respondió, «Interesante. ¿Por qué no pensabas contratar mujeres?», su respuesta fue «Siempre nos hemos divertido aquí y no quería que cambiara ese ambiente».

Lo que pasa cuando una mujer firma como hombre

Ese mismo jefe no creyó la historia sobre el experimento del intercambio de las firmas en los correos. Él dijo: «Existen miles de razones por las que los clientes podrían haber reaccionado de esa manera. Podría ser el trabajo, el desempeño… no hay forma de saberlo”.

Nicole dejó ese trabajo y a su jefe sexista detrás. El tema es demasiado importante para que un empleado permanezca callado. Ella afirmó: «Soportamos esta mierda una y otra vez por temor a los hombres en el poder, y con eso les ayudamos a ellos» y señaló que no cree que contar su historia perjudique sus posibilidades de conseguir trabajo en el futuro.

Tina Fey comentó, «Mi consejo no solicitado a las mujeres en el lugar de trabajo es este: cuando se enfrenten con el sexismo, el agravamiento, el aspecto, o incluso el budismo realmente agresivo, háganse la siguiente pregunta ‘¿esta persona se interpone entre mí y lo que quiero hacer?’ Si la respuesta es no, ignóralo y sigue adelante. Tu energía se utiliza mejor para hacer tu trabajo y superar a la gente. Luego, cuando estés a cargo, no contrates a la gente que te trató mal».

La discriminación no es un juego. Las mujeres son valientes frente a las circunstancias impensables, no permitas que esta historia no te deje alcanzar tus metas y nunca te rindas. Las mujeres siempre van a tener que trabajar más duro, pase lo que pase, para ganar la misma cantidad de reconocimiento y la misma confianza y respeto en la oficina que los hombres. Ellas no tienen por qué soportar este tipo de cosas, y no solo en el trabajo.

¿Qué te parece la historia de Nicole y Martin? ¿Ha pasado algo similar en el lugar donde trabajas? ¿Te ha sucedido algo parecido a ti? ¿Has recibido comentarios discriminatorios alguna vez? ¿Conoces otros ejemplos similares? No debes quedarte callada. Cuéntanos la historia en los comentarios.
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