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El papel del consejero en una fundación empresarial

Trabajo Sustentabilidad

Por: Emilio Guerra Díaz

Para cada organización de la sociedad civil es importante contar con un grupo de personas que colaboren voluntariamente a delinear los criterios de dirección y sostenibilidad de la misma. Ellos conforman lo que se denomina el “órgano de gobierno” y asumen ciertas responsabilidades tanto con la organización como con la comunidad.

Al órgano de gobierno se le denomina también Directorio, Consejo Directivo o Patronato, estas dos últimas acepciones dependen de la figura jurídica por la que opte la organización para su constitución legal. De tal manera corresponde a las que decidieron por ser asociación civil, Consejo Directivo; mientras que a las instituciones de asistencia privada les corresponde un patronato.

Pese a que se pueda prestar a confusión, en México la mayoría de las fundaciones empresariales escogen ser asociaciones civiles pero desde luego se han constituido algunas como IAP, tal es el caso de la Fundación Banorte (que es Asociación de Beneficencia Privada, con registro en Nuevo León, la ABP es una variante de la IAP).

Es importante destacar que no obstante que existen grandes generalidades respecto a las funciones y responsabilidades del Directorio de manera individual y grupal, también existen retos sobre la participación de cada persona en un Directorio, pero las fundaciones empresariales (FE) que cuentan con un Consejo Directivo o Patronato, presentan ciertas particularidades que se mencionan a continuación.

Conformación e integración. En las organizaciones operativas, en las que apoyan el desarrollo del sector filantrópico y algunas fundaciones familiares, independientes y comunitarias se convocan a personas a ser voluntarios por una práctica común: son amigos de los fundadores la organización. En el caso de las FE esta tendencia no es excepción, pero sus miembros además están vinculados a los intereses del negocio.

De tal suerte, en las FE, los consejeros pueden ser socios, directivos y ejecutivos de áreas relacionadas con atención al público, recursos humanos y servicios. En algunas fundaciones se pueden encontrar también personal de alta dirección que ya está jubilado.

Es importante destacar que por razones de responsabilidad social empresaria el esquema se está modificando y incluyen a lideres de la cadena de valor y algunas incorporan también a empleados o al sindicato.

Sin embargo con frecuencia es difícil que personas ajenas a la empresa sean invitadas a formar parte del Consejo Directivo. En todo caso las empresas visionarias constituyen consejos consultivos en los que incluyen académicos, investigadores, prestadores de servicios, consultores, miembros de otras OSC, e incluso hasta autoridades públicas y beneficarios. La pluralidad del consejo con actores sociales más bien es una característica de las fundaciones comunitarias.

Responsabilidades y funciones de gobierno. Con frecuencia quién preside el órgano de gobierno en una FE es el Presidente del Consejo de Administración o CEO, el principal accionista, el Director General, Directores Adjuntos o el Líder de Responsabilidad Social Corporativa. Se incluye en el Consejo Directivo al Director (a) de la Fundación.

Pero hay una característica importante que señalar que es una práctica común pero no una ley: aquellas FE que no están alineadas al negocio y que fueron creadas para apoyar la vocación altruista a menudo designan para la presidencia del directorio y la dirección de la organización a personas ajenas al negocio como son familiares, esposas de los ejecutivos y sus amigos personales.

Rasgos que distinguen a un consejero de la fundación empresarial

A diferencia de lo que pasa en otros consejos y patronatos es frecuente que no esté considerado que haga una donación personal, porque el presupuesto de la fundación es cubierto por la empresa. Por lo tanto no participa o es necesario que esté familiarizado con las actividades de procuración de fondos.

Pero en cambio, en algunas fundaciones empresariales donde persiste la idea de que la organización tiene que obtener recursos adicionales a los que dispone la empresa para sus proyectos; los consejeros presionan a los ejecutivos de la fundación para hacerlo, y a menudo, consideran que es una tarea sencilla y no observan las dificultades que ellos enfrentan ni comprenden la dinámica de las motivaciones por las que el público en general tiene para donar.

Lo anterior permite mostrar que es muy distinto ser consejero para conseguir recursos de la comunidad para la organización (lo que sucede n la mayoría de OSC y fundaciones no empresariales) que asignarlos desde la bolsa presupuestal de la empresa. Eso da un aire de cierta comodidad para el consejero, por ello las FE que contienen a sus consejeros de manera profesional no les permiten hacer donaciones a título personal y en cambio desarrollan políticas de asignación de donativos.

Estos consejeros asumen un bajo perfil respecto a funciones de seguimiento y acompañamiento de los proyectos por ello no es frecuente que visiten o den testimonio respecto a los programas y proyectos que financia la organización. Pero cuando se animan a visitar las comunidades su compromiso se triplica y se vuelven grandes promotores de la inversión social que hace la empresa en la vida interna de la corporación.

Este consejero, si no ocupa una relevante posición dentro de la empresa, difícilmente tiene la posibilidad de presidir el Consejo Directivo.

Los consejeros en una FE destacan por dar seguimiento a la medición, quizá no del impacto de los programas, pero si de la utilización de los recursos económicos fundacionales. Cuánto se invirtió, cual es el costo/beneficio, cuántos beneficiarios directos e indirectos se afectó positivamente, etc.

