Si tuvieras que definir el futuro en una sola palabra, ésta tendría que ser sustentabilidad. Los líderes globales lo saben, los individuos han comenzado a darse cuenta, las empresas lo tienen cada vez más claro y la industria de la construcción no podía quedarse atrás.
La construcción sustentable es un camino para satisfacer las necesidades de vivienda e infraestructura de una comunidad, aprovechando los recursos disponibles sin comprometer la capacidad de generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Se trata del compromiso que la industria de construcción ha adoptado con el desarrollo sustentable, de cara a los problemas sociales y ambientales que enfrentamos a nivel global; éste considera entonces aspectos ambientales, socioeconómicos y culturales.
De ahí que los edificios y ciudades del futuro deban adaptarse al contexto y las necesidades de sus comunidades, combinando elementos ecológicos, económicos, estéticos y tecnológicos. Todo ello con el objetivo de ofrecer a la población la oportunidad de beneficiarse de la innovación aprovechando al máximo todos los recursos a su alcance.
A simple vista podría parecer que la construcción sustentable busca dar vida a los mismos edificios de siempre a través de materiales reciclados y reducir costos. Sin embargo las empresas responsables saben que es importante ir mucho más a fondo. Ya no se trata solo de la forma en que se ha construido el espacio, sino de cómo las personas interactúan con él y cómo se relacionan con el resto de su entorno a partir de los elementos de dicho espacio.
Así pues, la construcción sustentable contempla, por ejemplo, sistemas para el aprovechamiento eficiente del agua y la energía eléctrica. Las plantas para tratamiento de agua y los focos ahorradores son quizá el ejemplo más común cuando pensamos en ello; pero hay varios más, por ejemplo ¿conoces los beneficios de los aislantes térmicos?
Ventajas del aislamiento térmico
El aislamiento térmico es uno de los puntos clave de la construcción sustentable, especialmente en cuanto se refiere a vivienda. De ahí que la investigación sobre los materiales, las tércnicas y las ventajas de un buen aislamiento térmico haya cobrado especial relevancia en el desarrollo de tecnología que permita a la industria de la construcción integrar soluciones sostenibles en las nuevas edificaciones.
Contar con un aislante térmico en casa permite estabilizar la temperatura interna. Algunos de los materiales más comunes para lograrlo son yeso y ladrillo, aunque actualmente existen placas de Poliestireno Extruido y productos de Poliisocianurato que llevan a cabo la misma función de forma más eficiente.
El eco-aislamiento es una técnica que se ha vuelto popular entre quienes tienen especial preocupación por el medio ambiente; éste consiste en integrar jardines verticales y fachadas verdes para conseguir efectos similares. No obstante, no todas las construcciones son apropiadas para estos espacios; antes de integrarlos es necesario contemplar las especies vegetales que mejor se adaptan a la región, las condiciones de tierra y la impermeabilización necesaria.
Un aislante térmico adecuado permite ahorrar el gasto de energía en una vivienda, garantiza el confort de sus habitantes y mantiene estable la temperatura interior independientemente de las condiciones climáticas externas.
Una casa sin buenos aislamientos puede desaprovechar sólo por sus paredes alrededor de un 33% de su calor.
Además, al minimizar la pérdida de calor, los aislantes garantizan la calidez del espacio y aumentan la eficiencia energética de la construcción, reduciendo el consumo hasta en un 30%. Los edificios son responsables de más del 40% de la energía que se consume en una ciudad, por lo que el beneficio para el medio ambiente no solo es valioso, sino tangible.
Puedes encontrar más información sobre los aislantes térmicos en pasaimper.com.
A través de estos sistemas, las personas consiguen un ahorro importante no solo en calefacción, sino en aparatos de climatización, e incluso agua. Al mismo tiempo reduce su impacto negativo en el medio ambiente. ¿Quién podría resistirse?
