El diseño 100% orgánico entierra a los fallecidos junto con un árbol para formar un “bosque sagrado”.
Los diseñadores italianos Anna Citelli y Raoul Bretzel, creen que la forma de despedir a los muertos en su país no es fiel a su cultura, cercana a la naturaleza. Debido a un decreto napoléonico, la madera sólo puede utilizarse para hacer ataúdes que además deben cubrirse por estaño, mismos que deberán colocarse en áreas cerradas. El arreglo es temporal, a menos que la familia sea dueña de una capilla en el cementerio.
Para combatir una ley caduca y promover un entierro ecológico, el par ideó la Cápsula Mundi. Esta consiste en un contenedor en forma de huevo hecho de plástico de almidón formado con materiales orgánicos como papas y maíz en el cual se coloca el cuerpo. La cápsula entonces se planta acompañado de un árbol o la semilla de uno.
La selección del árbol se haría cuando la persona estuviera viva y sus opciones dependerían del clima de la región. Los diseñadores montaron en su sitio un mapa con tres zonas en Europa: La zona montañosa central, con árboles como el de maple, enebro y abeto; la zona mediterránea con árboles de olivo, arbustos de fresa y eucaliptos y la zona Atlántica con olmos, castañas y endrinos.
La idea es que los cuerpos hagan crecer nuevos seres formando un “bosque sagrado,” que sirva como un santuario ecológico y educativo para las nuevas generaciones.
¿Qué te parece el proyecto de los italianos? ¿Qué árbol escogerías si se hiciera en México?
Fuente: Milenio