Estos consejeros pueden contribuir enormemente a vigilar el desempeño ético de la fundación con las partes interesadas. Pero no es tan frecuente que participen en procesos de planeación estratégica de la FE, porque las directrices estás dadas desde la empresa.

Dependiendo del liderazgo del Presidente del Consejo Directivo (y más sí también preside el Consejo de Administración) un consejero puede ver que su opinión y voto para aprobar proyectos a financiar es realmente tomado en cuenta o no. Esos consejeros desarrollan más un perfil práctico y ejecutivo respecto a las tareas y actividades de la fundación (en otras la tentación de la toma de decisiones democráticas prevalece, aquí no).

La propia dinámica de la fundación empresarial hace que el consejero a menudo está separado del cumplimiento de las responsabilidades legales y fiscales, esas están reservadas para el personal ejecutivo tanto de la fundación como del de la empresa.

En sus funciones de mayordomía más que representar los intereses de la comunidad dentro de la fundación, este consejero tiene un compromiso mayor respecto a los intereses de la empresa en materia de filantropía y responsabilidad social. Desde luego vela por el interés de la comunidad pero en sus prioridades ésta pasa a segundo término.

Ser miembro del directorio de una FE no necesariamente significa que el consejero sea considerado por la misma empresa como un estratega de responsabilidad social, eso depende de la inversión de recursos que se hace para el fortalecimiento del consejo y por otra parte del expertis del consejero. La relación FE y responsabilidad social corporativa no se da en automático, se tiene que construir y esos consejeros no pueden intervenir en los asuntos que competen directamente al corporativo.

El consejero no es seleccionado por una matriz de áreas de interés para la organización, herramienta fundamental para contar con las personas vinculadas a los programas con los talentos y conocimientos alineados a las actividades que financia la organización, por lo tanto el desarrollo de los programas y proyectos de la FE son mucho más resultado de decisiones verticales.

Como se observa, un consejero de una fundación empresarial desarrolla con mayor peso algunas de las funciones y responsabilidades que comparten todos los Directorios de organizaciones filantrópicas, pero en otras áreas gobierno, administración y dirección su crecimiento está inhibido por la propia dinámica fundacional.

Desde el Consejo Directivo

El Presidente del Consejo Directivo señaló que causó gran sorpresa la lista de donatarias a las que el Sistema de Administración Tributaria de la SHCP revocó la deducibilidad, ya que fundaciones de alto prestigio están en el caso. Recordó que su fundación ha sido constante promotora para que los directivos de fundaciones empresariales sean capacitados en sus funciones, sin embargo parece ser que se seleccionan a personas a dirigirlas con distintos criterios que no necesariamente responden a las habilidades y conocimientos que el sector filantrópico demandan.

Así algunas empresas seleccionan a su directivos fundacionales por diversas motivaciones ajenas al mundo de la inversión social y filantropía incluso por razón de género, pues parece que la posición permite equilibrar la deseable equidad, o bien, por relaciones públicas y hasta porque los colaboradores se han distinguido por su desempeño dentro de la empresa y les asignan las responsabilidades de su nobel fundación.

El caso es que tanto hombres como mujeres son igual de capaces, sin embargo se requieren conocimientos específicos de la administración de estas organizaciones y un trabajo en equipo para que no sucedan este tipo de problemas como la revocación para ser donataria autorizada.

La secretaria del Consejo señaló que por esa misma razón es importante participar en jornadas de actualización legal y fiscal como las que ofrece la asociación Transformando 360 grados que preside la Maestra Maribel Trejo, el Centro Mexicano para la Filantropía o las Juntas de Asistencia Privada en los estados donde existen.

Por otra parte la secretaria enfatizó que Directorio que no se fortalece no puede desarrollar a su fundación, por lo que expresó que la Alianza Mexicana de Voluntariado (AMEVOL) dispone de servicios para la conformación y desarrollo de Consejos Directivos y Patronatos para que todo marche bien en la organización.

El Tesorero señaló que un reto adicional se ha sumado al trabajo administrativo de las organizaciones filantrópicas que se ven obligadas a observar un protocolo de reporte por donativos recibidos sí estos son mayores de 208 mil pesos de acuerdo a las disposiciones de la “Ley anti lavado” para evitar fondos de procedencia ilícita.

Por esta razón es atractivo participar en eventos del sector filantrópico y RSC como es Expo Fundación que organiza la Fundación Grupo México para los días 13 y 14 de agosto en el Centro BBVA Bancomer de Santa Fe. Ahí directivos, consultores, investigadores y especialistas dialogarán sobre los principales temas de interés para el desarrollo de la actividad fundacional y de inversión social.


emilio guerraEmilio Guerra Díaz

Emilio Guerra cuenta con amplia experiencia en la Gestión de la RSC, destacando su trabajo en el área de vinculación con la comunidad que potenciar la inversión social empresarial. Ha gerenciado fundaciones empresariales.

2 COMENTARIOS

  1. Gracias Emilio por esta cápsula de información; es interesante ver cómo las fundaciones empresariales mueven el abanico!

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